Introducción a las Casas
En los módulos anteriores hemos iniciado este apasionante curso de Astrología Cabalística basado en los trabajos que nos legó Kabaleb. He introducido cada uno de los doce signos del zodíaco, desde el punto de vista constituyente, es decir, en el orden de la Creación que, según la Astrología Cabalística, es el más coherente. Los signos representan la energía que movemos en nuestro interior, como somos por dentro, nuestro carácter, nuestra forma de ser interna.
Hemos desarrollado los Elementos, viendo que se trata de cuatro familias que engloban tres signos cada una. El Fuego representa el impulso inicial. El Agua aporta la parcela emocional. El Aire le pone razón y coherencia. Y la Tierra es la que cohesiona todos los proyectos.
Ahora vamos a abordar las Casas Terrestres, que son los canales a través de los cuales exteriorizamos nuestra energía. Dicho de otro modo, es como nos mostramos a los demás o como recibimos la energía que nos llega de la sociedad. Igual que los signos, habrá Casas de plantación, de interiorización y de exteriorización.
Los XII signos del zodíaco se encuentran doblados por las llamadas Casas terrestres. Es como un tubo de conducto de agua, que por un lado recibe el agua que viene de la central (ese sería el signo) y por el otro, por el grifo, distribuye el agua (esa sería la Casa). Así tendremos que cada Casa desarrollará las características del signo al que está unida. Aries es el primer signo y se unirá a la Casa I, que desarrollará sus características. La Casa II sacará las características de Tauro. La Casa III, de Géminis y así hasta la XII, que escenificará las cualidades de Piscis.
¿Qué representan estas Casas? Veámoslo. Los signos, ya lo hemos dicho, son la semilla con la que se constituyó nuestro universo. Nosotros, como universo en miniatura que somos, estamos formados por esa semilla zodiacal. Pero los elementos químicos de nuestro cuerpo necesitan una constante alimentación; es decir, esas semillas que hay en nosotros necesitan una renovación continua de su potencialidad y sin el contacto permanente con la fuente zodiacal, no nos sería posible existir.
Por ello es preciso que existan canales, para que las fuerzas cósmicas puedan ser proyectadas en el ser humano. Para que el agua de la lluvia llegue al mar, existe el canal de los ríos. Para que la fuerza eléctrica llegue a los hogares existen los hilos que la conducen. Y para que las propiedades de los signos del zodíaco puedan exteriorizarse, deben también existir canales.
Esos canales son las doce Casas terrestres. (Escribo los números de las Casas con cifras romanas (I, IV, VII y X), para resaltarlas gráficamente).
Esos doce canales, no solo servirán para transmitir a nuestros cuerpos las pulsiones zodiacales, sino que a través de ellos transmitiremos el contenido de nuestro micro-universo al mundo que nos rodea. Por un lado recibimos la energía de arriba a través de los signos y por otro expulsamos las nuestras, de modo que las Casas son vías neutras, cuya función es la de canalizar un determinado tipo de propiedades.
Los signos del zodíaco empiezan con Aries, que representa el punto este del universo solar. La Casa I o Ascendente será, pues, la que corresponda a Aries y señalará, desde el lugar en que nacemos, en la tierra, el signo que en aquel momento se encuentra en el Este. Como se sabe, la Tierra da una vuelta completa sobre sí misma en el espacio de 24 horas, de forma que a medida que avanza el día se sucederán los 12 signos, cada uno a intervalos de dos horas y siempre a partir de la salida del Sol.
Así pues, cada dos horas el Ascendente cambiará de signo. Si un niño nace al amanecer, su Casa I o Ascendente se encontrará allí donde se encuentra el Sol, pero si nace al atardecer, su Ascendente se encontrará en el signo opuesto al ocupado por el Sol, porque habrán pasado 12 horas y 6 signos.
Por ello, para levantar una carta astral, es preciso saber el lugar y la hora de nacimiento de la persona, además de la fecha, para poder colocar las Casas terrestres en un tema natal. En el caso que falte la hora, el cálculo de las Casas se realiza a partir del Sol.
El cálculo de estas Casas se limita a una operación que hoy día realiza un programa informático.
Existen, en astrología, un montón de sistemas de cálculo de Casas. En la Astrología Cabalística se trabaja con el sistema de las Casas Iguales. Esto es así porque se sigue el axioma de Hermes Trismegisto: «lo que hay arriba es igual a lo que hay abajo”. De este modo, si el signo, que es la entrada de la energía en el ser humano, tiene 30 grados, una Casa Terrestre, que es la contrapartida material del signo, la salida de la energía, debe tener 30 grados también, calculada a partir de la posición del Ascendente. Nos encontraremos entonces con que la Casa ocupará todo el signo en el que está su cúspide. Así, si el Ascendente está situado a 4º49’ del signo de Sagitario, diremos que abarca todo este signo (o sea de 0 a 30 grados), la Casa dos, todo Capricornio, la tres Acuario, etc. Si el Ascendente está a 29,5 grados de Escorpio, también contaremos que todo ese signo representa el Ascendente.
De este modo, estaremos trabajando con lo que se llama el sistema de Casas Iguales. El orden que seguimos para fijar la posición de las Casas en una carta astral es el del zodíaco constituido: Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpio, Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis. Así, si el Ascendente está en Géminis, la II estará en Cáncer, la III en Leo…
En cambio, en el desarrollo de la explicación de las Casas que vas a encontrar en los módulos siguientes de este curso, volveré al orden creativo, siguiendo el zodíaco constituyente, como hice con los signos. Lo haré así porque es muy importante que comprendas que ese es el orden natural y que después de plantar la semilla en la Casa I, la interiorizamos en la V y la exteriorizamos en la IX. Y después del Fuego viene el Agua, el Aire y la Tierra.
De este modo comprenderás mucho mejor lo que representa cada Casa. Este sistema te permite ver, además, que todo sigue un orden lógico. Se trata pues de comprender que todo en nuestro universo sigue un orden lógico y después de plantar una semilla, no la dejamos para irnos a otro campo, sino que la regamos y la abonamos para que dé fruto.
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Comentarios
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Silvia Diehl dice
Tristan enormes gracias por este material de estudio, lo siento muy cercano a la mirada desde la energía que es por donde la puedo comprender más.
quisiera consultarte esto que dices que las casas son vias neutras, a que te refieres? no logro comprenderlo
abrazos Silvia
Tristán Llop dice
Porque necesitan la activación de los planetas.