Leo
En uno de mis desplazamientos a Marbella, ciudad preciosa, donde fui a dar un curso de autoestima. Mi amiga, después de recogerme en el aeropuerto, me contó que estaba preocupada por su padre. Unos días antes le había llamado el doctor para sugerirle que llevaran a su padre al psicólogo, ya que le había llamado a la consulta y le había dicho: “doctor, opéreme de algo”. Yo le pregunté qué creía ella que saldría ganando su padre si le operasen. Pensó unos minutos su respuesta y me dijo: “ya lo sé. A mi padre lo han operado ya tres veces y lo que logra con sus operaciones, dejando de lado la parte médica, es que sus cuatro hijos se reúnan y vayan a verle”. Así que lo que les reclamaba su padre era atención.
Esa es la clave principal del signo de Leo. A los nativos de ese signo hay que prestarles atención.
Leo es el quinto signo en el zodíaco constituido y el segundo en el constituyente.
Refiere la leyenda Cabalística que cuando Dios se dispuso a crear el mundo eligió la letra Beith, con su potencial creador, para que sirviera de piedra angular a su universo. El Beith es una fuerza elaborada con los materiales de Leo, signo a través del cual se expresa la eterna sabiduría.
Ya avanzada la obra, cuando Dios confió a Salomón el encargo de dedicarle un templo, le preguntó qué deseaba como premio por haber cumplido fielmente su misión, y Salomón pidió sabiduría, únicamente sabiduría. Dios le dijo entonces: “puesto que sabiduría quieres, sabiduría tendrás y por añadidura todo lo demás”.
Los Leo son herederos de esa sabiduría, son las piedras angulares sobre las que se apoya la organización de la sociedad, y cuando los Leo fallan en un momento histórico determinado, la civilización tiene tendencia a ir hacia abajo.
Si Aries es la puerta de entrada de las energías cósmicas en el ser humano, Leo, el segundo signo de Fuego, llamado signo fijo, es el que nos permite interiorizar esas energías y saturarnos internamente de ellas. Leo, como signo fijo, necesita pasar por un proceso de digestión y si necesitas una respuesta profunda por su parte, deberás darle el tiempo suficiente para que pueda realizar esa interiorización.
Por otro lado, los signos fijos tienen todos una bolsa en su interior donde depositan todo lo que debe ser digerido. Pero sabemos que nuestro cuerpo no asimila todo lo que comemos. Cuando Leo no digiere algo, lo guarda en su bolsa y puede permanecer allí durante décadas. Así que cuidado con herir su orgullo porque lo guardará durante un buen rato e incluso puede llevarle a romper relaciones, aunque es fácil que nunca llegues a conocer la verdadera razón.
En Aries el impulso espiritual rebota en nosotros, por así decirlo, empujándonos a la acción. En Leo nos metemos las energías dentro y constituimos el terreno en el que las semillas de Aries han de enraizarse. Podríamos decir que Leo está preñado de designio, y sintiendo la responsabilidad que le da el ser depósito vivo de la trascendencia, se verá empujado a comportarse con fidelidad hacia ese principio que llena todo su ser.
En la fase Leo, la persona no es aún consciente del designio que se le ha dado, pero sabe confusamente que es preciso ser fiel a un ideal superior y que la obediencia es una virtud fundamental en el proceso evolutivo. Actuando de acuerdo con el principio que lleva en su interior, Leo será como un actor que interpreta un guion previamente escrito. Es difícil que Leo haga algo que esté fuera de ese papel.
El Fuego puede asimilarse a luz y Leo lleva esa luz en su interior, como la mujer embarazada lleva a su criatura. Eso significa, entre otras cosas, que Leo puede ayudar a sanar a una persona o solucionar un problema con su sola presencia, sin necesidad de hacer nada. Es como si al estar en su presencia se te ocurra de golpe la solución, la salida. Así podemos presumir que uno de los trabajos que debe realizar Leo es generar reflexiones, hacer que la gente se replantee las cosas, que tomen consciencia.
En la vida mundana, será el guardián de la ley de la ética, de las costumbres, de las tradiciones, pero al mismo tiempo será el ser sensible a lo que constituye una novedad y pondrá todas sus energías al servicio de su institucionalización. Leo es el más firme sostén del nuevo universo del que es portador Aries.
A nivel práctico, los Leo pueden ser los que ofrezcan un marco físico, una Casa, un local, una finca, un terreno, etc. en el que puedan celebrarse encuentros susceptibles de despertar en sus asistentes el afán por lo espiritual o como mínimo, generar una movida que ponga en marcha la voluntad ajena.
No se trata de convencer, sino solo de generar la circunstancia que propicia en los demás el descubrimiento de algo, que puede ser su personalidad más espiritual o simplemente propiciar un cambio en cualquier aspecto de su vida.
Si la palabra clave de Aries es la voluntad, la clave de Leo es sabiduría-amor, que se expresa, en la vida social, como virtudes morales o éticas que hacen que el mundo funcione mejor. La apetencia por lo metafísico, antes de manifestarse como tal, suele estar precedida por un interés por los asuntos públicos, por las actividades sociales y colectivas, de modo que el nativo de Leo se sentirá a menudo inclinado a organizar reuniones, festejos, tertulias, ágapes mundanos en los que determinadas personas conocerán a otras que les abrirán nuevos horizontes. Por eso es fácil que en cualquier mega concierto o reunión multitudinaria, encontremos un Leo en el comité de organización.
Amelia me contó su historia. “De pequeña yo era una niña muy viva, alegre y animada. Me gustaba actuar delante de mi familia y de mis amigos. Pero mis padres me frenaron porque siempre me decían: mira, la niña ya quiere volver a destacar. Y debido a sus críticas me fui apagando y procuré destacar lo menos posible”.
La niña creció y se hizo artista, pero aún así seguía intentando no destacar y por supuesto, no era feliz. Cuando acudió a mi consulta le expliqué que, como Leo, su objetivo de vida era precisamente destacar. Estuvo cinco minutos llorando y luego cambió el chip. Hoy es feliz.
Nada puede hacer a una persona más desgraciada que le aparten de su camino existencial y es por eso que resulta tan importante la Astrología.
Leo es el signo de los artistas, porque son los especialistas en representar un papel que les venga dado de más arriba y mantenerse lo más fieles posible a ese rol que han escrito para ellos.
Leo está regido por el Sol, que es el rey de nuestra Creación. Así que estará abonado a la necesidad de brillar, como lo hace el Sol. En el Árbol de la Vida está situado en la esfera de Tiphereth, el Séfira central al que todos los demás mandan sus energías y que, a su vez, distribuye a todos. En el cuerpo humano es el centro que rige el corazón. Siendo este el órgano más importante de todos, puesto que si se para nos morimos, resulta entonces normal que, su representante zodiacal, se dé tanta importancia. Es comprensible que sienta que todo gira en torno a él.
Así Leo está destinado a ser el centro de atención de todos los saraos y pobre de ti que no le hagas caso. Esto le lleva, a menudo, a tener un porte regio, aristocrático y distinguido, que puede generar alabanzas, pero también envidias por parte de los demás, que le acusarán se ser poco asequible, incluso estirado. Nada extraño pues que el animal que representa a Leo sea el león, el rey de la selva, que no pasa desapercibido ni siquiera ante los elefantes. Geraldine Chaplin o Robert Mitchum, son sus representantes.
Por otro lado, ser el foco le obliga a comportarse de una forma digna y ética. Más de una vez ha venido un Leo a mi consulta y se quejaba que habiendo desviado cien euros en su declaración de la renta, le habían pillado y multado. En cambio, su vecino desvió mil y no le pillaron. Pero es que el vecino no era Leo.
Con todos estos datos puedes comprender porqué Leo es el signo del orgullo y porqué debes tener mucho cuidado de no ofenderle ya que su sensibilidad suele estar siempre a flor de piel.
Otra característica que encontramos en los Leo es que suelen llevar una armadura que hace difícil llegar a su corazón. Eso es debido a que son conscientes de lo frágil que es este órgano y procuran protegerlo. Lo que sucede es que a veces de tanto proteger se cierran a los demás como si fueran Ford Knox. Esto también hace que Leo sea impenetrable cuando le vienes con mal pie y pretendes entrarle de forma directa. Puedes entonces torturarle sin sacarle una palabra. Esto hace que Leo, como buen signo fijo, sea la persona ideal para guardar secretos.
Leo rige el oro y los auténticos Leo son tan inalterables como este preciado metal. Así que tener un amigo Leo es garantía de contar con un fiel escudero para toda la vida. Siempre que no le ofendas. Si su Sol tiene buenos aspectos, Leo será una auténtica luz para sus congéneres. Aportará esperanza y fe en el porvenir y neutralizará el pesimismo.
Como buen signo de Fuego, Leo pondrá ilusión en todo lo que toca. También es un signo de líderes, de gente que sabe cómo aglutinar a los demás, porque los signos fijos, al ser interiorizadores, tienen siempre un gran magnetismo.
Leo es también el signo del juego, del tiempo libre, de la libertad interior y de la buena fortuna.
En el Árbol de la Vida de la Cábala, Leo se sitúa en el Séfira número 2, que se llama Hochmah. La Cábala cuenta que ese es el centro crístico del Árbol. Para que nos entendamos, para mí el Cristo es un arquetipo que representa nuestra capacidad de amar de forma desinteresada. Eso quiere decir que Leo tiene esa capacidad, aunque no es obligatorio que la use. Pero lo que sí está comprobado, es que Leo tiene un gran corazón. Hochmah es también el centro que recibe de forma directa las bonanzas que le vienen del Centro 1, Kether. Así que Leo, traducido a lenguaje entendible, recibirá lo que llamamos la ayuda divina, que comúnmente se traduce por suerte.
Los aspectos planetarios disonantes sobre Leo pueden resultar muy desestabilizadores ya que alteran el sentido de fidelidad que rige en el signo y las personas pueden volverse fieles a un designio torcido. También pueden incrementar su necesidad de sobresalir, de hacerse notar y llevar a la persona a comportarse de forma histriónica, organizando revuelos a su alrededor o mirando a los demás por encima del hombro. Su nivel de exigencia hacía sí puede ser tan grande que se auto castigue por no dar la talla. Puede tener demasiada ambición y egocentrismo.
He dicho que Leo es siempre un actor que interpreta un papel previamente escrito, de modo que si ese papel es el de “malo”, la persona lo estará interpretando fielmente toda la vida, siendo muy difícil hacerla cambiar, porque esa maldad se encuentra programada en su interior y no se le puede pedir lo que no tiene, como no se le pueden pedir peras al olmo. Solo mediante una paciente labor alquímica podrá superarse el inconveniente de un Leo corrompido.
Un excesivo número de planetas en Leo puede dar lugar a una persona atada a demasiadas fidelidades. Dijo Cristo: “No pueden servirse dos señores a la vez”, y aquí tenemos la figura de alguien que sirve una pluralidad de señores. Para servir a uno tendrá que traicionar necesariamente a los otros y si pretende satisfacer a todos a la vez, acabará por indisponerlos a todos entre sí y a todos contra él. Un Leo cargado de planetas es el indicio de una vida muy intensa, es quien interpreta varios papeles a la vez y el signo de emociones contradictorias, ya que Leo, perteneciendo en el Árbol de la Vida, al Mundo Cabalístico de Emanaciones por ser signo de Fuego, participa igualmente en el mundo de Creaciones, por ser el signo número dos de su Elemento, y este mundo corresponde al cuerpo de deseos. Se juntan así el Fuego con el Agua, dos elementos contradictorios.
Numerosos planetas en Leo, si están mal aspectados, pueden llevar a la persona a ser excesivamente susceptible, de manera que sea difícil comentarle algo que se salga de su rango sin que se ofenda. En una posición límite, podría llevar a endiosarse. Fidel Castro tenía el Sol y otros dos planetas en Leo y mal aspectados los tres. Osama Bin Laden tenía cuatro planetas en Leo, entre ellos el Sol, también con malos aspectos.
Todos tenemos Leo en alguna parte de nuestra carta natal y la Casa terrestre que ocupa el signo nos indicará el dominio en el que debemos ejercer sus cualidades.
Las dos segundas horas a partir de la salida del Sol se encuentran bajo el dominio de Leo y es en ellas que mejor podremos imbuirnos de su mensaje.
En el proceso creador de cualquier actividad, las fuerzas de Leo son administradas por el Séfira número dos de El Árbol de la Vida, Hochmah, el llamado Hijo.
En el zodíaco, según su orden constituido, es el Sol quien administra las energías de este segundo signo zodiacal.
Leo es el He de Fuego (el Yod es Aries) y el Yod de los signos fijos (puesto que es el primero de ellos).
Las profesiones más idóneas para Leo pueden ser: maestro, profesor, instructor, abogado, juez, magistrado, actor. Diplomático, director, teatro, cine, compra o venta de oro, joyeros, educación, juegos, casinos, cardiólogo. Venta de objetos relacionados con el amor. Profesiones relacionadas con el deporte.
Claves: orgullo, pasión, fidelidad, corazón, ilusión, originalidad, orgullo, altanería, liderazgo, magnetismo, impulsivo, fogoso, caballero andante, protagonismo, ejemplar, sabiduría, espiritualidad, dramatismo, ética, moral, suerte, clase, tradicionalista, sensible, susceptible, anfitrión, destacar, artista, intérprete, brillar, centro de atención, dignidad, guarda secretos, competitivos, generosidad, amor, reservado, nobleza, tiranía, admiración.
Para encontrar las claves negativas, solo tienes que buscar la contraria a la positiva.
Clave principal: Sentir el orgullo de ser. Atraer las almas a la luz. Moverse acorde a su consciencia.
Apunte final: Siendo Leo el signo del orgullo, el que tiene que mostrar a los demás cuál es el camino a seguir, la clave estará en que muestre orgullo de ser y camine por la vida con la frente bien alta. A veces la gente le tachará frío, de distante, de altivo, pero cuando vea a un león agachar la cabeza, que agache la suya.
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