La Casa XII
La Casa XII expresa en la Tierra las potencialidades de Piscis. Dijimos al estudiar este signo que es la puerta de salida de nuestros deseos y emociones, del amor que profesamos a los demás. La Casa XII será, pues, la materialización de este episodio y reflejará su consecuencia. En la tradición, la Casa XII es conocida como el sector que nos informa sobre los enemigos, las pruebas, las restricciones, las prisiones, la fatalidad. ¿Por qué?
Porque el deseo es el gran productor de karma. El deseo te lleva a veces a gozar injustamente de las cosas, a que te apropies de lo que no te pertenece, a que te comportes de una forma agresiva y cruel.
En el curso del ciclo de Agua, gracias al potencial de deseos ofrecido por Cáncer y a la codicia en el goce que nos ha dado Escorpio, hemos conseguido que reinara en el mundo nuestra ley personal, guiados por valores puramente subjetivos. Y al llegar a la fase correspondiente a Piscis, toda la injusticia generada se presenta en nuestro programa de vida para que la experimentemos en contragolpe.
La Casa XII, correspondiente a Piscis, es la que canaliza esta descarga. Será, pues, a través de este sector que los enemigos pasarán su factura y según haya sido nuestra maldad pasada, nuestros errores, así será la cuenta que tendremos que pagar.
En la Casa XII están marcadas las «injusticias» que viviremos y lo ponemos entrecomillado, ya que nada de cuanto nos ocurra será injusto, sino que constituirá el natural retorno de manivela del film de nuestras iniquidades pasadas. Aunque también recogeremos todo el bien que hayamos plantado.
Hay otro aspecto que refleja la Casa XII y es la capacidad de la persona para vivir la espiritualidad. Nada nos acerca tanto a las divinas fuentes de luz como las pruebas, los sufrimientos y siendo la Casa XII un lugar de purificación, es natural que sea al mismo tiempo la puerta de acceso a los mundos superiores. Por eso es tan común ver personas, en el terreno espiritual, que explican que a través de las pruebas vividas se han introducido en la espiritualidad, como Louise Hay que tenía la Casa XII en Cáncer, con Plutón en cuadratura con el Sol.
Por otra parte, ya hemos dicho algunas veces que los sentimientos exaltados y puros, tal como Piscis puede ofrecerlos a través de la Casa XII, son las alas que permiten al ser humano elevarse hasta las regiones del espíritu. Así vemos como numerosos presos en las cárceles abrazan la espiritualidad.
Las disonancias sobre la Casa XII pueden constituir un mal presagio desde el punto de vista mundano, ya que significan que una gran fuerza de liquidación sopla sobre la persona y esa fuerza puede desviarla de su ruta y no permitirle dirigir su vida según su voluntad ya que, en ocasiones extremas, se verá sometida al pago de sus deudas pasadas, enemigos, prisiones, enfermedades, desgracias. Por eso es bueno recordar que lo que mandas a la sociedad un día lo vas a cosechar.
Si la Casa XII se encuentra situada en signos de Fuego y con disonancias, las pruebas serán de tipo moral y la persona se verá sujeta a una moral arbitraria, vacilante. Será víctima de inmoralidades, se verá expuesta a tentaciones éticas. Pagando un karma contraído en anteriores vidas, puede al mismo tiempo cargar cantidades de futuro karma, ya que los de Fuego son signos Yod, o sea, portadores de semilla. Sirva de ilustración el caso de una persona que en la pasada vida fue juez y que en la presente debe pagar su karma encarnando en una familia de ladrones, que le inducirá al delito, de modo que si cede a esa inducción, encontrará un nuevo karma.
Si la Casa XII se encuentra en signos de Agua, las pruebas serán de tipo sentimental: las disonancias pueden producir: traiciones, infidelidades, amores rotos, relaciones difíciles, enamorarse de la persona equivocada.
Si se sitúa en signos de Aire y con disonancias puede dar: pruebas relacionadas con las ideas, ideologías, pensamiento, intelecto; la persona se encontrará a merced de sus enemigos ideológicos, militando en grupos condenados a la oposición y de un modo u otro, imposibilitados o incapacitados para expresar sus ideas, pruebas en grupo, en clase.
Si se producen disonancias y la Casa XII se encuentra en signos de Tierra, ello constituye una amenaza para el físico de la persona: enfermedades, cárceles, pérdida de bienes materiales, accidentes, pruebas relacionadas con la materialización, con acabar cosas.
La acumulación de planetas en este sector es signo de una vida atareada, de escasa libertad y de sumisión al destino.
Si Piscis es el signo a través del cual las emociones se exteriorizan, la Casa XII será aquella a través de la cual las emociones, después de haber construido el Yo interior, gracias a las funciones de Escorpio-Casa VIII, se derraman en el medio cambiante en el cual vivimos, a fin de crear el mundo a nuestra imagen y semejanza, tal como Dios lo hizo al crear el universo.
Por ello la Casa XII es quizá la más humana de todas las Casas Terrestres, ya que por ella se canalizan los sentimientos del ser humano hacia el marco en que vive, llevado por ese afán de ser un pequeño Dios y configurar la realidad circundante a su imagen y semejanza.
La astrología clásica nos dice que esta es la Casa de las pruebas y muchos entienden bajo esta palabra que es la de las tribulaciones, peripecias, dificultades. Lo que acabamos de decir permite comprender todo el alcance de la palabra pruebas, ya que realmente el ser humano, a través del canal de la XII, probará, intentará «moldear» el mundo tal como él lo siente, tal como se lo dictan sus sentimientos.
Naturalmente, el mundo no puede ser según son los más de seis o siete mil millones de seres que lo pueblan, de modo que cada persona deberá efectuar ajustes y reajustes que le llevarán finalmente a la evidencia de que es preciso entenderse con los demás y la Casa XII cederá el paso a las funciones de la Casa VII (que es la que viene después en el Zodíaco Constituyente, o sea, por Elementos), a través de la cual será posible formar grupos y establecer una cooperación. Pero en la espera de que esa comprensión se produzca, a través de la Casa XII serán bombeados una y otra vez nuestros sentimientos cargados de la pretensión de ser los ordenadores del universo en que vivimos.
Si esos sentimientos son puros, si son positivos, exaltantes, la persona tratará de construir a su alrededor, a través de ese canal, un mundo de bondad y fraternidad y por su acción diaria la tierra se verá descargada de sus impurezas.
Pero si esos sentimientos son poco edificantes, construirá a su alrededor un marco corrupto en el que se instalará el vicio y el desorden, propiciando toda clase de dramas, puesto que en ese espacio reinará la Ley de Repulsión que lo destroza todo.
La Casa XII nos indicará, pues, con bastante exactitud el ambiente en el que se moverá la persona, puesto que será a través de ella que edificará su pequeño universo concreto.
En signos de Fuego, los sentimientos se disfrazarán con la túnica blanca de los valores morales para construir su marco humano. En signos de Agua, se manifestarán con su auténtica identidad. En signos de Aire adoptarán el disfraz de las ideas. En signos de Tierra operarán a través de lo concreto y estructurado.
La XII es la puerta por la cual la obra recibe un formidable impulso hacia delante, ya que por fin nos decidimos a desplegar los peones de nuestro juego y a instituir en firme, en el espacio externo en que nos movemos, el bien que llevamos dentro o el mal. Si es esto último, ya la vida se encargará de enseñamos, porque ese mal suscitará forzosamente una reacción, de modo que a nuestro alrededor aparecerán los «enemigos», las desgracias, las dificultades, que nos obligarán finalmente a rectificar y entendernos con las leyes inamovibles.
Queda así explicado por qué la Astrología Tradicional considera esta Casa como la de los enemigos y ya hemos dicho igualmente por qué es también la de las cárceles, los impedimentos, la privación de la libertad, resultantes todas ellas del empeño de que nuestros sentimientos encajen en una realidad que no ofrece condiciones para su existencia. Entonces la persona fuerza las cosas, las doblega, las violenta y la justa reacción de las cosas lo priva de su libertad y hasta quizá de su vida misma.
Por último, la astrología tradicional considera que es la Casa de los secretos y los misterios y ciertamente, por el canal de la XII se expresa nuestro mundo interior, cubierto por el impenetrable sello secreto que ponemos en todo lo relacionado con nuestros sentimientos. Es de este arcano secreto, de nuestro Yo sentimental de donde emerge esa fuerza que nadie puede medir hasta que se ha alzado hacia su objetivo con el empeño titánico de hacer el mundo semejante a como nosotros somos en nuestras oscuras emociones.
Una Casa XII prepotente y cargada de planetas o con su regente formando numerosos aspectos, ha de indicar que nos encontramos ante una persona que desplegará grandes esfuerzos por conseguir configurar el mundo a su imagen y semejanza, llevando inherentes múltiples confrontaciones con los demás, aventuras, vida muy agitada y llena de experiencias.
La Casa XII es una Casa Vav, de exteriorización y en ella actúa Binah.
Claves: Oculto, secreto, inconsciente, exterioriza emociones, sueños, compras, pasado, entrega, compasión, enfermedad, sacrificio, pruebas, enamoramiento, desafíos, acciones humanitarias.
Casa XII en Aries
Hará que el designio de la espiritualidad (de Aries) se canalice por la vía de la exteriorización de los sentimientos (la XII), convirtiendo el propósito espiritual en un objetivo importante. No se tratará de un empeño marginal, sino de un tema fundamental de su vida. La lección a aprender consiste en la valoración relativa de los sentimientos; en darse cuenta de que la emotividad no es una regla adecuada para tomar la medida de las cosas.
El impulso espiritual descargado a través de este canal ha de orientar la persona hacia los auténticos valores, de modo que su empeño de edificar el mundo según sus sentimientos topará constantemente con una voz que parecerá venida del más allá y conectada con su conciencia, que le indicará que esto no es así y que debe rectificar.
Si los sentimientos de la persona no están muy alejados del auténtico orden espiritual, esta reconocerá las reglas tal como son y las incorporará a sus sentimientos. Entonces podrá decirse que la persona ha aprendido a combinar el Agua con el Fuego y tendremos al realizador de la gran obra.
En cambio, si sus sentimientos están en las antípodas, la exigencia espiritual actuará como un freno, como un obstáculo que le impide realizar su propósito y la espiritualidad puede convertirse en su enemigo.
Sus sentimientos se afanarán en edificar esto y aquello y cuando todo ya parezca hecho, vendrá un imperativo de orden ético, una ley, un reglamento, que lo echará a pique. Su enemigo será el juez, la autoridad, el principio, estando así muy directamente vinculado con las cárceles, reformatorios, etc. (Landrú, el famoso asesino de mujeres, tenía seis planetas en la Casa XII en Aries).
En un sentido positivo, la persona puede gozar de una protección de la divinidad que le impedirá mal obrar con sus sentimientos y puede ser el apóstol de una idea religiosa.
En un sentido más práctico, una Casa XII en Aries puede dar a la persona que expresa sus emociones a bocajarro, sin pensar en las repercusiones que tendrán en los demás. También a quien revela secretos. A quien se enamora impulsivamente. A quien utiliza sus emociones para motivar a los demás o para vender sus productos. Quien se entrega a los demás, solo por el placer de ayudar. Quien resetea sus emociones con mucha facilidad.
Dará a la persona que tendrá tendencia a exteriorizar sus emociones de forma impetuosa, les imprimirá mucha fuerza. Tratará que sus sentimientos tengan un propósito, una intención mayor de la que normalmente tienen.
Charles Manson y Cristina Kirshner tienen la Casa XII en Aries.
Casa XII en Leo
Tendremos que la ley espiritual interiorizada en Leo se expresará a través del canal exteriorizador de los sentimientos. Si en Aries era el designio el que cabalgaba por esta vía, aquí son las circunstancias morales las que obligan a la persona a exteriorizar sus sentimientos de una determinada manera y no de otra.
Lo que ha arraigado en ella acerca de las leyes espirituales que rigen el mundo, se expresará por ese canal, utilizando todo el poder de los sentimientos para crear un espacio físico que sea el testimonio vivo de esa personalidad.
Aquí, como en el caso anterior, el resultado dependerá de las incompatibilidades entre sentimientos y Yo-espiritual, pero esa personalidad moral tendrá aquí mucha más fuerza, ya que en Aries el niño-designio estaba naciendo, mientras que en Leo ha arraigado y dispone de la luz solar, de la fuerza luminosa de Hochmah, para ejercer una presión irresistible. Podríamos decir que Hochmah se exterioriza en Binah, forzando la implantación del bien.
Así pues, la espiritualidad utilizará la fuerza de los sentimientos para crear un mundo a la imagen y semejanza del de arriba. Así sucederá con buenos aspectos y en personas no demasiado corrompidas.
Si la moral es torcida y ello se verá reflejado por los malos aspectos que pueda recibir este sector o su regente, el Sol, ocurrirá que será esa moral torcida la que se ofrecerá complaciente a unos sentimientos torcidos también para que establezcan su reino. Disponiendo del asentimiento del Yo-moral, no sonará la voz de la conciencia y la persona podrá librarse sin remordimientos a la construcción de un mundo que no es conforme a las leyes divinas y que, por lo tanto, no aguantará.
Si se producen aspectos positivos, esta puede ser una de las mejores posiciones en que pueda encontrarse la Casa XII puesto que los deseos se ponen al servicio de los ideales de Hochmah. Esta era la posición que se encontraba en el tema de Jesús, ya que todo niño nacido un 24 de diciembre a medianoche en esa latitud tendrá el Ascendente en Virgo y por consiguiente, la Casa XII en Leo. Es, pues, la posición ideal para que lo divino y lo humano trabajen conjuntamente en la edificación de lo justo.
En un orden práctico, dará a la persona que retiene sus emociones por miedo a que la lastimen. Quien se siente orgulloso de lo que siente, aunque ese sentimiento sea contrario a lo que piensan los demás. Quien guarda un secreto como si fuera un tesoro. Quien exterioriza sus emociones con pompa, con redoble de tambores, como mostrando a la otra persona la suerte que tiene de que le quiera. Quien se sacrifica para conseguir un título, un reconocimiento. Quien supera las pruebas de la vida con nota. Quien procura que sus sentimientos sean dignos. Quien seguirá una espiritualidad tradicional.
También dará a la persona que intentará controlar la salida de sus sentimientos para que no le hagan quedar mal. Es fácil que se oriente hacia causas humanitarias para poder sentirse orgullosa de su proceder. Deseará el poder y estar en el candelero.
Sta. Teresa de Ávila, Kabaleb, Woody Allen (mal aspectado) y Plácido Domingo (mal aspectado) tienen la Casa XII en Leo.
Casa XII en Sagitario
Un signo exteriorizador y una Casa exteriorizadora se superponen. Sabemos que en Sagitario la política divina es ejercida en el mundo a través del ser humano como instrumento inconsciente. Cabe precisar sobre este punto que el ser humano actual no está aún en condiciones de ser el colaborador consciente de la divinidad, pero ello no impide que algunas personas hayan alcanzado ya ese nivel de conciencia. Hay que tener en cuenta ese factor cada vez que nos referiremos al proceso inconsciente que se desarrolla a través de los signos de Fuego.
Diremos aquí que la política divina se exterioriza a través del canal de salida de los sentimientos. Lo que era vago impulso en Aries, circunstancias espirituales que guiaban los sentimientos en Leo, es aquí un torrente que nada puede detener.
En Sagitario el Fuego se ha convertido en luz, en un foco luminoso que se proyecta camino adelante, indicando sin lugar a dudas la ruta a seguir. Y será por esa ruta que los sentimientos de la persona peregrinarán resolutivamente.
Si en el estadio anterior de la XII, en Leo, la naturaleza divina y humana se juntaban, aquí esta conjunción entra en fase activa y operante, creando un espacio físico en el que lo divino y lo humano se expresarán con fuerza.
Aquí la expresión de los sentimientos alcanzará su punto álgido de pureza dinámica y creadora. La persona actuará con un total desinterés y en un magnífico don de sí será capaz de todos los sacrificios, no olvidemos que tanto en la XII como en Sagitario está activo Binah.
Los malos aspectos sobre este punto o una exaltación excesiva del Elemento Agua en detrimento del Fuego darán una preeminencia de la emotividad por encima de la espiritualidad y entonces diremos que las emociones utilizan las fuerzas espirituales para sus fines, en lugar de, al revés, ser la espiritualidad la que utiliza un elemento inferior para exteriorizar su designio.
En el terreno práctico, si lo positivo predomina, tendremos al ser providencial, quien resuelve las más complicadas situaciones, haciendo florecer a su alrededor las más deslumbrantes esperanzas, ya que nada resulta tan asombrosamente creador como la unión del Agua y el Fuego en su estadio último, o sea, el de la exteriorización y del mismo modo que en los trópicos las plantas crecen a la vista cuando tras el Sol se derrama la lluvia, esta persona hará florecer en una realidad humana estéril las más bellas flores.
Será quien cura al enfermo solo con tocarlo, quiene trae la buena suerte, felicidad, cuya aparición representa el final de un período doloroso y el comienzo de la manifestación del bien.
Como en esas historias por capítulos en las que vemos al héroe abandonar el lugar en que se ha desarrollado su aventura después de haber resuelto los problemas, también esa persona viajará, llevada por sus sentimientos, sintiéndose como llamada a lejanos horizontes para resolver situaciones humanas que solo la providencia puede solucionar. Esos sentimientos serán demasiado vastos para que puedan caber en una sola persona y sus afanes amorosos cubrirán toda la humanidad.
Si lo dominante es lo negativo, su Yo emotivo captará la luz de Sagitario y sus sentimientos serán deslumbrantes. Se expresará de forma encendida y convincente y todos le amarán. Pero su objetivo, siendo puramente sentimental, será egoísta y utilizará ese amor para vivir mejor, para poseer aquello que anhela. La inmensa esperanza que despierta se verá defraudada, pero muchos serán los que seguirán creyendo en ella.
Mientras que para las personas en las que predomine el aspecto positivo su enemigo natural será el mal, que se autodestruye, de modo que ese enemigo tendrá medio perdido su combate nada más iniciado, para los que tengan malos aspectos su enemigo será el bien, el recto proceder, de modo que los enemigos serán entidades morales, dadas al perdón y a la benevolencia.
En el orden práctico dará a la persona que moraliza con la exteriorización de sus sentimientos. Quien los muestra como si fueran una ley de obligado cumplimiento. Quien viajará para ir en busca del amor. Quien transmitirá alegría a través de sus sentimientos. Quien mostrará rebeldía emocional. Quien se enamorará para encontrar la libertad. Quien mostrará sentimientos sinceros. Quien liderará situaciones a través de sus emociones.
También dará a la persona que sentirá la necesidad de empujar sus emociones hacia un punto determinado y de convencer a los demás que ese es el camino adecuado. Quien viaja para satisfacer sus deseos o para enamorarse, de un lugar o de una persona.
C. Jung, Sofía Loren y Evo Morales (mal aspectado) tienen la Casa XII en Sagitario.
Casa XII en Cáncer
Aquí el caudal de los sentimientos indiferenciados se expresa a través del canal de los sentimientos concretos, definidos, objetivados, dando a estos una enorme fuerza expresiva. La exteriorización sentimental tendrá, pues, una fuerza contundente y nada podrá detener su resoluta voluntad expresiva.
Tendremos a la persona llevada al galope frenético por sus sentimientos y difícilmente podrá organizar su vida sobre otros valores que no sean los emocionales.
Será el sentimental nato y como tal, actuará siempre de una forma imprevisible, al ritmo cambiante de sus emociones, puesto que en el mundo sentimental no interviene la lógica y todo marcha a la orden de la tendencia dominante en un momento dado. (El Príncipe Carlos de Inglaterra tiene la Casa XII en Cáncer).
Si en su Carta Astral hay muchos planetas en signos de Agua o si estos se encuentran exaltados por malos aspectos que produzcan altas tensiones, concluiremos que la personalidad emotiva de la persona tendrá mucho impulso y las fuerzas de Cáncer exaltarán la exteriorización de tal modo que realmente nada podrá detenerlo en su carrera sentimental.
Los buenos aspectos en signos de Agua o formados desde fuera con ellos darán una inclinación positiva a los sentimientos y en este caso podremos decir que la persona exterioriza buenos sentimientos, que si bien es por entero una emoción andante, el espacio humano que se construirá estará cargado de buenas intenciones.
Los malos aspectos darán fuerza a las bajas pasiones, a los deseos egoístas, que la persona manifestará con mucha fuerza. Como quiera que deseo y pasión son los mayores productores de dramas, esta posición indicará el empeño violento de la persona por instaurar en el mundo, contra viento y marea, unos sentimientos que su sociedad rechaza y ese forcejeo dará lugar a desmadres de toda clase. De ahí que esta posición, con malos aspectos, genere la posibilidad de ir a la cárcel y una vida muy movida.
En el aspecto práctico dará a la persona que muestra emociones maternales, que se emociona con suma facilidad, que expresa sus miedos o sus dudas sentimentales sin pudor. Será imprevisible como lo son las emociones.
George Bush (que lanzó una guerra porque habían ofendido a su padre), Trump (que gobernaba a golpe de twit) o Camila Parker, tienen la Casa XII en Cáncer.
Casa XII en Escorpio
Aquí el amor propio de que es portador Escorpio utiliza el canal exteriorizador, de manera que el espacio social que se construirá esa persona será aquel en que su amor propio pueda manifestarse con toda su amplitud. Ya tenemos reunidos los ingredientes que han de dar lugar al culto de la personalidad de la que tanto se ha hablado en tiempos pretéritos. Según sea la concepción de la persona sobre el respeto que los demás le deben, será una cosa o será otra, pero siempre buscará, con sus sentimientos, forzar a los demás a venerarla.
Si se producen buenos aspectos sobre este sector, la persona encontrará fácilmente quien lo adore; encontrará el pedestal adecuado en que situarse y teniéndose ella misma en alta estima, procurará que su imagen no se deteriore, instituyendo en su entorno lo que cree que es el bien.
Percibiéndolo todo desde su propio interior, creerá que las cosas son así, creerá que los demás son felices con lo que por ellos hace. Si lo son o no lo son es algo que le costará enterarse (Lady Di tenía la Casa XII en Escorpio).
Con malos aspectos, la combinación resultará dramática, porque la persona no reparará en medios para imponer su imagen, para forzar el respeto de los demás. Como esa imagen no será muy apetecible, por tratarse de malos aspectos, deberá emplear grandes medios para ser aceptada. Puede ser un incordiador, alguien que cae mal y probablemente será la propia persona su principal enemigo, al menos en lo que se refiere a su personalidad emotiva.
Esta es una posición que puede dar lugar a una gran confusión. Esta persona puede convertirse así en una especie de Dr. Jeckill y Mr. Hyde, en alguien que actúa simultáneamente bien y mal, capaz de lo mejor y de lo peor. Al exteriorizar algo que está en proceso de formación, inevitablemente lanzará al mundo algo inacabado, imperfecto.
Si la persona se encuentra en un estado evolutivo elevado ese yo emotivo interno, aunque no esté terminado, puede resultar muy edificante para su prójimo y ese afán exteriorizador puede ser la impaciencia natural que siente quien va por el mundo quemando etapas.
En el aspecto práctico dará a la persona que busca que las demás le quieran, que le adulen, que sean conscientes de lo que hace bien, de lo que vale. Medirá su autoestima en función de la respuesta externa. También será quien busca generar cambios en su vida a través de la exteriorización de sus emociones.
Joe Biden, Marlon Brando o Nelson Mandela, tienen su Casa XII en Escorpio.
Casa XII en Piscis
Está en su sede y esto significa que la exteriorización de los sentimientos vendrá en su momento, en su lugar. Esta persona habrá conseguido esa ordenación y su yo sentimental se manifestará, ni en escalones más elevados, ni en más bajos. Su trabajo será el mismo que tuvo Binah al heredar el problema de Hochmah: producir una separación en sus deseos entre sublimes y bajos y señalar unos límites de actuación para cada uno de ellos.
Aquí ya no habrá la confusión que se producía en la etapa anterior y la persona sabrá reconocer el bien y el mal, condición indispensable para poder integrar el bien a la obra y disponer lo que no puede integrarse en un recinto para que actúe en él sin perturbar la buena marcha de la obra.
Los constructores de catedrales dotaban cada una de sus construcciones de fosos o pozos destinados a dar cobijo a los habitantes de las regiones inferiores del Mundo del Deseo. Si estos no disponen de sus habitáculos, dicen los cabalistas, se suben al altar y devoran los sacrificios que allí tienen lugar. Con la Casa XII en su sede esto no ocurre.
La Casa XII en Piscis hará, pues, que los valores sentimentales que posee la persona arraiguen con fuerza en su entorno humano o, dicho con otras palabras, que sus deseos se realicen fácilmente, porque la persona sabrá discernir, en el exterior, aquello que es idóneo a su propósito emotivo y aquello que no lo es, sabiendo así dónde puede operar y dónde no.
Los buenos aspectos acentuarán esa sabiduría emotiva y proyectarán a la persona hacia las circunstancias idóneas con su propósito sentimental: encontrará lo que busca en su fuero interno de una manera «casual»; encontrará igualmente a los que fueron sus compañeros de ruta en el pasado, a quienes amó y por quienes fue amada. La providencia restablecerá ese contacto y su vida se deslizará por causas felices.
Los malos aspectos indicarán que en el pasado tuvo conexiones problemáticas y que ahora la fatalidad le exigirá que pague sus deudas, viéndose conectada con aquellos que odió y despreció para que, en un nuevo contexto humano, pueda nacer el amor.
Las disonancias producen la cristalización del mal, su institución en la vida, de manera que ese mal sea perfectamente reconocible y en él pueda actuar la Fuerza de Repulsión que lo disolverá, de modo que esta posición ha de producir la muerte del mal por su vertiente negativa y el fortalecimiento del bien que permite incorporar los valores emotivos a la obra unitaria de la Creación.
En el aspecto práctico dará a la persona que expresa de forma correcta sus emociones. Quien puede elaborar una lista de deseos y conseguir que se cumplan. Sabrá controlar sus emociones. Será empática, espiritual y abnegada.
John Lennon, Barbara Streisand y Shakira tienen su Casa XII en Piscis.
Casa XII en Libra
Indicará que el manantial de las fuerzas mentales se expresa a través del canal de exteriorización de los sentimientos. De esta forma los sentimientos se encontrarán impregnados de lógica y perseguirán un objetivo que irá más allá de sí mismos.
Es decir, a través de la XII buscamos en el mundo las personas que se identifican con nuestro modo de sentir para formar con ellas nuestro espacio humano, o sea, nos rodeamos de objetos y personas que podamos amar, que sean receptáculo idóneo, apetecible, para enterrar en ellas nuestros sentimientos.
Pero si las fuerzas mentales aparecen en ese canal y lo cubren con su esencia, el objetivo sentimental no será el de buscar esas personas, sino aquellas con las cuales podamos realizar un objetivo que va más allá de lo sentimental. Se utilizarán, pues, los sentimientos para lograr algo que es ajeno a ellos.
Así, diremos que un objetivo social se logra utilizando medios sentimentales. Los sentimientos se sacrifican en favor de lo razonable, frustrando así nuestro Yo de las experiencias que hubiera debido obtener de una expansión sentimental si se hubiese desarrollado bajo los auspicios de Piscis, que es el signo que instrumenta ese proceso exteriorizador.
Con esta posición, la persona renuncia implícitamente a vivir rodeada de afectos para instalarse en un medio donde el afecto le servirá de plataforma para catapultarse a un plano más elevado.
Con buenos aspectos, esta renuncia a crearse un medio sentimental idóneo estará apoyada por un fin superior. Hay en la persona una superación de la etapa sentimental y una renuncia a pasarlo bien porque su alma ya no necesita esa experiencia, de modo que utiliza un medio inferior, el sentimental, para alcanzar objetivos que van más allá de lo que puede lograrse con el poder de los sentimientos.
Los malos aspectos convertirán esos objetivos en logros personales, de modo que la fuerza de la razón será sometida al poder de los sentimientos y tendremos a la clásica persona que se casa por dinero o, más bien, ya que en la etapa de Libra el dinero aún no aparece, para figurar en un cierto ambiente, para estar en una esfera determinada, a la que no podría llegar por sí sola.
Esta superposición hará que la persona establezca contacto sentimental con un grupo humano que le es superior, trátese del cónyuge o de los compañeros de ruta, puesto que el gancho de los sentimientos, la Casa XII, la conecta de un modo natural con los que se encuentran un escalón más allá de su propio nivel.
Esto hará que, de algún modo, se sienta inferior al círculo de sus compañeros de vida y quizá se subleve contra esa inferioridad buscando compensaciones que conviertan la coexistencia en dramática. De todas formas el drama acabará convirtiéndose en comedia, puesto que las fuerzas de la razón le quitarán hierro a la manifestación sentimental y la propia persona se reirá de las situaciones cómicas que se produzcan debidas a ese desfase razón-sentimientos.
En el aspecto práctico dará a la persona que intentará, sin conseguirlo demasiado, que sus emociones sean lógicas. Buscará que sean equitativas y amar de forma equilibrada, dándole a cada uno su porción de amor.
Mata Hari, Maradona, Bin Laden o Charlot, tienen la Casa XII en Libra.
Casa XII en Acuario
Indica que el objetivo sentimental ha subido de un grado con respecto a la etapa anterior, representada por Libra. Si en dicha etapa la persona utilizaba los sentimientos para plantar la bandera de su personalidad a un nivel más elevado, aquí ese nivel es más específico, más restringido, va a un determinado grupo de personas en particular, las que han interiorizado la ley y viven ya de acuerdo con reglas distintas al común de los humanos.
Es decir, la persona constituirá un espacio sentimental no con objeto de recrear sus sentimientos en él, sino para obtener de este modo una información determinada.
Esa información concernirá el funcionamiento del universo y de los objetos que en él se encuentran y puede tratarse de un entorno de matemáticos, ingenieros, mecánicos, astrónomos, físicos, de científicos en general o de ocultistas, astrólogos, cabalistas; es decir, personas que trabajan con las leyes del mundo, cualquiera que sea el nivel en que lo hagan.
La persona se verá seducida, no por los que sienten con ella, como sería lo natural si la XII se expresara en su entorno, sino por los que están en posesión de un conocimiento. Para adquirir ese conocimiento la persona se entregará sentimentalmente.
Los sentimientos constituirán, pues, una vía hacia el conocimiento y la persona tenderá a enamorarse con la cabeza, no con el corazón.
Los buenos aspectos harán que esta mecánica se desarrolle sin tropiezos y que las uniones sean fecundas, en lo que se refiere a la aportación intelectual, ya que en lo sentimental la persona tenderá a ser fría. Su erotismo puede expresarse en otros ambientes y es el estudio detallado del tema el que ha de informarmos de este aspecto. Pero en principio, esta superposición supone la voluntaria decisión de no ejercer la sentimentalidad de una manera adecuada, sino que pone sus sentimientos a trabajar para adquirir sabiduría.
Los malos aspectos alterarán esa mecánica, harán que la persona no encuentre las personas que realmente busca y que se dé cuenta de ello después de haber establecido un vínculo. O bien los conocimientos que obtenga no serán auténticos y un día verá que ha sacrificado sus sentimientos para nada. Los encontronazos le vendrán, pues, de científicos, técnicos, de aquellos que ella creía idénticos a lo que está buscando, los amigos.
Esos malos aspectos supondrán, además, una justificación de los estados sentimentales, de las pasiones, de los errores, que serán presentadas como lo más natural.
En el aspecto práctico dará a la persona que busca respuestas a través de sus emociones, de enamoramientos, de relaciones, lo cual puede producir sentimientos controlados y dirigidos. Se enamorará más con la cabeza que con el corazón.
Bolsonaro, Sarkosy, Banderas o Clooney tienen la XII en Acuario.
Casa XII en Géminis
Hace que la exteriorización de los sentimientos se vea sustituida por la exteriorización de las ideas. Las ideas utilizan el canal sentimental para crear un marco humano en el que poder expresarse.
La persona proyectará sus sentimientos, hacia personas que tienen acceso a los medios de comunicación social. Allí estarán sus simpatías. El objetivo de los sentimientos será dominar la sociedad.
Si en Libra el pensamiento toma el disfraz de los sentimientos para ejercer su prerrogativa a un nivel superior al natural, pero sin que exista un objetivo preciso; si en Acuario el objetivo es la posesión de un conocimiento, en Géminis el objetivo será ejercer un poder social preciso, de acuerdo con la personalidad intelectual que en la etapa anterior la persona ha desarrollado.
Utilizará, pues, los sentimientos para alcanzar ese poder y puede ser la secretaria que se casa con el patrón, o que se convierte en su amante o al revés, el ambicioso que busca la protección de una mujer que le dé acceso a un determinado ambiente.
Las ambiciones sociales se realizan, pues, a través de los sentimientos y la insatisfacción sentimental será cada vez mayor a medida que la XII se aleja de su auténtica sede, viéndose los sentimientos obligados a expresarse por otros canales.
Los malos aspectos, sobre todo si provienen de signos de Agua, al darle una emotividad fuerte, le impulsarán a descargarla en terrenos «prohibidos» que resultarán una amenaza para su respetabilidad, de modo que tendremos a la persona integrada por vía emocional a un medio ambiente social determinado, cuando sus sentimientos reales constituirán una amenaza permanente para su propósito.
En el aspecto práctico dará a la persona que utiliza sus ideas y su poder de comunicación para ligar, para expresar sus emociones, lo cual llevará a engaño, porque será como justificar los sentimientos. Será una vendedora de primer orden.
Angelina Jolie, Dalí, Bill Gates o Spielberg tienen la Casa XII en Géminis.
Casa XII en Capricornio
Indica que la persona utilizará los sentimientos para la obtención de medios. Los sentimientos crearán, pues, un entorno que le permita ser una figura relevante en la sociedad. No se trata de que la persona sacrifique conscientemente su deseo amoroso contra la posibilidad de tener un rango, sino que de un modo natural sus sentimientos la llevan a rodearse de personas que ostentan un poder.
La exteriorización de los sentimientos prevalecerá sobre cualquier otra consideración, será más fuerte que todo, más contundente. Los sentimientos irán hacia lo concreto y duradero, hacia la constitución de un marco humano en el que la persona pueda subsistir.
Con planetas restrictivos y malos aspectos, la persona puede llegar a tener necesidad de utilizar sus sentimientos para ganarse el pan. De un modo u otro también esos sentimientos se degradarán, ya que deberán descender a lo físico y participar en tareas penosas. Esto puede ir desde la prostitución hasta la utilización de los sentimientos para obtener medios materiales para la realización de obras sociales.
En el aspecto práctico dará a la persona cuyos sentimientos parecen fríos y calculadores porque trata de mostrarlos como algo controlado y ordenado.
K. Marx, Santiago Carrillo y Khrishnamurti tienen la Casa XII en Capricornio.
Casa XII en Tauro
Por el canal de exteriorización de los sentimientos circulan los bienes materiales. La riqueza viene por vía sentimental.
El espacio sentimental que la persona se crea se sitúa en la plena opulencia, entre rentistas, terratenientes, capitalistas. Aquí se produce el trueque: sentimientos-bienestar.
Con malos aspectos, la persona se verá obligada a forzar las cosas y venderá prácticamente sus sentimientos, adquiriendo con ellos ese bienestar que aprecia por encima de todo. Como esa venta será forzada, el que compra los sentimientos verá que es una mercancía de poco valor, ya que no posee más que una ficción, y este será su enemigo. Así pues: enemigos opulentos, obtención de bienes a cambio de favores sentimentales.
Con buenos aspectos ese trueque se hará sin dramas, resultará de lo más natural del mundo, es decir, la persona se enamorará de gentes adineradas y esto será todo.
En el aspecto práctico dará a la persona que se enamora más de la posesión del otro que de sus cualidades humanas, se fijará más en el envoltorio que en el regalo que contiene.
Hilary Clinton, Orson Welles y Luther King, tienen la Casa XII en Tauro.
Casa XII en Virgo
Los sentimientos se utilizan para captar a las personas que han de producir en nosotros el desprendimiento de lo material. Las simpatías y afectos van hacia los que nos despojarán materialmente y también hacia los que nos inducirán a fijar nuestra atención en otros valores que no son los materiales.
Así diremos: amantes ruinosos, cónyuges que son agentes del desplome de nuestras posesiones materiales, negocios en los que la persona entra por vía sentimental, porque le gustan y que son portadores de ruinas, etc.
Así, los sentimientos nos acercarán a lo primordial, nos harán dar un paso más allá por una vía agradable, ya que al fin y al cabo esta persona puede decirse que mejor arruinarse pasándolo bien, de la mano de una persona querida, que a causa de la competencia comercial japonesa.
Con malos aspectos, la situación adquirirá aires dramáticos y veremos al ser amado huir con los fondos y quizá en grata compañía, o bien, en casos extremos, pegarle fuego al patrimonio con una colilla mal apagada.
Esta superposición significa, en suma, que la plena madurez de los sentimientos es lo que precipita a la persona hacia un nuevo ciclo experimental.
En el aspecto práctico dará a la persona que se enamora de algo que está en su fase final, sea una persona o una situación. También buscará a través del amor, la sabiduría o la persona que haya superado sus pasiones.
Gandhi, Michael Jackson, Sinatra o Hitler tienen la Casa XII en Virgo.
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