La realidad la eliges tú
Hoy me gustaría reflexionar sobre el pesimismo, el optimismo y el realismo. ¿Te has dado cuenta de cómo son manejadas estas palabras por la sociedad?
Antes de entrar en materia, déjame que te introduzca la definición de estos términos, según el diccionario de la Real Academia Española.
- Pesimismo: propensión a ver y juzgar las cosas en su aspecto más desfavorable.
- Optimismo: propensión a ver y juzgar las cosas en su aspecto más favorable.
- Realismo: forma de presentar las cosas tal como son, sin suavizarlas ni exagerarlas.
Me he encontrado en varias ocasiones con gente que por definición es muy pesimista. Su vaso a menudo está medio vacío y a punto de romperse. Incluso cuando les ocurren cosas buenas, siempre están pensando «no puede ser que esto me suceda a mí», y por consiguiente, se pierden esa experiencia porque le están buscando los defectos. Lo que me llama más la atención de estas personas es su respuesta magistral cuando se les acusa de pecar de excesiva negatividad: «yo no soy pesimista, soy realista«. Esta frase suena a lapidaria, da un punto final a la conversación.
Existe otro tipo de gente, en cambio, que tiene tendencia a ser positiva y ver su realidad con optimismo. Jamás he oído a ninguna de esas personas afirmar que «no es positiva, sino realista». Y aquí formulo mi pregunta: ¿por qué algunos aceptan como realista la interpretación de los acontecimientos desde una visión pesimista por sistema y, por contra, este término no está asociado a interpretar la vida desde un prisma más positivo? ¿Será que la sociedad en general tiende más hacia el negativismo y por este motivo está más aceptada la asociación pesimismo-realismo?
La palabra realidad, por mucho que en su definición se presente como algo objetivo, es, desde mi óptica, absolutamente subjetiva. Significa que cada invidivuo tenderá a presentar los acontecimientos tal y como él los ve, los oye o los siente, ya que es a través de nuestros sentidos que percibimos la realidad. Por consiguiente, será tan realista el que tiene una visión catastrofista de la vida, como el que la percibe de forma positiva. Piensa cómo quieres ver tu realidad, en función del enfoque que le des a tu vida.
¿Adoptamos entonces la pareja optimismo-realismo? Yo le doy un gran SÍÍÍÍ. ¿Tú qué opinas?
¡Apasiónate, vive, cambia!
Silvia Llop, psicóloga (col. núm. 20495)
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.