Sagitario
Elena me contaba medio enfadada que estuvo de baja tres días por una afonía, ella es maestra de escuela. Pero no fue eso lo que la disgustó. Cuando volvió al colegio, preguntó cómo había ido el claustro escolar que debían realizar mientras estaba de baja y le contestaron que lo habían pospuesto porque ella no estaba. Elena no entendía por qué la esperaban. Yo sí.
Elena es Sagitario y este es el signo de la ley y si la ley no está presente, pues no hay reunión.
Sagitario es el tercer signo del zodíaco constituyente, el que sigue el orden de los Elementos y el noveno en el constituido.
Sagitario es el tercer signo de Fuego. El designio espiritual que penetró en el ser humano a través de Aries, que llenó su espacio interior a través de Leo, se exterioriza a través del signo doble o común de Sagitario. Tendremos aquí la exteriorización de esa experiencia que se ha iniciado en nosotros como una emanación de los mundos espirituales.
Significa que Sagitario es un signo exteriorizador, es decir, siente la necesidad intrínseca de lanzar sus contenidos hacia el exterior, de compartir su alegría y su tristeza. Aunque será más bien la primera, porque yo lo llamo la alegría de la huerta. Mi hijo y su madre son Sagitario y mi Ascendente también está en ese signo. Y puedo afirmar que rebosan de alegría por todos sus poros.
El designio de Sagitario es en realidad un programa de actuación, un conjunto de leyes comunicadas por la divinidad, es decir, por los jefes internos, al ser humano, el cual no es consciente de su existencia, no llevándolas inscritas en él. Pero al atravesar la etapa de Sagitario, una vocecilla que viene de lo más profundo de su ser le dice, de una manera u otra, que su programa humano consiste en exteriorizar esas normas, ese designio, en sacarlas a la palestra para darlas a conocer, de forma verbal o simplemente a través de su comportamiento.
Sagitario, como tercer signo de Fuego, vuelca al exterior los valores éticos para ordenar y reordenar nuestra tierra humana y proceder después a la ordenación de toda la sociedad.
Así pues, uno de los trabajos de Sagitario es el de hacer que en la tierra todo funcione como en el cielo o que abajo todo sea como es arriba. Esto quiere significar que tenemos que seguir las directrices que marca nuestra consciencia, que sería la que está arriba y plasmarlas en nuestras actitudes diarias, abajo. Para que Sagitario pueda llevar a cabo esta labor, su Casa X, la que rige la profesión, ha sido colocada en el signo de Virgo, que es el de la síntesis final, el que da poder y autoridad para intervenir en todos los procesos humanos.
Y así mientras los demás signos ven limitada su acción a un dominio concreto, los nativos de Sagitario pueden actuar en cualquier ámbito como si fuera suyo y pueden triunfar en cualquier tipo de empresa. Yo podría ser la prueba de ello, ya que he trabajado en no menos de diez profesiones a lo largo de mi dilatada vida.
Generalmente Sagitario no es consciente de lo que está sucediendo y todo se elabora en él mecánicamente. Diremos que la organización cósmica lo utiliza para dar forma en el mundo a un designio determinado.
Así tendremos que en Aries el designio divino entra en el ser humano como una semilla, y dependerá de los aspectos que reciba Aries, para saber la clase de semilla que se sembró y si ha de dar frutos más o menos apetecibles. En Leo, la semilla es germinada en la tierra humana, es asimilada e incorporada a nuestro interior. Los diferentes aspectos planetarios sobre este signo indicarán si la semilla ha caído en una buena tierra o en un lugar árido para que la asimilación del mensaje espiritual y su elaboración sea más o menos exitosa. En Sagitario la semilla es árbol y con su aparición transforma nuestro paisaje humano.
Sagitario representa la fase de digestión de la espiritualidad y los aspectos planetarios sobre este signo indicarán si se ha digerido adecuadamente lo que el Yo interno elaboró.
Sagitario es el signo que confecciona las leyes, y una ley es, a cualquier nivel, un instrumento que determina el funcionamiento de una entidad, trátese de una empresa, un país, un organismo físico, una sociedad o del universo entero.
Por tanto, según su grado de evolución o bien de instrucción, Sagitario se ocupará de organizar y establecer el código de deontológico de una empresa, legislar desde el parlamento, de restablecer mediante el ejercicio de la medicina los organismos enfermos cuando las leyes de las que depende su correcto funcionamiento hayan sido violadas, de dictar o de pregonar códigos morales o sociales, por lo que es fácil que sea filósofo o moralista.
A nivel simbólico, una enfermedad viene por la distorsión en el flujo de la energía de tu cuerpo y Sagitario es el encargado de restablecerla. Por eso es el signo de los médicos, de los curanderos, de los sanadores y de todo aquél que intente restablecer ese flujo energético, bien sea con una operación o con un re-equilibrado de chacras.
Si Sagitario es capaz de captar las vibraciones profundas del signo en toda su amplitud, será el pregonero de las leyes eternas, no las que atañen a una sociedad en particular, sino las que rigen el funcionamiento del cosmos. Es decir, será el pregonero de la espiritualidad, el especialista en crecimiento personal, el gurú o el guía espiritual.
Uno de los puestos principales de Sagitario está en la política, porque es a través de ella como se puede reordenar más fácilmente a la sociedad, y de hecho, son numerosas las personas que ostentan puestos de Estado y gobierno que han nacido bajo el signo de Sagitario.
Pero es difícil asumir el papel de escudero de Dios, de abanderado de la Providencia, de Sancho Panza del gran Don Quijote, y así sucede que muchos de los sagitarianos con poder, en lugar de recibir inspiración de su parte espiritual, la reciben de las jerarquías que actúan desde el abismo y las virtudes espirituales les llegan pervertidas, entonces el principio de libertad se convierte en servidumbre y la igualdad se transforma en orden jerárquico, dando lugar a la casta de dictadores, como por ejemplo Franco, que tenía el Sol y Mercurio en Sagitario y ambos mal aspectados.
Debido a que internamente se sabe poseedor de la ley a Sagitario le costará muy poco situarse en un pedestal, el cual será tanto más real y palpable en cuanto se aleje de su verdadera visión. No le gusta viajar en clase turista. En la medida en que no sea consciente de su programa profundo, o bien no lo realice, teniendo en cuenta que uno puede no ser consciente y sin embargo, cumplir su misión, el deseo de honores, de pleitesía, de reverencias y reconocimiento social será más acuciante.
Sentirá que le toca, de alguna manera, estar por encima del resto de los mortales y si no sabe estarlo a nivel espiritual, lo intentará a nivel social.
¿Tienes algún amigo Sagitario que quiere ser siempre quien elija la película a ver o el restaurante en el que vais a comer?
Pero para que algo pueda suceder en el exterior, primero tiene que ocurrirnos por dentro, de modo que la revolución que propicia Sagitario, la imposición de ciertas normas, de un comportamiento, la vivirán antes en su propia tierra humana. En su organismo, tanto el físico como anímico, experimentarán esos cambios, con todas las crisis que puedan comportar. Eso hará que Sagitario sea un signo de movidas.
A veces, su salud se puede ver quebrantada mientras lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer y pueden pasarlo mal.
En la medida en que Sagitario no cumpla con su obligación moral de ser inductor a una vida más amplia, a una mayor libertad interior, a una conciencia más profunda de las cosas, de ser el alumbrador de un nuevo mundo, entonces al no producirse por dentro, el desplazamiento, el cambio, tendrá lugar por fuera y nuestro personaje se convertirá en un viajante voraz, movilizado en pos de un más allá que le descubra nuevos paisajes físicos, cuando lo que en realidad necesita es un cambio de panorama interno.
En ese sentido, podríamos interpretar que el viaje físico tiene una relación directa con la necesidad de la persona de mover sus estructuras internas para producir el cambio anímico que le permitiría cumplir con su programa vital.
Las cualidades y defectos de Sagitario serán siempre pronunciadas, en él no hay lugar para medias tintas. Es capaz de demostrar una gran lealtad. Su caballerosidad, su jovialidad y su simpatía harán las delicias de las reuniones mundanas. A uno u otro nivel, siempre gozará de cierto prestigio. Su espíritu es abierto y por encima de todo, está poseído por una gran necesidad de libertad. Ponerle trabas o limitar su campo de actuación, o bien encerrarle entre cuatro paredes, reales o ficticias, será la peor afrenta a la que se le pueda someter.
Su parte rebelde se caracteriza por una marcada tendencia a la rebelión contra el orden establecido: el de la familia, el del ejército, el de la empresa, o de la sociedad entera, o bien puede tratarse de una rebelión filosófica en contra de ciertos conceptos o ideas.
La tendencia a la dispersión por exceso de actividad, a comerse el oxígeno a los demás por estar en todas partes, como Dios, a la arrogancia por saberlo todo y saber de todo, a la imprudencia por no temerle a nada y a la prepotencia por ir de sobrado, serán los reproches que más a menudo recibirá el nativo de Sagitario.
En casos extremos, apoyándose en la iluminación divina de la que siente poseedor, intentará imponer sus criterios a la fuerza, sin dejar a los demás la opción de disentir de ellos, configurando el perfil del fanático, del caudillo o del dictador, como por ejemplo Pinochet.
Teresa me contó que tenía muchos problemas con su hijo. Que era difícil de tratar porque desde que se había divorciado de su marido, él se auto proclamó el cabeza de familia y trataba de imponer su criterio por encima del de ella. Ella lo definió como un pequeño dictador. El chico es Sagitario, con tres planetas en el signo y aspectos disonantes.
Pero aunque no llegue a estos extremos, este nativo siempre procurará ejercer cierto control en su entorno.
La astrología convencional atribuye a Sagitario un poder curador innato, y dice que entre ellos se encuentran los mejores médicos, empezando por el centauro Quirón, que aparece como emblema del signo. Y así es, en efecto, porque Sagitario es un gran reparador. Por consiguiente, estos nativos son portadores de salud, a cualquier persona enferma le conviene acercarse a uno de ellos, colocarse dentro de su aura para sentirse mejor.
En el proceso creativo, En el Árbol de la Vida, Sagitario está regido por Hesed, el Séfira o Centro número cuatro, el que nos habla del poder, de la exteriorización de la espiritualidad y del paraíso. Así pues Sagitario tiene una relación directa con el paraíso, con ese espacio en el que retozábamos libres y disfrutábamos de la vida. No debe extrañar pues que Sagitario sea un signo alegre, juguetón, al que le gusta vivir la vida y disfrutar, sentirse en el paraíso.
Los aspectos disonantes en Sagitario pueden interferir en su moral, en las leyes, normas, órdenes y que sean alteradas y no conformes a la ley cósmica. Y es que a veces es lo torcido lo que nos permite descubrir lo recto, y cuando no somos capaces de reconocer la verdad en toda su pureza, debemos contemplar el espectáculo de la falsa verdad hasta que nuestra conciencia descubra la impostura.
Las disonancias también pueden amplificar su necesidad de ser adulado hasta una proporción que le haga perder la objetividad y el sentido de la realidad.
El exceso de planetas en Sagitario da lugar al fabricante de instituciones, al que reglamenta y codifica en dominios muy diversos, dispersando su actividad, poniendo su huella en todas partes y sin poder profundizar en ninguna de ellas.
Sagitario, por ser signo de Fuego, pertenece al mundo cabalístico de Emanaciones, pero por ser el tercero de ese elemento pertenece igualmente al mundo de Formación. Es el Vav de los signos de Fuego y el Yod de los signos dobles o comunes. En el zodíaco tiene como regente a Júpiter.
Los signos de Fuego son portadores de energía, dinamismo, que se traduce como entusiasmo, poder organizador, movilidad, afán de lucha, salud. Sus atributos son la voluntad, la sabiduría y la ordenación.
Todos tenemos Sagitario en alguna parte de nuestra carta natal y la Casa terrestre que ocupa el signo nos indicará el dominio en el que debemos ejercer sus cualidades.
Las dos terceras horas a partir de la salida del Sol (5ª y 6ª) se encuentran bajo el dominio de Sagitario y es en ellas que mejor podremos imbuirnos de su mensaje.
En el proceso creador de cualquier actividad, las fuerzas de Sagitario son administradas por el Séfira número tres de El Árbol de la Vida, Binah.
Las profesiones más idóneas para Sagitario pueden ser: político, abogado, juez, magistrado. Diplomático, importación, exportación, viajante, agencia de viajes, guía turístico, inmigrante, emigrante, academia de idiomas, médico, moralista, filósofo, mensajero, diplomacia, jefe de gobierno, ejecutivo, culto religioso, compañías aéreas, trenes, autocares.
Claves: bondad, justicia, orgullo, optimismo, franqueza, pasión, ilusión, liderazgo, impulsividad, fogosidad, protagonismo, espiritualidad, ética, moral, orden, ley rebeldía, inteligencia, entusiasmo, sentido del humor, alegría, libertad, rebelión, impaciente, erudito, exagerado.
Para encontrar las claves negativas, solo tienes que buscar la contraria a la positiva.
Clave principal: Transmitir la experiencia de vivir. Dictar las leyes. Llevar las almas más allá. Superar los límites.
Apunte final: Siendo Sagitario el signo de la exteriorización de la espiritualidad y entendiendo que esta es la que nos enseña las leyes que rigen en el universo, es decir, en el macrocosmo y en el microcosmos, es normal que Sagitario tenga esa vena dictatorial, pero siempre tiene que iluminarnos.
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Comentarios
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ROUS dice
ESTANDO EN EL ASCENDENTE….¿DEBEMOS DEJAR FLUIR ESAS CUALIDADES EN NOSOTROS’? O PREDOMINA NUESTRO SIGNO SOLAR? PQ YO VOY DE UN SIGNO A OTRO SEGÚN LAS CIRCUNSTACIAS. Y TENGO MUCHO MUCHO DE SAGITARIO.
GRACIAS
Tristán Llop dice
Hay que trabajar los dos.