Mercurio y su posición en los 12 signos y en las 12 Casas
Introducción
Mercurio es el rostro visible de Hod. Su situación en el Árbol nos indica cuáles son sus funciones. En primer lugar, Mercurio es el corrector del desorden que pueda haber introducido Venus en su actuación excesiva. Los Sefirot de la izquierda son los portadores de la ley hemos dicho, de modo que en Venus no se encuentra ley alguna que limite su expansión y su goce. Es fácil excederse con los impulsos procedentes de Venus, incluso cuando sus radiaciones se propagan armoniosamente, es decir, cuando forma buenos aspectos.
Mercurio, heredero del pensamiento activo de Binah, es el que permite discernir lo que es lícito y lo que no lo es en la gozosa actividad venusiana. Mercurio y Venus forman parte del cortejo de planetas que siguen al Sol en su deambular por el espacio, de modo que nunca se encuentran muy lejos el uno del otro, como perfectos instrumentos de la voluntad del Ego Superior, el uno constituyendo la escuadra-Mercurio con la que se miden las realidades humanas, y el otro el compás-Venus, con el que el alma dibuja en la realidad sensible su propósito.
Mercurio representa la ley de Binah en un mundo próximo al físico, puesto que se mueve en ese mundo etérico, conocido cabalísticamente como de Formación. Binah instituye la ley de arriba, la general-cósmica, y Mercurio identifica abajo, en el reino de la multiplicidad, lo que es idéntico a lo de arriba. Mercurio será, pues, el planeta que desde abajo ha de llevarnos a descubrir cómo son las cosas arriba.
Los planetas de la derecha de El Árbol de la Vida: Urano, Júpiter, Venus, pueden inducirnos a funcionar de acuerdo con las leyes cósmicas, pero no nos aportarán la comprensión de por qué las cosas son así y no de otra manera. La comprensión nos vendrá de los planetas de la izquierda y será desde abajo que esa comprensión empezará, puesto que nuestra conciencia está proyectada hacia el mundo material, que es el que nos sirve de escenario para nuestras experiencias.
Por ello Mercurio es el que abre las puertas de nuestra mente a las realidades superiores. Es el iniciador y su símbolo se encuentra inscrito en todos los templos iniciáticos. Su posición en una carta astral indicará la aptitud de la persona para comprender la relación entre las cosas, que es la facultad suprema de la inteligencia.
Lo de arriba guarda una relación con lo de abajo; es como lo de abajo, precisa el principio hermético, procedente precisamente de Mercurio (de su enviado Hermes Trismegisto) y siendo así, el juego de la inteligencia consiste en identificar aquello que aquí abajo corresponde a lo de arriba.
De ese trabajo de identificación nace la ciencia de las analogías, que es suprema en el descubrimiento de la verdad. De acuerdo con dicha ciencia, lo que es verdad en un dominio cualquiera conocido ha de ser forzosamente verdad en un dominio ignorado y aplicando este precepto conseguiremos, a partir de lo conocido, descubrir lo ignorado.
Mercurio, siendo el revelador de las analogías, es también el encargado de poner en nuestra vida los personajes que han de protagonizar estas analogías, los que escenificarán las anécdotas que vivimos a diario.
Una posición fuerte de Mercurio en un horóscopo será indicio de que la persona posee capacidad de análisis, de crítica, de síntesis y de discernir la verdad encerrada en cada situación.
En el zodíaco, Mercurio trabaja con los materiales de Géminis y de Virgo. En Géminis, Mercurio actúa positivamente, aportando discernimiento a la exteriorización de nuestras ideas.
A través de Virgo, Mercurio actúa por su polaridad negativa, sirviendo sus materiales de tapiz rodante, por decirlo así, que conduce a la quintaesencia de las experiencias adquiridas en los cuatro ciclos elementales ‑Fuego, Agua, Aire, Tierra‑ al nuevo gran ciclo que se iniciará con Aries.
En el Árbol Cabalístico vemos que de Mercurio parten unos senderos que comunican con la Luna y Malkuth y otros que comunican con Marte y el Sol, aparte del que se relaciona con Venus. Al estudiar los signos hemos visto cómo en el proceso de los ciclos elementales, Géminis conduce a Capricornio, puerta de entrada del Elemento Tierra. Capricornio está regido por Binah‑Saturno y en el mundo de Formación es Yesod-Luna quien realiza las funciones de Binah-Saturno (porque es el tercer Séfira de ese mundo).
Así, diremos que el Mercurio de Géminis es el que conduce a las realidades materiales representadas por Yesod y Malkuth, o sea, que en Géminis, Mercurio «baja» hacia el mundo material.
En cambio, en Virgo, signo final de un gran ciclo, comunica con Aries, regido por Marte, signo que representa el comienzo de un nuevo ciclo. Así, diremos que el Mercurio de Virgo es el que lleva a las realidades espirituales, es el que «sube» por los senderos que conducen a Marte y al Sol.
Los alquimistas, que pusieron un nombre mineral a los elementos transmutadores de la personalidad, distinguían en sus compuestos a dos Mercurios, el vulgar y el filosófico. El vulgar es utilizado en la fase previa, cuando el «preparado» no ha alcanzado aún su madurez, mientras que el filosófico es utilizado como elemento transmutador. El primero corresponde a Géminis y el segundo a Virgo.
Es, pues, a través de sus cualidades negativas, que Mercurio se manifiesta con particular esplendor, porque su posición en el Árbol es He por varios conductos. Mercurio es el He del ciclo Vav, el formado por Netzah-Hod-Yesod‑Malkuth. Es el He de su columna, ya que siendo Binah el Vav supremo, Gueburah es el segundo He-Yod y Hod el He, y se encuentra en la columna negativa, lo cual significa que la inteligencia del universo empieza en el interior de nosotros mismos.
Mercurio es la mujer, lo femenino, lo primero que se prepara en nuestro interior para concebir la comprensión del mundo, del mismo modo que fueron las fuerzas femeninas las que Kether soltó al iniciar los trabajos de Creación, con la misión de comprender, de asimilar las esencias zodiacales procedentes de un lejano Día de Manifestación ‑por ello la tradición le da el nombre de Anciano de los Días.
Mercurio es el canal que utiliza el Ego Superior, el jefe interno, para expresar su pensamiento en el mundo material. Si estudiamos las funciones de los Sefirot de la columna de la izquierda, podemos constatar que Binah genera el pensamiento divino, concentrando lo que en Hochmah está difuso y proyectándolo al exterior del mundo divino. Gueburah gesta ese pensamiento destruyendo todo lo que la persona tiende a incorporar a ella de extraño a su naturaleza y Mercurio lo expulsará al mundo inferior.
Si consideramos pues los Sefirot de la izquierda tan solo bajo el aspecto de transmisores del pensamiento divino, vemos que Binah es el Yod, Gueburah el He y Hod el Vav. Vemos que Hod-Mercurio realizará respecto a Malkuth las mismas funciones que Binah realizará respecto a Hesed. Binah derrama el pensamiento divino en el Mundo de Creaciones; Hod derrama el pensamiento del Ego Superior en el Mundo de Acción.
Así pues, el Pensamiento con el que «trabaja» Mercurio se encuentra en su tercera fase: ha sido generado, ha sido rectificado en el Mundo de Creaciones, donde Marte ha eliminado todas las aportaciones perversas con que intentaba adornarlo nuestra naturaleza emotiva y ahora se prepara a saltar al plano material para ordenar en él las cosas como lo están en el Mundo de arriba.
Mercurio tiene que encajar ese Pensamiento en el mundo en que nos movemos y mientras por un canal “otea el horizonte» para ver las posibilidades de encaje, por otro interioriza ese Pensamiento en Yesod para que ese Centro lo proyecte al mundo material.
Por otra parte, Mercurio retira la memoria de las experiencias vividas para incorporarla al Ego Superior. Se trata de la memoria consciente, puesto que las experiencias que no pasan por la conciencia son grabadas en la sangre y asimiladas en el proceso post-mortem.
El estado cósmico de Mercurio (sus aspectos) nos indicará la facilidad o dificultades que encontrará el Ego Superior para poder expresar su Pensamiento; nos indicará en qué dominio actuará, si en el de las Emociones (signos de Agua), en el del Pensamiento (signos de Aire), en el de lo Material (signos de Tierra) o en la actividad inconsciente (signos de Fuego).
Un Mercurio fuerte, formando numerosos buenos aspectos, indicará que el Ego Superior es quien manda en esa vida y su programa se realizará sin obstáculos.
Un Mercurio flojo, con malos aspectos, indicará que la persona encontrará gran resistencia, viniendo de su personalidad inferior, para la realización del programa del Ego Superior. De igual modo, el buen o mal estado cósmico será indicio de buena o mala memoria.
En la Mitología, Mercurio era el Mensajero de los Dioses, el encargado de trasmitir las comunicaciones de los Olímpicos a los mortales y muy particularmente los decretos de su padre, Júpiter, que era quien gobernaba en el cielo después de haber destronado a su progenitor Saturno.
Esa función de Mensajero, Mercurio la sigue realizando y así vemos que cuando se encuentra en marcha retrógrada, las comunicaciones van mal, los empleados de Correos se ponen en huelga y las gentes no acuden a las citas. Cuando Mercurio está perturbado el mundo queda indeciso, sin saber qué hacer, porque los mensajes de los dioses no llegan a la mente humana.
Así pues, cualesquiera que sean las cualidades de una persona, si su Mercurio se encuentra en malas condiciones cósmicas, no sabrá decidirse en el momento adecuado, no podrá coordinar con eficacia sus distintas virtudes para utilizarlas en el buen momento.
Por el contrario, un Mercurio bien situado le dará el sentido de la oportunidad, hará que oiga en su interior las voces de los dioses, diciéndole en su momento lo que debe o no debe hacer.
Las disonancias planetarias sobre Mercurio perturbarán las funciones intelectuales. Por un lado (Géminis) entorpecerán la facultad de discernir lo que es o no es adecuado al establecimiento material, dando lugar a lagunas de comportamiento. Dará a quien no sabe sacar partido de las situaciones materiales, a quien no ve las oportunidades porque la conexión entre la realidad material y la función inteligente está alterada.
Por otro lado (Virgo), no acertarán a transmitir el concentrado de sus experiencias totales, lo cual le conducirá a tropezar dos veces en el mismo obstáculo y a tener que repetir curso, por así decirlo.
O sea, que ni la personalidad material dispondrá de la inteligencia de arriba, ni el Ego Superior tendrá la información procedente de abajo.
Los buenos aspectos de Mercurio potenciarán la inteligencia, propiciarán una mente lógica y práctica, buena memoria, facilidad para la comunicación, capacidad de análisis y síntesis.
Claves: Comunicación, ideas, análisis, memoria consciente, decisión, concreción, locuacidad, comercio, ingenio, facilidad de palabra, búsqueda de intercambios, razonamiento, control del lenguaje, aprendizaje de lenguas extranjeras, toma de decisiones, sentido de la oportunidad, sentido práctico, capacidad para escuchar, intrepidez, dialogante, visión de conjunto, inteligencia rápida, viajes, relaciones sociales.
Mercurio en Aries
Estará convirtiendo en razonable algo que por su esencia escapa a la razón. En condiciones normales, Mercurio debería «trabajar» el Designio de Aries cuando este Designio se encuentra en la fase Géminis o Virgo, o sea, cuando ha pasado ya por los distintos períodos de elaboración. Si se pone a trabajar con ese producto no elaborado, en su estado primordial y siendo las funciones de Mercurio eminentemente exteriorizadoras, significará que está poniendo en el mercado humano, por decirlo así, un producto que, por su naturaleza, no es apto para el consumo. Será algo así como un concentrado que, consumido en su estado puro, puede producir irritaciones, inflamaciones, puede corroer los órganos por los cuales transita y de igual modo que los concentrados necesitan que se les añada agua para hacerlos comestibles, también Mercurio en Aries necesitará que el mensaje a que da lugar sea mediatizado, traducido, explicado.
En el aspecto positivo, Mercurio en Aries dará a la persona que se anticipa a su tiempo, al portador de ideas nuevas, siempre en relación con el entorno en que se encuentra situado. Ideas revolucionarias, fantásticas, utópicas, por cuanto su vigencia no puede tener lugar en la sociedad en que son proclamadas, pero regirán con toda seguridad más tarde, cuando los ciclos naturales se hayan cumplido.
En el terreno práctico, la mente de la persona no estará trabajando en asuntos concretos, sino en lo abstracto, de modo que le será difícil realizar en la sociedad una función social de tipo intelectual, porque su mente no estará en la cosa concreta que hace, sino más allá.
Su inteligencia práctica será poco efectiva. En cambio, su percepción de la verdad, de una cierta parcela de verdad, lindará en lo genial. Si se encuentra en un entorno fecundo, rodeada de personas susceptibles de sacar provecho de sus destellos, matizarlos, elaborarlos, la persona podrá realizar funciones de auténtico oráculo de precursor.
Además tendrá una mente muy ágil, de respuestas rápidas y aunque no sean demasiado concretas (aunque habrá que ver el resto de su carta), darán el pego por su celeridad.
Los malos aspectos de Mercurio en Aries harán que la percepción de la espiritualidad se presente a la persona con tanta fuerza, que para su mente solo haya una realidad, la que ella y solo ella percibe, de modo que todo cuanto ocurre en el mundo material no será percibido y si lo es, no será tomado en cuenta.
Esa desconexión del mundo material, hará que la sociedad la considere como «original», fantasiosa y si esa percepción condiciona totalmente su conducta, se le considerará como loca, como «ida», ausente de la vida real.
Mercurio en Aries es portador del más elevado mensaje y por ello mismo difícilmente comprensible para la persona interesada y para los que la rodean.
Mercurio en el Ascendente o casa I
Acelerará extraordinariamente la emisión de nuestro propósito humano, dado que la función de Mercurio consiste en sacar al exterior a la vez el pensamiento interiorizado y nuestro contenido material. Esto hará que la persona vaya directo al grano, que se ahorre circunloquios, que se salte a la torera las etapas y pase a la fase de los resultados sin haber pasado por la preparatoria.
Será pues la persona que establecerá muy rápidamente contacto con los demás, que en una jornada puede ser el amigo, el amante, el triunfador y el que abandona la presa una vez conseguida.
El carácter liberatorio de Mercurio no le permitirá encadenarse a su propósito. Lo tendrá, lo realizará y pondrá distancia entre él y lo conseguido. Esto hará que pueda pasar por una persona caprichosa, incoherente.
En la vida práctica, encajará en la tercera fase de elaboración de un producto, la fase Vav, la exteriorizadora, siendo muy difícil que pueda llevar ella misma un proyecto desde el comienzo hasta su final, porque ella es la persona del final: ahí está su habilidad, su talento (salvo que ese Mercurio esté en un signo cardinal). Deberá pues incorporarse a una iniciativa ajena, cuando esta se encuentre en el período de la exteriorización.
Si Mercurio actúa positivamente, hará que la persona sea portadora de futuro, sea quien ve más allá en lo que ahora está empezando y quien pueda, por lo tanto, actuar como un oráculo.
Mercurio en el Ascendente también hará que la persona tenga tendencia a soltar la información que posee con demasiada celeridad, como si le quemase las neuronas guardarla.
Los malos aspectos harán que solo contemple los aspectos negativos y catastróficos de aquello que está empezando y que sea, de algún modo, el ave de mal augurio. Viendo solo lo negativo, no participará en las empresas que sabe que terminarán mal y se mantendrá al margen de toda actividad, siendo por excelencia la persona a la que le cuesta encajar.
Mercurio en Leo
Ejercerá su función crítica en el proceso de interiorización del pensamiento divino, sacando al exterior, puesto que la función de Mercurio es exteriorizadora, las partículas de Leo que la persona puede utilizar en su vida práctica.
Mercurio es por excelencia el planeta del sentido práctico, ya que siendo el mensajero de los dioses por un lado, es al mismo tiempo, por su situación en el Mundo de Formación, próximo a Malkuth, el que calibra si el «mensaje» es adecuado o no; es decir, si realmente encaja en el mundo físico o si necesita una adaptación.
Si es necesaria la adaptación, el propio Mercurio se encarga de rectificar el mensaje. Tendremos así que Mercurio en Leo captará de la personalidad moral de la persona aquello que sea útil a la situación que está viviendo, poniendo anticipadamente en circulación unos valores morales destinados a servir de armazón al Designio que se está elaborando.
Si no existiera en el cosmos un «Servicio» encargado de llenar los vacíos que se están produciendo en el interior de las personas, estas, al poner en circulación lo que en términos simbólicos suele denominarse «su tesoro», se estarían empobreciendo en material aurífero, que es el de Leo. Pero ese oro que derrocha le será restituido gracias a los mencionados mecanismos cósmicos.
Sin embargo, la elevada espiritualidad que manifiesta, no siempre responde a su auténtica naturaleza. Puede que su comportamiento, el exteriorizado a través de los signos de Tierra que potencian su manifestación material, sea muy distinto del que preconiza un Mercurio en Leo. Oyéndola, los demás pueden pensar «este tiene un corazón de oro», cuando en realidad sus bellas palabras han de pasar por la prueba de la experiencia y solo después de haberla sufrido se verá si el bello propósito es rubricado por unos bellos actos.
Con esta posición tendremos pues al moralista teórico, el predicador que habla de lo que aún no ha experimentado. Si es un alma vieja, que ha alcanzado un cierto nivel evolutivo, esta persona llevará interiorizado un considerable bagaje de designios divinos y en ese caso Mercurio sacará de dentro ese material, pondrá en circulación la memoria moral encerrada en la persona. Entonces su discurso corresponderá a realidades vividas y sus actos corroborarán sus palabras. Pero si se trata de una personalidad convencional, su moralismo no pasará de la pura teoría.
En Leo, el Designio que penetra por Aries ha tomado cuerpo y esa forma sublime puede facilitar a Mercurio argumentos auténticamente divinos.
Los buenos aspectos indicarán que los Centros de la Derecha actúan sobre Mercurio y siendo esos Centros los depositarios de la verdad, no puede expresarse por su mediación lo que es falso, lo que corresponde a una tendencia separada del conjunto motor de la persona. Ello será señal de que nos encontramos ante un alma vieja que ha conseguido unir las palabras a los gestos.
Los malos aspectos nos indicarán que un trabajo no cumplido debe ser realizado en malas condiciones. Mercurio sacará argumentos que el comportamiento de la persona no corroborará, siendo así la persona que predica lo que no es capaz de cumplir.
Es posible que ella misma se crea sus palabras y se meta en situaciones imposibles, en las que se le exigirá un comportamiento que no está en condiciones de dar y se verá confundida y atrapada.
Mercurio en Casa V
Suscitará la aparición de personas en su vida que corresponderán a la dinámica estudiada: serán personas que hablan de una manera sublime, pero que no son capaces de comportarse de acuerdo con sus palabras. Serán excelentes sermoneadores, sus argumentos serán de una gran elevación.
Si Mercurio recibe buenos aspectos, pueden ser esas almas viejas de las que hablamos. Puede significar la aparición en nuestra vida de una persona intuitiva, que se impregna de las cosas al primer golpe de vista, que resuelve los problemas en un instante y después se va. Será para nosotros alguien que nos aporta un amor desinteresado y episódico: será alguien que nos favorecerá sin pedir nada a cambio y que desaparecerá rápidamente de nuestra existencia.
Si estamos atentos al mensaje que nos trae, comprenderemos las leyes que mueven el universo, porque en él estará el conocimiento de ellas; quizá no se trate de un conocimiento consciente, pero en su modo de proceder estará la clave que ha de aportarnos esa sabiduría.
Mercurio en la Casa V también dará hijos inteligentes, de pensamiento rápido, ágiles. Suerte en lo que tenga que ver con los medios de comunicación, suerte en las relaciones, en el tú a tú.
Los malos aspectos nos enviarán a una persona que nos confundirá e inducirá en error con sus falsas intuiciones. Aparecerá el embaucador, la persona cuyo propósito no traduce su propia realidad y que nos decepciona. Será hábil en captar nuestra confianza, pero habiendo un divorcio entre sus palabras y sus actos, será el típico abusador de la confianza que ha suscitado.
Mercurio en Sagitario
Estará realizando funciones exteriorizadoras en un signo especializado también en esa tendencia, pero su sentido práctico no será ejercido en su momento. Es decir, Mercurio captará del mensaje sagitariano lo que pueda resultar útil al mundo físico, cuando de Sagitario se desprende el mensaje amplio y difuso que el Ego Superior dirige a sus vehículos inferiores.
En este sector, Mercurio resultará selectivo, excluyente y por ello la Astrología Tradicional nos dice que Sagitario es la tierra de exilio para Mercurio. La razón humana no está en condiciones de comprender el mensaje sagitariano y al no comprenderlo, lo primero que hace es cortar, censurar, suprimir.
Mercurio aquí es como un embudo que se le pone al pensamiento divino y todos los censores que en el mundo han sido proceden de ese modelo cósmico. Mercurio está demasiado cerca de las realidades materiales para que pueda ejercer funciones útiles a niveles elevados.
Hemos dicho que Mercurio era el canal a través del cual el jefe interno expresa su pensamiento. ¿De que nos serviría un canal que en lugar de encontrarse en la boca del río, para traspasar sus aguas al punto deseado, se encontrase en la copa de un pino o si sirviese de adorno en lo alto de una peña?
En Sagitario, el canal se le ha desplazado al Ego Superior y realiza su función donde resulta poco útil. El problema se presenta del modo siguiente: El Ego Superior arma sus vehículos materiales con un Designio que introduce por la puerta de Aries. En condiciones naturales, ese Designio debe ser accionado inconscientemente por la persona, estableciéndolo en su interior, trabajo correspondiente a Leo y exteriorizándolo en Sagitario, desde donde esa alma de Fuego es depositada, como un huevo, en el Cuerpo de Deseos, para que lo fecunde y desarrolle.
Si la voluntad de la persona no perturba ese proceso, todo ello se desarrollará según los planes del Ego Superior, pero si Mercurio mete su nariz en ese proceso, el plan del Ego Superior será descubierto antes de tiempo, o sea, la persona tomará conciencia de la situación, pero como la conciencia no puede abarcar la totalidad del plan, propiciará la realización de la parte que esa conciencia comprende y por lo tanto lo limitará.
Nuestra conciencia le dirá al jefe interno que le va a hacer un favor: el de movilizar la mente en la realización de la empresa. En la vida ordinaria nos encontramos siempre con personas que nos dicen que nos van a hacer un favor y luego resulta que nos chafan la guitarra, como suele decirse y encima tenemos que estarles agradecidos. Mercurio en Sagitario produce esta situación.
Diremos pues cuando aparezca esta posición, que la persona tiene conciencia de que ha de realizar una misión que la encumbrará más allá del ordinario, pero que esta misión siempre estará por debajo del nivel con que la hubiera realizado de haber actuado inconscientemente. El Ego Superior queda empobrecido, frustrado en parte, pero la parte de esa misión que la persona realice, la llevará a cabo con más fuerza que si hubiese actuado de manera inconsciente.
Los malos aspectos harán que la parte del Designio que Mercurio pueda comprender no se realice armoniosamente. Es decir, la mente elaborará un programa caótico, dramático, porque estará persuadida de que el mensaje que debe aportar solo será comprendido a base de palo y violencia. Entonces generará las circunstancias susceptibles de procurarle esa manifestación. El dramatismo dependerá de los planetas aspectantes, ya que, como hemos dicho tantas veces, si son los planetas de la derecha los que mal aspectan, entonces tendremos escenificada una tragedia bufa o un drama hilarante.
Mercurio en Casa IX
Se ocupará de la exteriorización de nuestro propósito moral y tal como sucede en el signo, sucederá con el material moral procedente de nuestro interior. Nuestro contenido moral, que ha de servir de base a la elaboración de los sentimientos, será precipitado por la borda y utilizado en la vida práctica, saltando por encima de la etapa sentimental y de la intelectual. Una moral de vanguardia, destinada a manifestarse en un lejano futuro, se aplicará a un comportamiento que es de hoy de modo que la irrupción del futuro en el presente dará lugar a una situación mal definida, conteniendo posiblemente los gérmenes de su propia disolución.
En la práctica esto se presentará bajo el aspecto de un idealismo fuera de lugar y con malos aspectos, el carácter ideal, sublime, puede utilizarse para adobar un estofado que empieza a oler a podrido. Es decir, se producirá una subordinación de lo superior a lo inferior de modo que la persona puede utilizar ideas redentoras para el triunfo de un asunto de baja monta.
Mercurio en Casa IX también dará a la persona que defiende la justicia, que busca tener razón por encima de todo, que tiene argumentos para todo. Viajes de tipo intelectual, para que le firmen un libro, para conocer a un autor o su obra. Dará a quien quiere demostrar postulados espirituales a través de la razón, de la ciencia.
También dará a la persona que pone su inteligencia al servicio de los cambios que debe realizar.
Mercurio en Cáncer
Hará que el intelecto utilice un elemento con el que guarda poca afinidad. También aquí su función es anticipada e inadecuada, puesto que, como hemos dicho, Mercurio ejerce funciones exteriorizadoras, mientras que Cáncer es un signo productor de semillas.
Mercurio captará ese manantial de aguas puras de Cáncer, que en ese estadio son materia prima para la formación de los sentimientos y las proyectará al exterior. La mente, unida al agua primordial, dará comunicaciones de gran belleza. Esta combinación es una de las determinantes de los elementos poéticos y ha de potenciar la figura del poeta.
En la vida real, la actitud de la persona ante los acontecimientos será la de la poesía. Es decir, la poesía significa un propósito vago a veces incoherente, generoso siempre, portador de sugestiones, de sugerencias, inspiradora a veces de otros propósitos que arraigarán.
Esa persona será pues quien sugiere, quien inspira, quien aporta una visión generosa de las cosas, pero no se mojará participando emotivamente a la transformación de la realidad. Su mentalidad le llevará a poner pinceladas a las cosas y modelará la vida como esas pinturas surrealistas en las que han desaparecido los contornos y las formas aparecen por contraste de colores. Allí donde exista esa vaguedad, allí se encontrará mentalmente en su elemento.
Mercurio conducirá el potencial sentimental hacia el exterior, de modo que esa persona tenderá a no ser muy permanente en sus amores. Canalizando los sentimientos hacia lo útil, si en su tema hay indicios de creatividad, puede ser novelista, autora de relatos, poniendo los sentimientos al servicio de la razón para sacarles partido.
Intelectualizará pues los sentimientos, impidiéndoles en cierto modo su correcta utilización, vampirizándolos para urdir fábulas con ellos, o con fines políticos u otros.
Con malos aspectos será la novelista que dramatizará, que lo hará pasar mal a sus personajes, que los pondrá en la cuerda floja, autora de relatos de terror.
Mercurio en Casa IV
Bombeará al exterior las intimidades de la persona, venderá su vida íntima, por así decirlo, por puro placer o porque le dan dinero para contar sus interioridades.
De un modo u otro sacará partido de lo íntimo, del hogar, de la madre, de lo que constituye las raíces de los sentimientos. De ahí que sea especialista en cuestiones íntimas, especialista en el análisis de los sentimientos, ya que su intelecto se encuentra proyectado hacia lo interior.
Un Mercurio en Casa IV dará vuelo a la imaginación y la persona será guionista de su vida y de la de los demás. Cuidará de su madre de forma lógica, apartando las emociones. Tendrá una madre o un hogar en el que primará la comunicación y el raciocinio por encima de las emociones. Raíces intelectuales.
Los malos aspectos producirán errores en la exteriorización de lo interno, la persona no captará correctamente su realidad íntima y será preciso que la dinámica externa produzca perfiles de vivos contrastes para que reconozca la naturaleza del mensaje, del mismo modo que cuando se quiere hacer comprender algo difícil, se exagera la nota o se caricaturiza para que exagerándola se entienda mejor.
Mercurio en Escorpio
Escrutará la naturaleza interna ya formada y la sacará al exterior, la comunicará. Escorpio es el guardián del Yo emotivo y Mercurio efectuará una referencia constante a ese yo.
En el estadio anterior, Mercurio expresaba materiales vagos, semillas, fuerzas primordiales. En este estadio expresará sentimientos organizados en el interior y ello dará a la persona que se cuenta a sí misma, que revive en palabras su propia epopeya. Será quien lo refiere todo a sí misma, que cuenta sus vivencias internas como en una novela.
La realidad sentimental puede no coincidir con la realidad física: se vive una cosa y se siente otra, a la que se añade lo que la situación ha sugerido en el momento de vivir la aventura físicamente.
Lo que la persona expresará de sí misma será esa segunda verdad, la que ha interiorizado en sus sentimientos, de modo que esta posición dará al fabulador, entendiendo como tal a la persona que no expresa una realidad tal como ocurrió físicamente, sino tal como ella la sintió, con toda la serie de posibilidades emotivas que la acción física podía absorber. Así, si vas a ver una película con esta persona, al salir del cine vuestra interpretación será muy dispar.
Como la gente corriente no admite más realidad que la que salta la vista, es evidente que esa persona pasará por una fabuladora, una mitómana, que se atribuye hechos que no son y si es cierto eso, también lo es que esos hechos que refiere, los ha vivido intensamente en su naturaleza emotiva.
Siendo la perfecta transmisora de su naturaleza emotiva interna, podrá comprender por analogía la naturaleza de los demás y sus oscuras motivaciones.
Con buenos aspectos puede ser pues una gran conocedora de almas. Y lo mismo que en Cáncer, si posee talento creativo, será la novelista que realiza una excelente pintura de caracteres ahondando en la complejidad de los sentimientos de sus personajes.
Por otra parte, dada la vinculación de Escorpio con la actividad sexual, Mercurio aquí indica que el intelecto escruta el sexo y elabora teorías sobre su funcionamiento.
Los malos aspectos darán a la persona obsesionada consigo misma que no puede hablar sino de ella, refiriéndolo todo a ella: será la egocéntrica nata y lo mismo ocurrirá con las cuestiones del sexo: el pensamiento estará fijado ahí a piñón fijo.
Mercurio en Casa VIII
Los amores que aparecerán en la vida de la persona serán intelectuales especializados en el escrutinio de los sentimientos, expertos en las cuestiones de sexo, hablando constantemente de ello.
Esas personas llevarán a la persona al campo del sexo y del conocimiento de los caracteres. Ellos serán las circunstancias que la llevarán a interesarse por estas cuestiones y a convertirse a su vez en experto en ellas. Es decir, esa facultad no les vendrá por revelación interna, sino por efecto de encuentros y de circunstancias. Será la persona que se dirá: «Si no hubiese encontrado a fulanito, jamás me habría interesado por tales cuestiones”.
Mercurio en la Casa VIII también dará el experto en temas de autoestima, en la comprensión de las emociones a través de la mente, como los psicoanalistas o los psicólogos. Expertos también en transformaciones.
Los malos aspectos harán que algunas personas queridas sean obsesos sexuales, egocéntricos concentrados en sus propios problemas, egoístas, de los que cabe esperar muchas críticas y poco amor.
Mercurio en Piscis
Estará actuando como director de orquesta en la liberación de las emociones. Su función se adecua a la del signo, pero, como sabemos, la especialidad de Mercurio es la proyección del pensamiento y el desprendimiento de los valores materiales. No estará trabajando pues en un medio ambiente propicio.
Como la función de Mercurio es la de acondicionar el mundo de arriba en el recipiente de abajo y como Mercurio está siempre muy cerca de las realidades materiales, recogerá de Piscis tan solo los elementos que encajan en el mundo material, los que pueden servir a la política del Ego Superior y la de la personalidad humana, dado que Mercurio sirve a esos dos señores a la vez.
Ello significa que su actuación en Piscis será selectiva y que a través de Mercurio solo se filtrarán ciertos materiales del signo, no trasmitiendo los que no pueden servir a su plan. Tendremos así que los sentimientos de la persona resultarán empobrecidos, cosa que ocurrirá con todos los planetas de la izquierda situados en este signo, ya que Saturno restringe la exteriorización; Marte le poner rigor y convirtiendo la exteriorización complicada, la persona acaba por no manifestar sus sentimientos y Mercurio es el que discrimina diciendo: «esto pasa y esto no».
Con Mercurio en Piscis los sentimientos no serán nunca exaltados, serán razonables, prácticos, siempre a propósito para la ejecución del plan de la persona o de su Ego Superior. Es seguro que con Mercurio en Piscis la sangre no llegará nunca al río, porque las emociones quedan aseptizadas y los estados pasionales no encuentran un Vav adecuado que los traduzca.
En lo positivo, la utilización de las emociones por el intelecto, ha de producir la inspiración, ha de dar la facultad de explicar los sentimientos de un modo coherente.
En el estadio anterior, Mercurio ponía su ojo escrutador en el Yo emotivo interno. Aquí lo pone en el despliegue de los sentimientos, en los efectos que produce su exteriorización, en estudiar cómo los sentimientos mueven el mundo y agitan a la sociedad a intercambiarse.
Si en Escorpio Mercurio podía dar el analista, el psicólogo, el psiquiatra, en Piscis dará por excelencia el novelista, el que sabe contar con lógica el discurrir de los sentimientos al vaciarse en el medio social. Escriba o no novelas la persona contemplará ese discurrir, será el testigo y se contemplará a sí misma como si el que sintiera las emociones que siente fuese otro: se observará con frialdad.
Los malos aspectos darán una complacencia en los malos sentimientos, harán que la persona utilice sus sentimientos de una manera lógica para mal obrar. En casos en extremos, puede dar la figura de la persona que comete crímenes «por mandato divino», es decir, la dinámica de sus anteriores vidas lo habrán colocado en una situación en que solo mediante la tragedia conseguirá aprender ciertas cosas y para seguir esa política, Mercurio utilizará los estados pasionales internos.
Mercurio en Casa XII
Exteriorizará lo «razonable» que se encuentre en la personalidad emotiva de la persona. En el signo, Mercurio dejaba fuera ciertos contenidos emocionales, de modo que la persona no disponía de esas fuerzas que hubiesen podido llevarla a cometer excesos. En la Casa XII son los propios sentimientos de la persona los que se ven reprimidos por no ser conformes a las leyes de la lógica y la razón que representa Mercurio.
Como esos sentimientos reprimidos siguen existiendo, al quedarse sin voz, buscarán otros cauces para salir al exterior. Las emociones internas que Mercurio reprime pueden causar problemas a la persona y lo más seguro es que los causen. Cuando los psicólogos hablan de represión de los sentimientos, es a esa problemática que se refieren sin duda alguna.
O sea, Mercurio expide por el canal de la Casa XII lo que es adecuado, lo que es conforme a la conciencia de la persona, si se trata de una expresión elevada de Mercurio, ya que sus Rostros inferiores lo harán actuar según las conveniencias sociales, las convenciones o las reglas mundanas.
Sea alta o sea baja, la expresión de su mundo emocional interno se hará de acuerdo con una norma. Pero en el universo emocional de la persona esas normas no son válidas y las emociones inexpresadas, como decíamos, irán en busca de otros cauces. Si los encuentran, su expresión resultará inadecuada y ello dará lugar a un comportamiento que no es normal en aquel escenario concreto.
La persona será muy normal en muchos aspectos de su vida, pero en el escenario en que se descarguen sus emociones reprimidas no lo será. Ya sabemos que puertas de salida serán, puesto que solo hay cuatro: por la primera (Fuego) salen los contenidos de los que no somos conscientes. Por la segunda (Agua) se expulsan las emociones. Por la tercera (Aire) las ideas y por la cuarta (Tierra) nuestras propiedades físicas.
La represión ejerciéndose en la segunda puerta hace que solo puedan salir las emociones por las tres restantes. si no les es posible salir por ninguna de ellas, se derramarán por el interior y causarán las naturales perturbaciones en la persona.
Como mensajero de los dioses que es, Mercurio rige en el cuerpo físico los nervios, por cuyo canal el cerebro comunica con todas sus partes y estas con el cerebro. Como la perturbación la causa Mercurio, es natural que esta repercuta en su propio sistema, dando pues lugar a la aparición de una enfermedad nerviosa.
Mercurio en la XII también hará que la persona se enamore de forma controlada, tratando de ver las razones lógicas por las que debe enamorarse, intentando fijarse en criterios mentales. Puede, por ejemplo, ser la persona que se enamora de alguien que puede facilitarle una vida mejor.
Los malos aspectos, si vienen de planetas de la izquierda, restringirán aún más la exteriorización de las emociones y por consiguiente, será más intensa la propensión a enfermedades nerviosas o a un comportamiento extravagante en otros dominios. Mercurio soltará lastre ante la presión del planeta mal aspectante, pero una vez desaparecida esta presión, le apretará de nuevo las clavijas a la conciencia.
Mercurio en Libra
Se encuentra ya en su elemento, pero su función exteriorizadora se anticipará a su momento, sacando al exterior, no ideas elaboradas, sino gérmenes, ideas generales relacionadas con el medio zodiacal en que se encuentra. Será la persona que pensará que es preciso unirse, asociarse, formar grupo, pero no con un fin determinado, con un objetivo preciso, sino en términos generales, por estar juntos y nada más.
Resultará así que sus tendencias intelectuales le permitirán estar en muchos grupos, uno detrás de otro o simultáneamente. Puesto que el objetivo es encontrarse unido a alguien, no hacer algo preciso con este alguien, es evidente que cualquiera le servirá. Cuando lo necesite, la persona ya buscará otros aliados.
Con buenos aspectos, será un forjador de asociaciones y de grupos, sabiendo encontrar la manera lógica de establecerlos, la manera de hacer coincidir los intereses de múltiples individualidades. Será el que pronunciará discursos o escribirá textos en favor de la unión de todos. Su mente trabajará con todo lo que une, a nivel particular o a nivel social.
Esta posición marca la orientación de la mente hacia la unidad. Después de haber pasado todo un ciclo husmeando en los deseos, tratando de encarrilarlos hacia una lógica, la mente abandona el mundo del Agua para impregnarse de las leyes divinas.
Con malos aspectos, Mercurio integrará en una asociación elementos que son por esencia incompatibles y que no pueden ser integrados, adquiriendo así el conocimiento de que hay ciertas cosas en el universo que no pueden permanecer juntas y que su integración a la unidad debe efectuarse mediante su acoplamiento a otras unidades humanas.
Mercurio en Casa VII
Si en el signo Mercurio promueve asociaciones sin fines particulares, tan solo para vivir la experiencia de la asociación, en la Casa que corresponde a Libra, a través de la cual la persona busca al asociado que encaje con su yo consciente, también buscará a ese otro yo como experiencia, un poco para ver lo que pasa, ya que, siendo las funciones de Mercurio exteriorizadoras, no puede pretenderse que sea un buen plantador de semilla. Al contrario, removerá esa semilla apenas plantada para sacarla fuera de su receptáculo y poner otra.
En tales condiciones Mercurio en la Casa VII no puede en modo alguno ser un factor de estabilidad matrimonial. Contemplará el matrimonio, como cualquier otra unión, comercial, ideológica o sentimental, como un centro de experiencias, en el que hay una lección a sacar.
Partidario de asociarse íntimamente, sintiendo la necesidad intelectual de hacerlo, no se sentirá ligado en profundidad porque Mercurio lo impulsará constantemente a deshacer aquel nudo para formar otro y a ver que pasa.
Tendremos pues que siendo Mercurio promotor de matrimonios y asociaciones, también lo será de divorcios, porque su función esencial es la de disolver, la de liquidar el capital de experiencias intelectuales acumulado en Géminis o el capital de bienes materiales acumulado en Virgo, sus dos signos de regencia. Mercurio es por esencia el gran liquidador de nuestro universo, como lo es Júpiter en un plano más elevado.
Los buenos aspectos harán que las experiencias de las asociaciones sean portadoras de frutos, que la persona encuentre realmente lo que ha ido a buscar al vincularse íntimamente con una persona o con una asociación.
Los malos aspectos llevarán a la persona a elegir a personas que no pueden en modo alguno encajar para sus experiencias matrimoniales o asociativas y aprenderá esa lección, no viniéndole de arriba, del signo, para impregnar su intelecto, sino viniéndole de abajo, del mundo, de la sociedad, de modo que su experiencia será mucho más directa y dramática que si se tratara de la posición de Mercurio Libra.
Mercurio en Acuario
Acuario representa la etapa del silencio. La persona observa, interioriza el pensamiento cósmico y procura convertirse en una máquina que funciona de acuerdo con las leyes. Si no lo puede hacer, porque sus inclinaciones sentimentales son aún fuertes y ese rey que se encuentra en lo alto de la Rueda de la Fortuna no ha podido ser precipitado abajo, entonces construye una máquina que funciona a la imagen y semejanza de las leyes cósmicas y si no puede actuar al unísono con ellas, la máquina sí lo hace y ya es algo.
Ya sabemos que el acuariano es el inventor nato y el inventor necesita silencio y sobre todo, secreto, para que sus ideas no pasen a otros cerebros que las utilicen antes que él.
Pero lo que no se le puede pedir a Mercurio es que guarde los secretos de lo que ve, dado que su función es la de proclamar, difundir, exteriorizar. Se encuentre donde se encuentre, Mercurio será el gran parlanchín.
En el ciclo sentimental serán los sentimientos quienes hablarán, en el de Fuego, será el Yo moral quien se exprese y aquí, en Acuario, Mercurio desvelará los secretos, desvelará el pensamiento cuando aún no se encuentra en su punto. Su anticipación producirá confusión porque expondrá algo que no tiene aún los ingredientes.
Si la persona es realmente un inventor, ya puede decirle adiós al usufructo de su invento, porque Mercurio dará la fórmula «urbi et orbe» antes de que el invento se concluya y pueda registrarse.
En lo positivo, Mercurio será el revelador de algo que está viniendo, el precursor de un pensamiento que ha de cambiar el mundo cuando haya alcanzado su punto culminante. De algún modo la persona dará un avance informativo de lo que va a ser noticia mañana.
Los malos aspectos darán por excelencia al indiscreto, al chivato, al que pone los secretos al descubierto. No se trata aquí de secretos sentimentales, sino intelectuales, relativos a los planes de una sociedad, de un partido político o a los trabajos de un simple particular.
Mercurio en Casa XI
Dará amigos indiscretos, curiosos, locuaces, que saben cosas y lo dicen complacientemente. Esos amigos significarán una plataforma exteriorizadora al servicio de la persona.
Si a través de la Casa VIII nos venían gentes a las que les gustaba hablar de sus sentimientos, de su amor propio y ello nos ayudaba a descubrir y sondear nuestros propios sentimientos, en la Casa XI Mercurio resultará un revelador de nuestras propias ideas gracias al estímulo de esos amigos que hablarán sin cesar.
Mercurio en la XI también dará amigos inteligentes, con los que se puede razonar y dispuestos a dar consejos a todas horas.
Los malos aspectos nos traerán amigos que no nos dejan abrir la boca, que siempre tienen la palabra en los labios y que no son de fiar porque ellos mismos no observan correctamente las cosas y el testimonio que dan de ellas es falso o manipulado. Esos amigos tendrán tendencia a traicionar las ideas y propósitos de la persona.
Mercurio en Géminis
Aquí Mercurio se encuentra en uno de sus territorios y realizará sus funciones a la perfección o sea, exteriorizará el pensamiento de la persona cuando ha alcanzado su madurez.
Madurez relativa, claro está, ya que todo dependerá de la altura en que se encuentra en la espiral evolutiva. Pero la etapa de Géminis significa que el Designio que recibiera en Aries ha pasado ya por tres ciclos y ahora la persona se encuentre en condiciones de decirles a los humanos lo que ha aprendido, tiene que liberar sus conclusiones para que todos puedan beneficiarse de su experiencia y aprender algo de ella a su vez.
Mercurio hablará pues de aquello que la persona ha asimilado, sin haber todavía experimentado la cosa en el mundo material.
Mercurio no podría realizar su función si no dispusiera de los medios adecuados para hacerlo. Función y medios aparecen siempre unidos, siempre que la propia persona no haya producido desórdenes y desajustes en sus vidas pasadas, ya que entonces la función aparecerá disociada de los medios para realizarla. Si no es así, esa persona dispondrá de los medios de comunicación social necesarios para que lo que tenga que decir pueda ser oído, de modo que será periodista, escritor, influencer, experto en radio o televisión, en Internet, conferenciante.
Los malos aspectos producirán lo que más arriba hemos dicho. Se encontrará con que tiene que comunicar su experiencia moral, emocional y mental a los demás y no encuentra los medios adecuados para hacerlo. Tiene que recurrir a escribir cartas a los periódicos, que se publican o no; participará en programas de radio o televisión a horas en que nadie la escucha o se hundirá su tribuna mientras pronuncia un discurso, según el grado de dramatismo que adquieran esos malos aspectos.
Mercurio en Casa III
En el signo, Mercurio expresaba la parte celeste que hay en la persona, lo que ha captado de superior en el programa del Ego Superior. En la Casa, la persona emitirá sus experiencias en la sociedad: comunicará su vida práctica y expondrá su propósito puramente humano. Mercurio aquí preparará el terreno para la próxima manifestación material de la persona que tendrá lugar en el marco de la Casa X.
Mercurio se encargará pues de establecer la relación con las personas animadas de iguales propósitos para unirlas al quehacer humano de la persona. Se trata de las personas que han seguido un programa similar al suyo y que a partir de ahora juntarán sus fuerzas para continuar la experiencia en común.
Por otra parte, indicará que los hermanos, de sangre o de pensamiento, dispondrán de los medios de comunicación necesarios para difundir la obra que se va a emprender. Dará facilidad para comunicar y medios para hacerlos.
También dará a hermanos muy habladores, inteligentes, polemizadores. Facilidad para las relaciones sociales.
Los malos aspectos dificultarán el acceso a los medios o harán que la persona haga un mal uso de ellos, facilitando informaciones torticeras, lanzando al mercado lo que hoy llaman Fake News. (Trump tiene Mercurio en la III cuadrado con Neptuno).
Mercurio en Capricornio
Como regente del proceso de disolución material, es evidente que las funciones de Mercurio no son adecuadas al signo que ofrece los materiales constructivos. Mercurio actuará pensando en el derribo, estableciendo realidades provisionales, puros andamios o chabolas.
Mercurio aportará teorías sobre la construcción, sobre la utilidad de la vivienda para la comunicación. Volcará su sentido práctico en el proceso constructivo y antes de haber terminado la planificación ya habrá ideado un nuevo sistema más eficaz que anula el anterior, de modo que el futuro matará sin cesar el presente.
Los buenos aspectos darán el arquitecto futurista, el que crea, al nivel en que se encuentre, la convivencia del mañana.
Los malos aspectos darán al que edifica el presente con el futuro, de modo que sus estructuras no serán firmes y su realidad material se hundirá.
Mercurio en Casa X
La inteligencia práctica se encuentra en el punto más elevado. Edificará en firme su vida de una manera inteligente y siendo la profesión el medio de edificarla, esta será intelectual.
La tendencia exteriorizadora de Mercurio dará el ejecutivo, a quien realiza el plan, que vende. Verá inmediatamente la forma de sacar partido de una situación determinada.
Mercurio en la X también dará al legislador, a quien construye la sociedad a base de ideas, al sociólogo, a quien organiza el plan de acuerdo a criterios intelectuales. Facilidad en las relaciones sociales.
También puede dar un padre o un jefe inteligente, chisposo, rápido intelectualmente hablando.
Los malos aspectos darán el listo, el astuto, quien quiere colar gato por liebre. Quien vende ideas equivocadas sobre la construcción de la sociedad, quien aspira a ocupar puestos para los que no estará preparado.
Mercurio en Tauro
Aquí la inteligencia práctica está al servicio de la belleza para hacerla más suntuosa, más atractiva, para hacer que los goces duren más, que el placer permanezca en el recuerdo. Convertirá la naturaleza en un espectáculo que brinda beneficios, difundirá el arte.
Si su naturaleza espiritual esta desarrollada, Mercurio en Tauro será el edificador del templo interno, quien recoge de la tierra viva los metales preciosos para convertirlos en joyas que adornen el camino interno.
Los malos aspectos de Mercurio en Tauro darán al traficante de bellezas naturales, quien descubre la forma de explotar lo bello, lo natural para su propio enriquecimiento, quien explota los recursos naturales.
Mercurio en Casa II
En el sector de los bienes, Mercurio aportará inteligencia, una mente despierta, activa, que será para la persona instrumento de trabajo de primer orden.
Sea cual sea su posición y su grado de instrucción, estará en posesión de una inteligencia privilegiada, ya que será la prueba de que su mente ha ido pasando por todas las fases de desarrollo y que ha alcanzado el punto culminante. Como esa capacidad de ver y comprender le vendrá del mundo, de las gentes, de las cosas, será la persona que encuentre con facilidad lo que ha de encumbrarle y los que han de contribuir en ello. Si su posición ya es holgada, sabrá aumentar con facilidad su fortuna.
Ganará dinero a través de su inteligencia, de la comunicación, de sus relaciones sociales.
Los malos aspectos darán al especulador nato, a quien acierta en las acciones que van a subir, en el número que va a ganar. Así, veremos que organizará su vida en torno a los beneficios y puede convertirse fácilmente en la persona que gana dinero y nada más. Pero si los planetas mal aspectantes son los de la izquierda, puede ser quien pierde cuando todo indica que va a ganar.
Mercurio en Virgo
Aquí se encuentra de nuevo en su trono y liquidará su imperio material como un rey. Sabiendo por intuición que tiene que desprenderse de sus posesiones, lo hará de la mejor manera posible, dando a cada uno de sus hijos la mejor parte en función de sus talentos respectivos.
Dejará sus bienes para dedicarse a la búsqueda de la trascendencia a través de la observación de la materia, a través de la ciencia o de la técnica, buscando la verdad en los compuestos naturales.
Con malos aspectos, será el maniático de la observación, el naturista estéril que creerá que la verdad se encuentre la práctica misma de un régimen y no en un objetivo. Descubrirá el funcionamiento de las cosas, pero no pensará por analogía y su pequeña verdad no le llevará al descubrimiento de la verdad cósmica.
Mercurio en Casa VI
Indica que debemos a la sociedad un servicio intelectual que no hemos prestado. Quizás hayamos conservado conocimientos secretos, a fin de que los demás no sepan lo que nosotros sabemos. Esta posición indica que ha llegado la hora de darlos, de divulgarlos sin esperar por ello una recompensa, ni una retribución. Supone pues una liquidación de nuestro imperio cultural a bajo precio.
Con buenos aspectos, las ocasiones de prestar asistencia intelectual saldrán de forma natural y la persona se sentirá satisfecha de poder evacuar lo que con el tiempo se ha cristalizado y apesta en el interior. La prestación de ese servicio supondrá dejar la mente en condiciones de encajar nuevos contenidos intelectuales.
Mercurio en la VI también dará al sabio, al que sabe analizar una situación y sacarle jugo, al abuelo “cebolleta” que cuenta su historia a sus nietos, con todo tipo de detalles.
Los malos aspectos darán al avaro intelectual, que no quiere soltar los conocimientos sin obtener por ellos lo que considera su justo precio. Se verá robado, plagiado y nadie le reconocerá su propiedad intelectual.
O bien puede darse el caso del que quiere prestar servicio intelectual y no puede, no se le acepta y tiene que quedarse a la fuerza con lo que no supo dar a su tiempo. Dará también al avaro intelectual, que puede sufrir estreñimiento mental.
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