Lección 19: El gran silencio
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Después del paréntesis para tratar de los moradores del mundo de Deseos, prosigamos con el tránsito entre la vida y la muerte. Maticemos que lo primordial en el proceso relatado es hallar el nexo de unión con el vivir cotidiano, con nuestro propio modelo de evolución. En efecto, si lo concebimos como un proceso anecdótico que tiene lugar en otros planos, servirá para bien poco. Ha de ser una enseñanza práctica, que podamos aplicar a diario.
Por fin llega el momento en que el alma continúa su trayecto hacia más elevadas tareas y se produce la “muerte” del cuerpo de deseos, como sucediera en su día con el cuerpo físico. Entonces la vida se retira al cuerpo mental, incorporando a él los átomos gérmenes de los cuerpos físico, etérico y de deseos.
Hemos realizado una serie de trabajos en la tierra con el cuerpo físico; después éste se ha muerto y hemos laborado con nuestro cuerpo de deseos en el mundo de Deseos y después de liquidar también a este último, nos disponemos a realizar tareas de crecimiento con el cuerpo mental, en el mundo del Pensamiento.
Parece un tanto complejo porque manejamos conceptos poco conocidos. En cambio, si estuviéramos pensando en la práctica de un deporte, parecería lógico asumir el uso del cuerpo físico. Si habláramos de una relación amorosa, las emociones estarían en liza. Si el ejemplo fuera un examen de filosofía, sabríamos que debemos emplear el cuerpo mental.
Todos los días utilizamos los tres cuerpos, es lógico que al prepararnos para una nueva existencia terrenal, debamos repasar el trabajo realizado en cada uno de ellos y grabarlo en el disco duro.
A diferencia de lo que sucede con nuestro cuerpo físico, el cadáver del cuerpo de deseos nunca se descompone, porque la materia que lo forma tiene una vida autónoma. Las formas abandonadas por el alma siguen flotando y son conocidas con el nombre de cascarones. Esos cascarones son capaces de transmitir los sentimientos de la persona que los habitó. A veces los elementales juguetones los ocupan, les imprimen movimiento y dan la sensación de estar vivos.
Los cascarones constituyen el elemento pintoresco del mundo de Deseos. Su existencia puede comprenderse por lo referido con anterioridad. Si en los mundos inferiores la materia se desagrega porque se encuentra sometida a la fuerza de repulsión activa en ellos, en los mundos superiores, cuando el cuerpo que corresponde a esos mundos muere, queda flotando durante miles de años y ese cuerpo muerto, llamado cascarón, conserva las virtudes del alma que lo habitó. Si un habitante del mundo de Deseos se pone dentro de ese cascarón, podrá manifestarse como lo hizo su dueño y engañar así a los que, en la tierra, invocan al propietario del cascarón.
Las personas que practican el espiritismo, la ouija u otros métodos para atraer espíritus suelen encontrárselos y piensan que les ha contestado el espíritu de Napoleón, de Cervantes o de Galileo. Se trata tan solo de un espíritu burlón que se ha calzado un cascarón famoso, en la mayoría de los casos.
Esas «ocupaciones» sólo se llevan a cabo con los cascarones de individuos célebres. ¿A quién se le ocurriría irrumpir en el cascarón de un Juan nadie? Y así el ocupante puede permitirse el lujo de presentarse y adquirir notoriedad en una sesión mediumnímica diciendo que es Shakespeare, Platón o Goya. Si se manifiesta como pintor, gracias a la memoria de su pasada habilidad que posee el cascarón, podrá inspirar cuadros al médium en el más puro estilo del pintor que utilizó aquel cuerpo de deseos, y todos se asombrarán del prodigio, sin que nadie se permita dudar que ha estado en contacto con el espíritu de Goya o Velázquez, o de quien sea. Quienes utilicen el cascarón de Platón, se expresarán como el sublime filósofo griego, pero todo cuanto digan puede encontrarse en los libros que dejó el maestro de Atenas, con las mismas palabras o con otras equivalentes. Un cascarón no se inventa nada nuevo.
Hemos visto anteriormente que la persona abandona su cuerpo de Deseos para vivir en su cuerpo Mental. El tránsito de un mundo a otro se realiza sin pérdida de conciencia. El individuo vive de una forma lúcida el hecho de abandonar un estado para entrar en otro y ese tránsito se acompaña de una inefable felicidad. Ello es debido a que, aun siendo el cuerpo de Deseos una magnífica plataforma experimental, casi siempre lo vivimos como un lastre, como un peso de obligada carga y el momento en que nos desconectamos es vivido como una liberación. En términos prácticos podría decirse que cuando conseguimos, en algún terreno de la vida, que finalice el dominio de las emociones, sentimos una liberación.
En muchas escuelas iniciáticas ese paso entre el cuerpo de Deseos y el cuerpo Mental se conoce con el nombre de «el Gran Silencio«, porque todo se acalla alrededor del alma y se siente sola, pero bañada en la sublime armonía del universo. El alma tiene el sentimiento de estar entrando en su patria y se encuentra como el que regresa de un largo exilio.
Como contrapunto práctico, podríamos decir que para superar los estados pasionales en los que a menudo nos sentimos naufragar, es necesario entrar en el “gran silencio.” O sea, cuando los caballos de la emoción se desbocan, es preciso separarse un poco del mundo, acudir a un balneario, a la playa o a la montaña, para buscar el silencio que aquiete el alma.
Aquietar el alma es buscar un espacio de tranquilidad que te permita abrirte a nuevos horizontes
La patria
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Tras el «gran silencio» viene el despertar y el alma se encuentra en una región denominada Segundo Cielo, situada en la parte inferior del mundo del Pensamiento, conocida como Región del Pensamiento Concreto.
En algunas escuelas iniciáticas se suele llamar, de forma respetuosa, patria al mundo del pensamiento, porque dichas instituciones trabajan con el cuerpo del Pensamiento y sus adeptos sienten que ese mundo es su patria. Otros, más identificados con el mundo de Deseos, dan el nombre de patria a esa sorprendente esfera antes descrita. La denominación patria encaja a la perfección con uno y otro mundo, del mismo modo que la de exilio es acertada cuando se habla de la Tierra, puesto que el mundo físico es para nosotros una morada provisional, en la que sólo podemos vivir un periodo limitado de años, mientras que en los demás mundos la limitación es inexistente.
Quizá nos inclinemos a llamar patria al mundo del Pensamiento, porque es donde mora el jefe, el Ego Superior
Si sabemos que la tierra es una morada provisional, todo lo que encuentras en ella, en el plano material, también lo es. Así que resulta absurdo, desde un punto de vista mental, apegarse a nuestras posesiones terrenales.
La patria es una extensión de nuestro propio hogar, la zona donde nos sentimos o deberíamos sentirnos cómodos, sin problemas, en confianza. Donde no se tienen en cuenta los errores, maldades, incompetencias que hayamos podido cometer, porque es nuestra casa, porque somos de allí.
Y en la patria del cielo los habitantes miran hacia la tierra con otros ojos; te ven como obreros de la vida que experimentan en el destierro sus poderes creadores, para un día ser sabios, bondadosos, excelentes. Así nos sentimos cuando emergemos del gran silencio y nos encontramos en la casa de Dios, donde un día moraremos definitivamente sin que nada nos obligue a nuevos destierros.
Las regiones del mundo del pensamiento
El mundo del Pensamiento, como el mundo de Deseos, también está formado por siete regiones. Las cuatro inferiores, se denominan, de inferior a superior:
1ª.- Región de los Arquetipos de la Forma.
2ª.- Región de los Arquetipos de la Vitalidad Universal.
3ª.- Región de los Arquetipos de los Deseos y Emociones.
4ª.- Región de los Arquetipos de la mente.
La vida empieza para nosotros, los seres humanos, en el mundo de los arquetipos, es decir, en las regiones inferiores del mundo del Pensamiento. Todo lo que existe en nuestro universo físico ha sido diseñado allí por los ingenieros biológicos que trabajan sobre patrones vigentes en la galaxia. Las almas que pueden estar activas en esas Regiones aportan sus ideas a dichos ingenieros para que el mundo físico sea modificado según su modo de ver, participando así en las labores creadoras.
Región de los Arquetipos de la Forma
En la primera Región se elaboran las formas futuras, tanto las humanas como las de animales, vegetales y la morfología misma de la Tierra, con sus montañas y sus planicies, sus valles.
En la región de los Arquetipos de la Forma es donde se elaboran lo que llamamos las leyes de la naturaleza. Tienen lugar las modificaciones que va sufriendo nuestro planeta a nivel físico. Se trata de arquetipos creadores, cuya función es como la de los arquitectos que elaboran un plano que luego será escenificado.
Región de los Arquetipos de la Vitalidad Universal
En la segunda Región se programa la vitalidad universal, es decir, el tiempo de vida de cada ser. Estamos programados para vivir un número igual de años, en el cómputo global, a fin de que tengamos las mismas oportunidades de evolución. En esa Región del mundo del Pensamiento existe un tribunal de cuentas encargado de atribuir el tiempo de vida a cada ser humano. Los modelos de existencia se establecen sobre 72 y 84 años (ciclos de Saturno y Urano, jefes, respectivamente, de la columna de la izquierda y de la derecha de el Árbol de la Vida). El ciclo se aplica según que el candidato sea llamado a trabajar en el sector que rige el hemisferio izquierdo, donde las labores son más agotadoras o en el que corresponde al hemisferio derecho, donde la vida es más fácil y risueña. Un organismo excesivamente cargado hacia la izquierda se agota antes y a partir de los 72 años el Ego Superior tiene problemas para hacerse obedecer.
El programa de vida se prolonga o se acorta de acuerdo con las necesidades personales. Si una persona, en una vida determinada, ha muerto a los cincuenta años, es natural que en otra se le conceda más tiempo de existencia física, ya que cada Ego debe encontrar las mismas oportunidades en lo que se refiere a experiencias a realizar. Así, quien en una ocasión eligió el programa más duro, más vivencial, escogerá, más adelante, uno más suave y placentero para compensar.
Los Arcángeles son los encargados del servicio en esa segunda Región. Ellos están en contacto con nuestros Egos Superiores y al mismo tiempo reciben información de los ángeles, sobre las actividades de la persona en el mundo material.
El Ego divino es dueño de su propia vida física y si la personalidad mortal se alejara de su programa de tal manera que se consideraran inútiles las experiencias que está viviendo, el Ego divino pediría a los arcángeles al servicio de la Vitalidad Universal que cortasen de cuajo su arquetipo de vida, produciéndose de esta forma una muerte anticipada en su personalidad mortal. Ello le permitirá, en una nueva existencia, disponer de un mayor tiempo de vida para sacar del mundo material vivencias útiles, teniendo en cuenta que una experiencia inútil es aquella que no aporta nada nuevo, que ya se ha realizado con anterioridad.
Esto pone de relieve, una vez más, que estamos sometidos a un aprendizaje erróneo, cuando se nos dice que lo importante es especializarse en algo y pasar luego toda una vida repitiendo aquello. Vemos que esta actividad es claramente contraria a las necesidades de nuestro Ego, que lo que necesita es que le aportemos de forma continua nuevas experiencias.
Eso podría considerarse un abuso de poder, pero en realidad es el propio ser quien decide, a través de su Ego Superior, que solo pide que corten el fluido cuando su vehículo ha dejado de evolucionar y está estancado, repitiendo experiencias, como quien pasa el tiempo dando vueltas en una noria y siempre acaba pasando por el mismo sitio.
Pongamos por caso que Pedro ha sido en una vida anterior un arquitecto brillante y notorio, o un líder político y social. Si este hombre ha descuidado los trabajos materiales, los que conllevan un esfuerzo físico; si se ha rodeado de toda una red de servidores para que le solucionaran los problemas inherentes a su existencia física, el Ego Superior puede encontrarse falto de ese tipo de experiencias y programar su futura aparición en el mundo en un ambiente de agricultores, para que su personalidad mortal le informe de lo que sucede cuando se dan tales condiciones.
Y el brillante arquitecto volverá a nacer como hijo de unos aldeanos, tal vez situado a doscientos kilómetros de la universidad más cercana, “obligado” a trabajar en las faenas del campo.
En cuanto su cuerpo mental se integre en él, hacia los veintiún años, es posible que se sienta en posesión de una inteligencia y una sagacidad que le permitirán comprender que existen para él otras posibilidades. Entonces podría convertirse en autodidacta, aprender con facilidad aquello que ya aprendió antes y con esfuerzo y tesón se acercará a los estudios superiores; podría así verse de nuevo instalado en un bufete de arquitectos, haciéndole un corte de mangas a su Ego Superior, que pretendía que trabajara en el campo. Alrededor de él encontrará el aplauso de sus coetáneos, que lo citarán como ejemplo de lo que puede conseguir un hombre con tenacidad, sacrificio y voluntad.
Pero la información que este arquitecto manda a su Ego Superior estará repetida; le estaría enviando datos que ya poseía y la personalidad inmortal verá con impotencia el retraso que puede producirse en su evolución, si tiene que pasar toda una vida repitiendo curso. Así, el Ego Superior podría dirigirse a las entidades que controlan los arquetipos de la vitalidad universal, para que inutilicen su arquetipo de vida. De este modo, aquel que tanto bregó para salir de su ambiente natal y convertirse en un “hombre de provecho”, podría morirse dejando ante sí un brillante, pero inútil (para su alma) porvenir.
Otra causa de muerte prematura podría ser la disonancia entre el ritmo vibratorio del arquetipo de vida que el ser tiene en el mundo del Pensamiento y el que se desprende de los vehículos que viven en la Tierra. Es decir, ha de existir una sincronicidad entre el arquetipo de la vitalidad y las actuaciones de la persona en nuestro mundo. Si lo que está desarrollando la personalidad humana es muy distinto de lo que el Ego Superior había proyectado, la asimetría produce una ruptura en la región arquetipal y el arquetipo puede quedar destruido antes de tiempo, provocando la muerte física.
Este podría ser el caso, por ejemplo, de alguien que actúa de forma totalmente contraria a lo que piensa (parece que esto le sucede a más de un político), se está generando en su interior un conflicto de intereses.
En estos casos también se le está haciendo un favor a la persona. En el ejemplo anterior hemos presentado un caso en el que la personalidad toma una dirección opuesta a la programada por el Ego Superior. Nada tiene que ver con portarse bien o mal, puede ser de una ética ejemplar, pero al haber cambiado de forma radical el programa, el Ego decide dar por terminada la experiencia.
Como hemos comentado, la primera sensación del espíritu que despierta a la vida en el segundo cielo, es de bañarse en un océano de armonía. Llegan hasta él los latidos de la música de las esferas, formada por el crepitar de los astros en su carrera por el zodíaco. Algunos privilegiados que poseen el don de la clariaudiencia, han oído alguna vez esa melodía, creadora de un sentimiento intransferible, que produce explosiones de llanto y felicidad.
Es imposible describirla. Es esa música de las esferas la que mantiene la coherencia de la materia. Si por un instante dejara de sonar, las más sólidas murallas se desmoronarían. Allí el alma humana comprende ese misterio supremo que es la armonía sin la cual nada podría existir.
Cuando se habla de música de las esferas, debe entenderse como una armonía viva, producida por el movimiento de las esferas cósmicas al chocar con los átomos que forman el «tejido» del universo. En nuestro mundo, un avión, al desplazarse, produce un ruido atroz. El ruido trae desarmonía: el avión es un objeto que nunca encajará en el cielo, es un elemento artificial de ese cielo y por lo tanto produce una agresión en el tejido atómico y los elementos que rompe producen ese gruñido que nosotros conocemos como rotura de la barrera del sonido.
Por el contrario, cuando un cuerpo se desplaza en un elemento armónico, se desprende de él una nota, que al encajar con otros movimientos del mismo tipo, produce el concierto cósmico. De esta música de las esferas deriva el arte de la música tal como se conoce en la Tierra. Gracias a grandes compositores como Mozart, Bach, Beethoven, etc., sabemos, de forma aproximada, lo que puede ser ese concierto cósmico. Pero los instrumentos de música que poseemos recrean un movimiento artificial: las teclas del piano son movidas por los dedos del músico. La mano mueve el arco del violín y produce el desplazamiento del aire en los instrumentos de viento, etc. La música debería ser producida por un movimiento vivo y armónico, tal como tiene lugar en el interior del organismo cuando un artista canta una melodía. Para que esa voz suene melódica es preciso que en su interior también se haya creado esa armonía en sus distintos órganos.
Por ejemplo, podríamos decir que nuestras actitudes deberían ajustarse de tal forma a las personas que nos rodean, que el roce produjera esa música, que sin ser apercibida con el oído físico, en el mundo del pensamiento se convertiría en concierto. Para conseguirlo el artista -el que cada uno de nosotros es en realidad- debería procurar primero que todo en su expresión fuera armónico: sus gestos, sus palabras, entonaciones, actitudes, eliminando de su lenguaje aquello que suene mal, que resulte grosero e inadecuado. Significa pues que nos expresemos con gracia, en un tono que resulte suave al oído ajeno, sin gritos y sin ademanes tajantes. Así, estaremos en condiciones de armonizar con los demás y crear con ellos la sinfonía del nuevo mundo.
En el mundo del Pensamiento reina una gran actividad, al llegar allí te has despojado de todo egoísmo y te das cuenta que formas parte de una oleada de vida en la que todo es de todos.
Los archivos akásicos
Como todo es de todos, los habitantes de esta Región tienen acceso al conocimiento adquirido por el recién llegado a ella y, asimismo, él accede a la sabiduría lograda por los demás. Allí el saber es patrimonio común y se encuentra depositado en los llamados Archivos Akásicos, situados precisamente en el mundo del Pensamiento.
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En esos Archivos el ser encuentra la historia de sus encarnaciones pasadas. Puede ver como en una película quien ha sido, con quién ha estado unido y qué le ha pasado desde su estado prehistórico. Puede también conocer y comprender la misión de personajes legendarios.
Así podemos ver que en el mundo divino reina la unidad, lo que es evidente para uno se interioriza en el cuerpo mental de los demás, aportándoles el conocimiento que esa evidencia expresa.
La pregunta que se plantea entonces es: ¿si allí todos compartimos el conocimiento, por qué debemos volver a la Tierra a cosechar más experiencias? Debido a que la comprensión teórica exige pasar por la prueba de la realidad. Es decir, el conocimiento, que en el mundo del Pensamiento es un patrimonio común, debe ser aplicado al mundo material de forma individual y por ello cada ser debe pasar por un período de experimentación.
Podemos poner el ejemplo de una ley, creada por los legisladores. Se trata de una idea. A menudo la interpretación de esa ley genera controversia, porque distintas personas presentan diferentes interpretaciones.
Fijémonos en los Lamas del Tíbet, ese grupo de monjes budistas, después de pasar años cultivando su espíritu en los templos y habiendo alcanzado un alto nivel espiritual, son “obligados” a pasar una temporada (por lo general un año) en una urbe para poder experimentar sus conocimientos de forma práctica.
Cuando los seres humanos lo hayamos experimentado todo, tendremos una opinión similar sobre las enseñanzas asimiladas, y cuando nos enfrentemos con la tarea de crear un universo, lo haremos sin la necesidad que exista un partido de izquierdas que diga: «yo lo haría así«; ni uno de derechas que le lleve la contraria, sino que sabremos que tal gesto produce tal resultado.
En los Archivos Akásicos figura nuestra historia. En la tierra, las gentes sienten mucha curiosidad por saber lo que han sido en anteriores vidas, pero ese interés es secundario, y los que van a consultar la memoria de las vidas, más que la suya propia examinan las ajenas, las de personalidades que han marcado de algún modo la historia de la humanidad, a fin de comprender cuáles eran los objetivos de sus Egos Superiores. Las anécdotas vividas con anterioridad interesan poco, porque lo que realmente cuenta son las experiencias conseguidas a través de ellas, y nada es tan parecido a una cadena de encarnaciones como otra cadena, puesto que todos hemos sido de forma alternativa ricos, pobres, obreros manuales, intelectuales, hombres, mujeres, verdugos y víctimas.
El Ego Superior registra las distintas experiencias y sabe lo que ha aprendido y lo que le falta. Si en el pasado sus vehículos han vivido grandes pasiones, amores, amistades o tragedias, le tiene sin cuidado. Pero la personalidad mortal, cuando vuelva al mundo de las anécdotas, sí se interesará y querrá encontrar de nuevo a aquél que tanto amó y lo hallará gracias a la ley del karma.
Tener conocimiento, a través de una regresión por ejemplo, de acontecimientos acaecidos en una vida anterior puede facilitarnos pistas que nos ayuden a avanzar más deprisa, a superar traumas. Pero una cosa es lo que tiene que vivir la personalidad mortal y otra distinta los intereses del Ego Superior. Al director de una empresa le importa poco si sus trabajadores acuden al trabajo en bicicleta, en moto, en coche o a pie, para él lo relevante es que lleguen a su hora y que cumplan de forma adecuada con su cometido.
El alma permanecerá durante cierto tiempo en las primeras Regiones del mundo del Pensamiento, viviendo en su Cuerpo Mental. La duración dependerá de su nivel evolutivo, cuanto más evolucionada, más corto es el tránsito, porque más prisa tiene en volver para seguir cosechando experiencias. ¿Podemos determinar el tiempo que va a tardar una persona en realizar su compra semanal en un gran supermercado? Dependerá de si conoce la colocación de los alimentos, de si ha confeccionado una lista con lo que necesita y de si se queda mariposeando en alguna sección. Si conoce las secciones donde debe aprovisionarse y tiene una idea clara de lo que desea, irá mucho más deprisa.
Del mismo modo que en el mundo de Deseos la persona asimiló las experiencias que le procuraron en la Tierra sus deseos y emociones, incorporándolas a su alma, en el del Pensamiento, asimila e incorpora al alma las experiencias cosechadas gracias a su actividad mental. Allí los pensamientos tienen una forma exacta y el que ha cometido errores mentales encuentra la correcta solución. Solo quienes han ejercido de forma activa el pensamiento en la Tierra tienen vida consciente en esas Regiones. Pensar, en la Tierra, ejercer las funciones intelectuales, significa hacer méritos para ser un ciudadano consciente en el Segundo Cielo.
Los errores
Si en el mundo de Deseos la mayoría de los humanos son poco conscientes de lo que les rodea, parece lógico pensar que en el mundo del Pensamiento el número de seres conscientes es todavía menor y escasos son los que pueden observar con claridad las cosas tal como son. Los que «ven«, vislumbran solo un destello, una parcela de la realidad allí existente y es esa visión parcial la que produce a menudo los errores mentales.
Pero ya decía Sócrates que el error es el primer paso hacia la verdad, ya que éste solo puede existir en relación con la verdad, de la que es un elemento incompleto. El error está vinculado a la verdad que lo ha producido y en el mundo de los Arquetipos podemos ver que cada pensamiento divino tiene su forma, y ese edificio de la verdad «tritura«, por así decirlo, como la cuchilla de una batidora, los pensamientos erróneos integrándolos a la verdad. De esta manera, quienes han cometido errores de apreciación reciben la evidencia de la verdad. En cambio, a los que nunca han pensado en aquel concepto, les resulta imposible percibir su certidumbre, porque ningún vínculo los ata a la forma de la tal verdad.
Vemos así que más vale equivocarse en las cosas, errar, que ser indiferente. Una persona equivocada podrá reconocer su error en el mundo del Pensamiento.
El error es positivo porque nos sitúa en el camino de la verdad, siempre y cuando la persona esté dispuesta a reconocerlo y a avanzar, porque cuando alguien se instala en el error, acaba dando vueltas a una rueda esquizofrénica, que le lleva a creer que está en lo cierto y que todos los demás están equivocados.
Error y acierto forman parte de una misma realidad, la clave está en dedicarles suficiente tiempo para poder discernir
Preparar el futuro
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En el mundo del Pensamiento, además de realizar un trabajo de asimilación de las experiencias pasadas en el ámbito mental, el alma también participa de forma activa en la preparación del futuro en la Tierra. En la primera Región del Mundo del Pensamiento se encuentran los Arquetipos de la Forma. Ello significa que todas las formas que existen en nuestro mundo físico figuran allí como esquemas, proyectos, como formas pensadas que un día se cristalizarán en objetos materiales: montañas, valles, plantas, animales, cuerpo físico, etc.
Subrayemos, pues, que la idea es anterior a toda realización en el mundo físico. La idea es el esqueleto en torno a la cual se adhiere la carne de la realización material.
Recordemos la posición de los Elementos en el orden creativo: Fuego, Agua, Aire, Tierra. Fuego se traduce en impulso; Agua en emociones; Aire en ideas y Tierra en materialización.
Significa que antes de iniciar un proyecto debemos pensar de forma activa en él y desarrollarlo en nuestra mente. La idea es anterior a la acción, pero existe una interdependencia entre el mundo de arriba y el de abajo, de suerte que las experiencias materiales, al mostrarnos el resultado de los acontecimientos en el mundo Físico, proyectan hacia arriba el concepto que nos formamos de ellas. Si el concepto es erróneo, es triturado en el molino de la verdad y el modelo auténtico del que emanó el error acaba imponiéndose. Si el concepto es acertado y resulta original, es decir, si nunca se ha trabajado en el mundo de los arquetipos un modelo previo de la idea inspirada por las realizaciones materiales, entonces pueden ocurrir dos cosas: primero que la idea procedente del mundo inferior esté en acuerdo con la ley cósmica; segundo, que sea contraria a las leyes de la creación.
En el primer caso, los ingenieros que trabajan en la producción de arquetipos, la instituirán, de manera que aquella verdad nueva descubierta, será definitivamente oficial para todos, con un arquetipo funcionando en el mundo del Pensamiento y proyectando su forma a los seres humanos que estén despiertos, que encontrarán de pronto una idea que pueden captar. En el segundo caso, la idea disconforme con el modelo cósmico tomará una forma fantasmal y se esfumará cuando deje de alimentarse desde la Tierra.
Hemos comentado que el del Pensamiento era el mundo de la suprema armonía, pero en ese universo también existe la lucha. Las tareas evolutivas exigen la aparición de nuevas formas arquetipales que han de servir de cauce a la sociedad. La aparición de estas formas produce una enérgica reacción en los cuerpos mentales de los hombres de la Tierra, de manera que el esquema antiguo entra en lucha con el nuevo, que carece, inicialmente, del vigor que posee el que ya está establecido, pero que se va instituyendo en los hombres que se van encarnando.
Quienes tienen ojos en el mundo del Pensamiento, pueden ver el curioso combate que libran por ejemplo la idea liberal y la idea socialista de sociedad, arrancándose mutuamente destellos de luz de múltiples colores, como si fueran tiras de piel de las formas arquetípicas. Es un combate instigado por los seres humanos y que durará mientras unos vean en la otra forma mental al enemigo.
Quienes en la Tierra trabajan a conciencia su cuerpo Mental, ayudan a las jerarquías activas en el Mundo del Pensamiento a construir su futuro terreno de pruebas; es decir, contribuyen a establecer el marco en el que se desarrollará su próxima vida física, teniendo en cuenta sus necesidades experimentales, en vista de las lecciones ya aprendidas y a las que quedan por aprender.
Aquellos que procuran pensar a menudo, que tratan de encontrar los errores en sus actuaciones diarias (por ejemplo a través del ejercicio de retrospección nocturna), quienes intentan comprender las anécdotas o forjarse una opinión propia acerca de los acontecimientos, en lugar de dejarse aborregar por los medios de comunicación, todas esas personas trabajan en su cuerpo Mental.
En la segunda, tercera y cuarta Región del mundo del Pensamiento, el ser humano aprenderá a construirse un cuerpo vital, un cuerpo de deseos y un cuerpo mental con las fuerzas arquetípicas de esas Regiones. Cada cuerpo necesita órganos apropiados para expresar ciertas facultades superiores. Por ejemplo, un pintor precisa de un ojo especialmente sutil de cara a la percepción de los colores; un músico, de un oído apropiado a la captación de las vibraciones; un filósofo, de un órgano de inteligencia interior muy desarrollado. La expresión de un talento sólo tendrá lugar si el cuerpo físico ofrece el órgano necesario para ello. En esas tres Regiones, el hombre aprende a construirse el órgano que le permitirá expresar su talento.
Como ya se ha comentado, el ser humano está destinado a ser un dios creador y en el mundo del Pensamiento realiza su aprendizaje en el dominio de las creaciones, mientras que en el mundo físico utiliza los vehículos por él creados y se da cuenta de los defectos que encierran. Esa experiencia en la utilización le permite perfeccionar su obra en su próxima estancia en el mundo del Pensamiento.
Terminados los trabajos de mejora y optimización de sus futuros cuerpos y de perfeccionamiento del mundo físico que será escenario de la próxima encarnación, el cuerpo mental muere a su vez y el ser queda definitivamente desposeído de sus envoltorios. Es entonces un puro espíritu dotado de los átomos-gérmenes que han de servirle para la constitución de sus cuerpos en una nueva andadura. Asciende así a las Regiones superiores del mundo del Pensamiento, donde entra en contacto con el Ego Superior o Espíritu.
Ejercicios:
Trata de comprender las anécdotas sucedidas hoy