La sonrisa como arma universal
Las sonrisas tienen diversas clasificaciones posibles. Por ejemplo, podemos distinguir una tímida sonrisa de una mueca forzada o una carcajada. También existen personas que consiguen arrancárnoslas siempre que estamos con ellas, como ese amigo/a divertido/a que todos tenemos.
Pero se dan ocasiones en las que no somos capaces de dibujar esa U en nuestros labios, a pesar del poco esfuerzo que nos cuesta a nivel físico. Hay momentos en que preferimos mostrar nuestro rostro más serio, triste o enfadado.
¿Te has fijado alguna vez en la diferencia existente entre un recibimiento amable, alegre y cordial de alguien que trabaja de cara al público y otro de características más toscas? Yo creo que es abismal y muchas veces ese trato influye en nuestra decisión de volver a aquel lugar. Simplemente a través del gesto de sonreír, la impresión que impacta en el exterior es mucho más suave y positiva.
El ejercicio de hoy trata de regalar buen rollo allí donde vayas, independientemente de tu estado de ánimo (aunque si tienes un mal día y sonríes todo el tiempo, verás qué rápido se modifica esa emoción). Es importante que si alguien te habla mal o no te atiende como a ti te gustaría, multipliques tu amabilidad (real, no forzada) porque de esa forma estarás desarmando a esa persona de la forma más dulce.
Te animo a que lo pruebes, al menos durante un día y luego compartas tu experiencia.
¡Apasiónate, vive, cambia!
Silvia Llop, psicóloga (col. núm. 20495)
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La sonrisa dulcifica el rostro y produce un acercamiento entre los seres humanos. Lima asperezas y posibilita el diálogo.
Qué facil….. es dibujar una sonrisa en nuestra cara, aunque lo estemos pasando mal…. Es la llave maestra, que abre todos los corazones, y diría más…las almas.!!!!!