Tu Árbol personal
El Árbol de la Vida es un potente mapa que marca un itinerario, el de tu vida, pero como sucede en los viajes, aun conociendo el destino, sabemos que nos quedan maravillosos paisajes por ver y vibrantes experiencias por descubrir. El análisis de tu Árbol de la Vida te ayudará a descubrir potencialidades dormidas, facultades que ignorabas, es la llave de tu tesoro.
Como todos los buenos tesoros, deberás escarbar y profundizar para descubrirlo en su totalidad, porque si pretendes, con una sola lectura, descifrar los entresijos de tu vida, sentimos decirte que te equivocas.
En el trabajo que te presentamos, encontrarás una interpretación, en forma de claves, de distintos aspectos del Árbol, reflejados en los llamados senderos y sub-senderos, que son los caminos que unen un centro del Árbol a otro. Los localizamos a través de tu carta astral, basada en tus datos de nacimiento.
Lo primero que deberás hacer es tener a mano tu carta astral, que puedes sacar a través de una aplicación de Internet. Después buscas un gráfico del Árbol de la Vida o lo dibujas y deberás insertar en él los planetas siguiendo las directrices siguientes:
Los planetas situados en los signos de Capricornio y Acuario, los colocarás en el gráfico en la esfera de Binah y activarán este centro, sus energías y transmitirán su esencia.
Los planetas que estén en los signos de Sagitario y Piscis, se colocarán en la esfera de Hesed.
Los de Aries y Escorpio, en la de Gueburah.
Los de Leo, en Tiphereth.
Los de Tauro y Libra, en Netzah.
Los de Géminis y Virgo, en Hod.
Y los que tengas en Cáncer, irán a parar a la esfera de Yesod.
En las esferas de Kether y Hochmah no habrá nunca planetas porque no tienen correspondencia zodiacal.
Recuerda que estamos formados por numerosas tendencias, y mientras una parte de tu ser te pide que sigas un régimen alimenticio, otra te incita a comer helado. Así, puedes encontrarte con un sendero que dice que tienes una gran fuerza de voluntad y otro que te muestra una tendencia a la holgazanería. No lo veas como una contradicción o un contrasentido, sino como la exposición de las distintas partes que conforman una realidad, porque estamos formados de múltiples personalidades.
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