Tu Diario Terapéutico
He resaltado en numerosas ocasiones la importancia del lenguaje. Tendríamos que tener siempre en cuenta qué palabras salen de nuestra boca y cómo las usamos, pero suele ser complicado, ya que muchas veces brotan impulsivamente y no nos da tiempo a frenarlas.
No obstante, el simple hecho de escribir nos ayuda a expresarnos y a tomar consciencia de cómo lo hacemos. Es por ello que el ejercicio que hoy propongo trata de esto: escribir. Si sientes que a veces tus emociones te desbordan, te gustaría actuar diferente en situaciones concretas, tienes un exceso de energía sin canalizar o simplemente quieres ser consciente de cómo ocurren ciertas cosas en tu vida, crea tu Diario Terapéutico.
El Diario Terapéutico puede adaptarse al estilo de vida de cada persona. Se trata de describir los momentos en los que pierdes el control, o actúas de una forma que no te convence, dañas a los que te rodean o simplemente tus peripecias diarias. Cada persona puede decidir cuánto tiempo dedica a su Diario Terapéutico.
Primero, elige un objetivo en el que focalices tu atención durante el período de tiempo que creas oportuno y márcalo como título. Por ejemplo, se podría utilizar solamente para redactar las situaciones donde te gustaría actuar de un modo distinto. Un posible título sería: «Actuar de una forma más asertiva«. A continuación, describes lo que ha sucedido, tu reacción e inventas una nueva manera de afrontarla en ocasiones futuras. Eso te obligará a buscar estrategias de mejora y autoregularte, además de soltar tus emociones. El simple hecho de hablar o escribir sobre ellas ya es terapéutico en sí, pero a mí personalmente me gusta ir un poco más allá y explorar formas de avance. Marca tus progresos y, cuando hayas cumplido tu objetivo, ve a por otro.
Te doy algunas ideas:
- Expresar tus emociones para no quedártelas guardadas y así vaciar tus depósitos.
- Revivir los momentos agradables del día.
- Revivir situaciones que no te han gustado y comprenderlas mejor.
- Describir los momentos más recordados de la jornada y analizar al cabo de un tiempo si priman los negativos o los positivos.
- Redactar las ocasiones en las que podrías haber actuado de otra forma.
Anímate a crear tu Diario Terapéutico, regido por tus normas y con un abanico de posibilidades tan extenso como tu imaginación.
¡Apasiónate, vive, cambia!
Silvia Llop, psicóloga (col. núm. 20495)
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.