Navidad
Estoy escuchando un cd de Céline Dion llamado: These Are Special Times (estos son tiempos especiales). Para mí, es uno de los mejores que se han grabado con canciones de Navidad.
Estoy de acuerdo con Céline que estos son tiempos especiales, se mueven energías muy curiosas, gente feliz, gente inquieta, gente rebotada, gente desconcertada, gente a la que la luz de la calle ilumina y otras a las que deslumbra.
Estamos en Navidad y enfrente de mí se representa una historia que cada año se repite en el interior de cada ser humano. Tengo delante un pesebre, que simboliza el nacimiento de una nueva realidad.
Múltiples personajes representados por los pastorcillos, que me indican que en mi interior cohabitan múltiples personalidades que están buscando adorar a un rey. Es decir, buscan unificarse, reunirse en torno a la figura de un rey, el que tome las riendas de nuestra personalidad y nos conduzca a la victoria.
Lo que lleva las personas a fracasar en su intento de avanzar, es la dispersión, que cada tendencia campe por libre, que una parte se apunte a un régimen y la otra la boicotee atiborrándose de comida. Que quieras decir te quiero y acabes lanzando una retahíla de reproches.
En ese pesebre hay una fuente, me recuerda que en la profundidad de mi ser descansa un conocimiento y que si accedo a él nunca más tendré sed.
En el fondo, unas casas encima de la montaña. Son el símbolo de ese hogar que me espera cuando haya finalizado la ascensión, cuando haya alcanzado las cumbres que me he propuesto escalar. Allí encenderé la chimenea que me calentará y me sentiré a salvo, con la sensación de haber cumplido con mi misión.
Otro símbolo de la Navidad, presente en el belén, son los Reyes Magos, esos que representan las tres fuerzas que forzosamente deben movilizarse, cada vez que algo nuevo quiere nacer en mi vida. Esas fuerzas son la voluntad, la sabiduría y el orden. Las tres constituyen la base de nuestra realidad. Cuando se activan, nos traen sus presentes y toda nuestra organización interna se ponen marcha.
En el pesebre también encontramos al ángel anunciador, el que nos avisa que hay una realidad en ciernes que se está formando ante nuestros ojos, algo que transformará nuestra vida, que nos ayudará a ver y a vivir las circunstancias desde un ángulo distinto.
Y, finalmente, la pieza principal del ese pesebre es el portal de Belén, donde va tener lugar el nacimiento de esa semilla crística que representa el despertar a una nueva realidad, la que nos incita a abrir el corazón, a entregarnos, a Amar de una forma desinteresada.
Y toda esta Navidad está rodeada de luz, para que seamos capaces de comprender que el universo está abriendo entre nosotros un portal dimensional, el portal de Belén, esa ciudad mítica que representa el nacimiento de la luz.
¿Vas a mantenerte impasible? ¿vas a permitir que todos estos símbolos desfilen ante tus ojos haciendo ver que la cosa no va contigo? ¿Vas a llevar a cabo algún cambio en tu vida?
¡Que la Navidad te sea propicia!
¡Apasiónate, vive, cambia!
Tristán Llop
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