¿Qué son los Ángeles?
El término «ángel» deriva del latín «angelus» quiere decir algo parecido a «vehículo de información».
La sociedad altamente tecnificada en la que vivimos, llena de altibajos y de crisis, necesita, como decíamos antes, volver a creer en los milagros. Necesita recordar que cada ser lleva incorporado en sí un botiquín cósmico.
Esta fuerza existe, aunque ignorada por muchos y relegada a un segundo plano, a la sombra de la personalidad material y vive en nosotros. Permanece a la espera de que entremos en comunicación con ella y seamos capaces de reconocer su existencia.
Como lo demuestra el creciente interés que el tema angélico está suscitando en Occidente, estos seres de luz están viviendo un renovado esplendor, preparando su glorioso y brillante retorno a la conciencia humana y no está muy lejana la época en que serán sometidos a investigaciones científicas.
Ese retorno ha sido atribuido al desamparo espiritual en el que está sumido actualmente el ser humano, dando a entender que somos nosotros los que llamamos al ángel. Puede que lo hagamos de forma inconsciente, pero todo parece indicar que ha ocurrido lo contrario, es decir, que son esas entidades de luz las que han decidido iniciar un acercamiento, espoleados por dos razones fundamentales: La entrada en la Era de Acuario (con la consiguiente superación de los valores Piscianos) y el arranque del período evolutivo -o final del involutivo- que coincide con el inicio de la edad adulta de la humanidad.
Ayudarnos a superar ese difícil trance, en todo punto semejante a un gigantesco traslado, parece ser, a todas luces, el principal objetivo de nuestros tutores alados.
Por ello, es necesario comprender la labor de tutores del ser humano que ejercen los 72 ángeles o Genios de la cábala.
Kabaleb rescató del olvido en que estaban sumidas unas enseñanzas relativas a estos 72 Genios o ángeles, auténticos «superministros» divinos cuya misión consiste en ayudar a los seres humanos y en proporcionarles el conocimiento necesario para que comprendan el funcionamiento de la maquinaria cósmica y por ende la suya propia. Acaso el mayor mérito de la obra de Kabaleb radique en que ofrece la posibilidad de una comprobación, de una experiencia práctica que nos llevará a comprender la existencia de los ángeles, no como un dogma de fe, o como una simple moda, sino como algo real y concreto.