La Casa XI
La Casa XI expresa en la tierra las potencialidades de Acuario. Dijimos al estudiar este signo que en él las fuerzas mentales se interiorizan, haciendo que la persona deje de comportarse según sus deseos para actuar al unísono con la ley universal. Esa es la idea, por lo menos, después ya sabemos que liberarnos de los deseos es todavía una ardua tarea.
La Casa XI materializa este proceso en la vida práctica, de modo que este sector nos revela aquello que es coherente con la naturaleza interna de la persona. Hemos dicho muchas veces que la vida exterior es una emanación de lo que llevamos dentro y si no vemos en los acontecimientos que vivimos la expresión de nuestro carácter, es porque nos conocemos mal, porque no sabemos interpretarlos.
La función de la Casa XI será situarnos en un contexto en el que las cosas son como nosotros somos por dentro, de manera que entre lo positivo de dentro y lo negativo de fuera se producirá un ensamblaje automático y al revés, con lo negativo de dentro y lo positivo de fuera. De ahí la idea de apoyos, de protectores, de amigos, que contiene la Casa XI, son los que encajan con nuestra visión de la vida.
Los protectores que esta Casa nos dispensa lo son, porque ven reflejado en nosotros su modo de pensar y encuentran la posibilidad de llevar a madurez sus propios ideales.
La Casa XI indicará igualmente los proyectos, no los que son fruto de un deseo que puede variar de la noche a la mañana, sino de esos proyectos que han sobrepasado la barrera del ciclo sentimental y que han sido acogidos y elaborados por la mente para pasar ulteriormente por la fase de elaboración material. Esta Casa nos revelará, pues, el próximo futuro material de la persona.
La Casa XI constituye el canal a través del cual el bien y el orden que hemos plantado en nuestro mundo, gracias a las fuerzas ordenadoras y legisladoras circulando por el canal VII, nos es restituido.
Si a través del canal V la sociedad nos restituye la energía (la suerte) que nos hemos hecho acreedores por nuestra actuación al servicio de lo más elevado que hay en nosotros mismos y por el canal VIII se nos restituye el amor a que ha dado lugar nuestra actividad sentimental, por el XI recibiremos la recompensa a que ha dado lugar nuestra actividad mental en su primer estadio, el de la germinación del propósito racional.
Cuando este canal entre en fase activa veremos, pues, cómo aparecen en nuestra vida personas que piensan como nosotros, que están ordenadas internamente como nosotros lo estamos.
Así diremos que, si los que aparecen por el canal V son los que participan en un mismo entusiasmo espiritual, los ungidos a nosotros por un impulso irracional, por una fe. Si los que aparecen por el canal VIII son los que sienten como nosotros solo en un sentido negativo, los que comparten nuestros vicios, nuestras pasiones; los que aparecen por el canal XI son los que comparten nuestros pensamientos y nuestras intenciones sociales: son esos viejos conocidos que nos han seguido de ciclo en ciclo y que han alcanzado ahora la categoría de amigos.
De ahí que la astrología tradicional nos hable de esta Casa como la de los amigos, los protectores y que de ella emanen los grandes proyectos largamente elaborados, puesto que se trata del proyecto que un día inició su ciclo en Aries como un Designio y que ahora es ya una idea fija, estructurada.
Esos amigos que aparecerán por el canal XI, serán, por consiguiente, aquellos que aparecieron en anteriores etapas como enamorados románticos, cuya fe en nosotros nos dio alas para proseguir con algo apenas consistente. Fueron luego nuestros amantes o nuestros cónyuges, animándonos con sus sentimientos. Y ahora son los amigos, con los que nos relacionamos exentos de toda pasión, dedicando todas las energías a la elaboración mental del designio.
Cuando, en el ciclo anual, la Nueva Luna cae sobre nuestra Casa XI, sabiendo que por ese canal aparecerán las personas que persiguen nuestros mismos propósitos intelectuales, bueno será que organicemos nuestra vida de manera que toda la estrategia esté orientada a encontrarlos.
Claro que, siendo un canal receptivo, que circula del mundo hacia nosotros, ellos han de ser quienes se manifiesten. Pero para facilitarles su trabajo, conviene que agitemos nuestro pañuelo como diciéndoles: «¡Eh, estamos aquí!» Para señalarles nuestra presencia. En este período anual deberemos manifestar nuestras ideas, los proyectos mentales, nuestras convicciones, lo que ya ha dejado de ser pasión o capricho y se ha convertido en propósito racional.
Debemos hacerlo con las armas que la vida pone a nuestro alcance, escribiendo, hablando o bien asistiendo a actos públicos en los que se manifiesten ideas en afinidad con las nuestras.
Así estaremos dando ocasión a que los que son semejantes a nosotros se manifiesten. Si utilizamos los canales adecuadamente, actuando de forma que puedan manifestarse en nuestras vidas con la máxima intensidad, la abundancia rezumará a nuestro alrededor.
Los buenos aspectos sobre la Casa XI indicarán que las semillas plantadas a través del canal VII iban correctamente orientadas y por consiguiente, se inscribe ahora en nuestro interior, en nuestra psique, ese buen orden.
Los aspectos disonantes sobre la Casa XI dificultarán las relaciones con los amigos, los protectores y pondrán obstáculos en la realización de los proyectos. Nos darán amigos con problemas, de manera que aquellos que normalmente deberían prestarnos su apoyo no solo no nos lo darán, sino que los tendremos que ayudar o nos pondrán palos en las ruedas.
Las disonancias significarán, además, que hemos plantado las semillas del error y en nuestro pensamiento se interiorizará el desorden, de modo que, ante el mal funcionamiento de la mecánica interna, podamos darnos cuenta de que allí ha habido error.
Si ese error no es detectado directamente por la psique, será a través de las anécdotas que a la persona le será dado comprender que se ha equivocado. Esas anécdotas darán lugar a amigos conflictivos, a protectores que no protegen. Los que se asemejan a nosotros cometerán errores de juicio, sus planificaciones se hundirán, tendrán ideas equivocadas.
Siendo ellos así, la persona deberá comprender que la vida pretende decirle que el error está en lo que ellos representan en su naturaleza interna; es decir, en la estructura misma de su psique y si desmontan su mecánica mental para volverla a montar correctamente, los amigos que aparezcan en su vida serán de fiar.
Cuando un número excesivo de planetas se encuentra en este sector, la persona se ve comprometida en demasiados proyectos. Sus amigos son muy dispares y todos lo lanzan a horizontes distintos, de modo que al mucho abarcar, apretarán poco e invadirán dominios en los que no deberían poner los pies.
Claves: amigos, protectores, conexión, mente, futuro, grandes proyectos, padrinos, utopía, invención, originalidad, ideología, sinergia, asesoramiento, compañerismo.
Claves: Conexión, futuro, razón, telepatía, amigos, grandes proyectos, padrinos, utopía, inventos, lógica, originalidad, planificación, recursos, ideología, sinergia, compañerismo.
La Casa XI es una Casa He, de interiorización y en ella actúa Hochmah.
Casa XI en Aries
Indicará que el orden y el bien que el mundo inscribe en la mente de la persona procede de las fuentes cósmicas. Su mente será inspirada por la luz divina. Podríamos decir que su amigo es la espiritualidad.
El designio espiritual es transmitido directamente a su conciencia, es captado por su cuerpo mental, que se encuentra supuestamente preparado para interiorizar el designio en su estado puro, sin haber rodado por los ciclos de descenso, en su proceso normal de banalización.
Si la conciencia no está preparada para absorber ese impacto espiritual, la dinámica se manifestará a través de las anécdotas y aparecerán amigos que son cosmonautas, exploradores, personas que contactan con los extraterrestres, extralúcidos, clarividentes, gentes que de algún modo están relacionados con el más allá, con la espiritualidad.
A través de ellos deberá comprender que su mente se encuentra presta para el gran despegue y que este más allá que sus amigos representan intenta penetrar en su sistema mental para lanzarlo a una gran aventura humana.
Los malos aspectos harán que sus amigos estén totalmente fuera de la realidad, que sean unos ilusos, intentando decirle con ello que el designio espiritual no se presenta de manera adecuada a su mente y que debe proceder a equilibrarlo.
En el aspecto práctico dará a la persona que busca amigos en círculos intelectuales, allí donde se inventan las cosas. Se relacionará con personas que están más allá en algún sentido, que ven el futuro.
Hilary Clinton, Luther King y Orson Wells tienen la Casa XI en Aries.
Casa XI en Leo
Indica que la instauración de la ley y el orden en el interior de la persona ha de venirle de los valores morales instituidos. Será en su personalidad moral, en su conciencia, en lo que en ella se encuentre de instaurado y firme, donde encontrará la verdad de las cosas tal como son.
Hablando de la conciencia, es preciso comprender qué es exactamente ese algo impalpable del que tan a menudo se habla. La conciencia es el fruto de las experiencias vividas o sea, que es una creación del ser humano. Pero, y ahí reside su particularidad, no todas las experiencias vividas son generadoras de conciencia. Se integra únicamente a la conciencia aquello que es conforme a las leyes divinas o sea, aquello que corresponde a la naturaleza superior. Es decir, a la naturaleza de nuestro Ego Superior. Lo que no es conforme a los principios que generan la vida es excluido de la esfera de la conciencia y pasará a las regiones en que actúa la Fuerza de Repulsión que lo destruirá.
De esta forma, la conciencia de cada uno es el juez que conoce la verdad, no toda la verdad, sino tan solo aquella que la persona, en el curso de sus vidas, ha podido captar. La conciencia será, pues, el consultorio al que siempre podremos acudir para preguntar si podemos o no realizar aquello que nuestros deseos nos proponen.
La función de Leo es precisamente la de interiorizar en la persona la ley cósmica, gota a gota, a medida que, de la fuente primordial de Aries, el designio va manando. Cuando la Casa XI se encuentra en Leo podemos decir que el pensamiento humano no podría beber en mejores fuentes para saber cómo las cosas son, ya que bebe en una fuente superior, en cuyas aguas se transparenta la verdad.
Esa imagen de la verdad nos llega en forma de intuición, de modo que esta combinación signo-Casa hará que la intuición, al pasar por el canal del pensamiento instituido, se convierta en razonable. Es decir, la persona comprenderá la mecánica de la verdad y si no sabe explicarla a los demás, ya que esto es función del canal III, por lo menos se la explicará a sí misma, verá su perfecta lógica y le será posible amoldar su conducta a la exigencia de esa verdad revelada, convirtiéndose para los demás en ejemplo.
Si esa dinámica no actúa a nivel psíquico, se encarnará en las anécdotas y entonces aparecerán los amigos, los protectores, los cuales serán una imagen de ese mundo superior que representa el elemento Fuego, en el que vive la conciencia. Serán, pues, amigos ilustres, titulados, ennoblecidos, reyes, príncipes, presidentes, altos dignatarios que, con sus favores, encumbrarán a la persona, del mismo modo que se vería encumbrada si su pensamiento humano pudiera beber directamente en la fuente de la conciencia superior.
Al encumbrarlo por encima de su nivel ordinario de flotación y darle así acceso a un mundo superior, socialmente hablando, la vida intenta decirle que hay dentro de ella una nobleza, una realeza que, si la descubre, le encumbrará moral y humanamente como el amigo poderoso lo ha hecho en el dominio social.
Los malos aspectos obligarán a la persona a seguir caminos tortuosos para poder conectar con las fuentes puras de la conciencia. Su pensamiento no comprenderá el mensaje y en su visión interna de las cosas se producirán numerosos errores.
Entonces los amigos que ilustrarán esta temática serán también de alto linaje, pero habrán llegado a sus puestos por la vía de la usurpación, realizando funciones que no son las suyas o que no lo serían en circunstancias normales. El favor de los usurpadores intentará decirle que su elevación no es legítima y que por lo tanto está condenada a desaparecer.
En el aspecto práctico dará a la persona cuyos amigos hacen de Pepito Grillo y le ayudan a escuchar al voz de su consciencia. Amigos orgullosos, luminosos, a los que les gusta hacerse ver y notar.
Di Caprio, Hitler y Bill Clinton tienen su Casa XI en Leo.
Casa XI en Sagitario
Pondrá el Pensamiento Divino en el canal que instituye en el interior de la persona el pensamiento humano. Si en el estadio anterior la persona intuía la verdad al contemplarla en el esplendor de su propia conciencia, aquí se ahorra ese trabajo y la verdad le es dictada, por decirlo así, ya que Sagitario exterioriza lo que en Leo es tan solo una imagen interior.
Si esta mecánica no se encuentra obstruida por aspectos distorsionantes, esta persona no tendrá más que obedecer a su voz interior, a la elocuencia de su conciencia, para forjarse un sistema mental que la llevará a descubrir grandes cosas por el camino de la razón.
Al ver claro cómo funcionan las cosas en el universo, podrá reproducir en el mundo material ese funcionamiento, dando lugar a invenciones. Esto ha de suceder ya que los que tienen la Casa XI en esta posición tienen su Ascendente en Acuario.
Si las imágenes internas a que da lugar esa combinación no son captadas por la psique, saltarán al exterior, materializándose bajo la forma del amigo-consejero, el que da normas de vida, el profesor de moral. Este amigo puede incluso ser inmaterial, ser el auténtico instructor que viene de los mundos de arriba y que da sus consejos en forma mediumínica.
A pesar de ser esto una manifestación espiritual, el hecho indica que los mecanismos internos de la persona no han funcionado a nivel superior y que es a través de la anécdota que han tenido que manifestarse.
Por lo demás, los amigos serán médicos, institutores, gentes que restituyen a las personas sus ritmos naturales.
Con malos aspectos, tendremos dificultades de integración del mensaje al cuerpo del Pensamiento, dando lugar a amigos que expresan una moral torcida y que nos inducen a seguirla.
En el aspecto práctico dará a la persona con amigos que saben más que el Papa, jueces, legisladores, sanadores. La persona encontrará ayudas y podrá realizar grandes proyectos en estos dominios.
K. Marx, Khrishnamurti, David Bowie y Mozart tienen la Casa XI en Acuario.
Casa XI en Cáncer
El manantial de los sentimientos es canalizado hacia la edificación del pensamiento interno. Según la calidad de esa fuerza primordial emotiva, los resultados han de ser muy diversos.
La materia que fluye de Cáncer es siempre pura. Si los sentimientos han conservado su pureza primigenia, si no se han maleado en el curso de las vidas, de manera que en las aguas de Cáncer se encuentren residuos indeseables o bien si se ha producido la oportuna regeneración de esas aguas, al transcurrir por el canal XI darán, en primer lugar, fecundidad al pensamiento interno, producirán en él una lujuriante vegetación de plantas maravillosas, nutritivas, de propiedades curativas que restauran la salud.
Si esas plantas constituyen el pensamiento interno, es evidente que se tratará de un pensamiento inspirado, maravilloso, nutritivo, restaurador.
Si las aguas no son puras, la frondosidad de ese pensamiento interno, aún conservando todo su esplendor externo, dejará de ser útil. Las malas hierbas crecerán en él, la cizaña, las plantas venenosas, dando a la persona disposiciones internas hacia el mal.
Las célebres flores del mal aparecerán y serán fuente permanente de pensamientos malévolos (Oscar Wilde y Arthur Rimbaud tienen la Casa XI en Cáncer). Más aún: las pasiones, la emotividad turbulenta ocupará el imperio de la razón, sugiriendo a la persona maravillosos argumentos para justificar intelectualmente sus inclinaciones torcidas.
Nos encontramos, pues, con la persona que da siempre una explicación plausible a las pasiones, que no parecen pasiones, sino actuaciones lógicas y razonables, sumamente sensatas.
Con sentimientos puros o malévolos, sea cual sea el nivel evolutivo de la persona, en esta superposición, las emociones constituyen la estructura mental interna o dicho con más precisión, aportan su concurso a ese edificio en la presente vida, puesto que la persona viene al mundo con un edificio mental ya levantado en precedentes encarnaciones.
Si ese edificio previo es sólido, si ha sido ya largamente elaborado, es decir, si se trata de una persona evolucionada, entonces las fuerzas de Cáncer representarán un elemento de inspiración muy activo, que vitalizará esa estructura mental interna, llevándola a descubrir las grandes armonías cósmicas, ya que la mente necesita de las alas de los deseos para poder volar.
Con malos aspectos, el tipo evolucionado ha de recibir grandes tentaciones de Cáncer; es decir, su mente interna sufrirá el asalto de los malos deseos, para ver si el edificio se modifica o si los nuevos elementos constructivos son rechazados.
Si esa dinámica no se desarrolla en los mundos internos, aparecerán en el exterior los amigos, los protectores, que escenificarán con su modo de ser esa temática. Serán los inspiradores del pensamiento, los que darán ideas con su comportamiento emotivo o los tentadores, los que conducirán a la traición del pensamiento, induciendo a la persona a comportarse de un modo muy distinto al orden que preconiza.
Amigos que intentarán someter a la persona, que la suplantarán, que se atribuirán sus virtudes intelectuales, que quizá acaben diciéndole: tú no eres tú; yo soy tú, queriendo significar con ello que la auténtica identidad mental desaparece en provecho de otra personalidad, la emotiva, que la recubre con su barniz.
Si esto ocurre, es señal de que la fuerza emotiva de Cáncer no se integra armoniosamente en el pensamiento, sino que fuerza la mente a ser otra. Por lo demás, los amigos serán volubles, cambiantes, fantásticos, aparecerán y desaparecerán de la vida con suma rapidez, ilustrando con su actitud las características de Cáncer y de su regente, la Luna.
En el aspecto práctico dará a la persona con amigos muy cambiantes, volubles, que tan pronto aparecen como desaparecen. Amigos sensibles y con gran imaginación.
Kabaleb, David Copperfield y Santa Teresa de Ávila tienen la Casa XI en Cáncer.
Casa XI en Escorpio
Como en el estadio anterior, un signo de valores emocionales se encuentra conectado con el canal que construye el pensamiento interno. Pero las aguas de Escorpio ya no son el puro manantial de los sentimientos, sino que representan el edificio sentimental interno y será esta edificación la que construirá la morada del intelecto y lo hará, naturalmente, a la imagen y semejanza de su Yo emotivo.
Podríamos decir que el Yo emotivo coloniza al Yo intelectual, uniformando así sentimientos y pensamiento: no existe diferencia alguna entre su personalidad emotiva y su personalidad mental. Será muy importante, pues, estudiar la calidad del Yo emotivo de esa persona, ya que de esta forma sabremos cómo piensa.
Como en el caso anterior, hay un problema de personalidad intelectual previa, y será preciso estudiar en qué medida el yo intelectual preestablecido, resultado de las actuaciones intelectuales en vidas anteriores, encajará el yo emotivo sin resistencias.
Si el regente de Escorpio y el regente de Acuario, a cuya filiación pertenece la Casa XI, se encuentran en malos términos, deberemos presumir que la personalidad emotiva encajará mal en la intelectual. Escorpio y Acuario ya forman entre sí cuadratura por su situación zodiacal, indicando la incompatibilidad básica entre ellos, precisamente por realizar idénticas funciones, uno en el dominio de los sentimientos, el otro en el del pensamiento. Pero en el camino de las realizaciones espirituales no existe más alto logro que aquel que consiste en conciliar los contrarios, de modo que la empresa de integración de la personalidad emotiva en la intelectual puede ser portadora de intensas experiencias.
En lo positivo, la exteriorización del mundo emotivo interno por el canal XI producirá la duda, la reconsideración de todos los valores que constituían la personalidad intelectual previa. En el estadio anterior era una fuerza difusa la que actuaba en el mundo mental interno, pura energía sin personalidad. Aquí esta fuerza se ha constituido, es una entidad organizada, luchando por imponer su visión a una personalidad más elevada, pero más débil, ya que el cuerpo mental no posee el grado de desarrollo que posee el cuerpo emotivo.
Escorpio representa las aguas pantanosas, productoras de parásitos, pero si esto es así para el común de los mortales, no tiene que ser forzosamente así para todos. El yo emotivo interno puede ser puro, abnegado, lanzado a lo superior. En tal caso, el impacto de la personalidad emotiva en la mental ha de producir la sed de conocimiento, la intrépida cabalgada hacia la luz.
Si, por el contrario, son los parásitos los que dominan, la personalidad intelectual resultará contagiada, corrompida y la ley interna estará al servicio de las más bajas pasiones, justificando las peores situaciones. Será el que piensa bajo, aquel cuyo modo de pensar lo envilece y la liberación de ese pensamiento a través de una Casa III, en Piscis, puede llevarlo directa o indirectamente a la cárcel.
Si toda esa dinámica no puede expresarse por medios internos, será escenificada por los amigos, los protectores, relaciones, que serán el retrato vivo de lo que acabamos de describir. Si la persona obedece al aspecto superior, sus amigos le incitarán a elevarse socialmente y ellos serán los auténticos peldaños de esa elevación, los que le aportarán los conocimientos culturales que le faltan para acceder a niveles más altos.
Ellos se sacrificarán para que el amigo pueda triunfar y cuando Escorpio opta por el sacrificio, no hay fuerza mayor que pueda oponérsele. Tendrá el amigo abnegado y ejemplar.
Si obedece al módulo negativo, sus amigos serán ladrones, criminales, gente del hampa, si aspectos muy negativos actúan sobre este sector. Si no hay aspectos o si los planetas carecen de dramatismo, serán simples personas enérgicas y listas que explotan un modo de pensar, que utilizan las fuerzas mentales con fines consumistas. O bien personas obsesionadas con el sexo, que llevan el sexo en la cabeza.
Tanto en lo positivo como en lo negativo, esos personajes, con su modo de actuar, intentan decirle: utiliza lo inferior para alzar lo superior que hay en ti. O bien: estás utilizando mal tus recursos humanos; estás empleando tus fuerzas en destruir; utilizas lo superior para incitar a una actividad inferior. En las peripecias de la vida, estas personas podrán ver lo que está sucediendo en su fuero interno.
En el aspecto práctico dará a la persona con amigos muy fieles, dispuestos a cualquier sacrificio para ayudarle. También amigos que le ayudarán a descubrir su sexualidad.
C. Jung, Paul Newman y Sophia Loren tienen la Casa XI en Escorpio.
Casa XI en Piscis
El tercero de los signos emotivos vuelca aquí su contenido por el canal que estructura el pensamiento interno. Tendremos, pues, la figura de la persona cuyos objetivos sentimentales consisten en la interiorización de la ley o mejor dicho, quieren que la ley sea la exacta satisfacción de sus apetencias.
Tenemos una ranchera mejicana que canta: «con dinero o sin dinero yo hago siempre lo que quiero y mi palabra es la ley” y esta podría ser la divisa de esta persona: hacer lo que quiere y que eso sea la ley instaurada en su interior. Aquí, como en otros casos, esta pretensión topará con la estructura previa del pensamiento interiorizado, que tal vez no se ajuste a los objetivos sentimentales de la persona.
Si hay ajuste, si la mente interna es idónea a lo que persigue el yo sentimental, entonces se producirá la plena justificación de las actuaciones emotivas de la persona y la mente y el corazón marcharán al unísono.
Si el acuerdo no existe, la presión de los sentimientos sobre la mente interna será muy fuerte. En los estadios anteriores, los sentimientos no podían ejercer una presión, ya que Cáncer se limita a facilitar la materia prima y Escorpio presiona interiormente, utilizando la técnica de todos los signos fijos de persistencia y repetición. Como Piscis vuelca los sentimientos hacia el exterior, como lanzados por una flecha, de ahí que ejerzan una irresistible presión sobre la mente interna, con la pretensión de que avale y prestigie sus actuaciones.
Si la persona ha sublimado sus sentimientos y exterioriza tan solo de ellos lo que es noble y elevado, su presión sobre el sistema mental arcaico obligará a que la mente interna apoye esa actuación. Así, si el ideal de los sentimientos es de tipo religioso, la persona instaurará la fe en su mente y ya solo vivirá para justificar esa fe. Será la persona de iglesia o el seglar que vive según las reglas de su religión.
Pero si los sentimientos no han sido sublimados y sus objetivos son profanos, presionarán mucho para instituir un orden que no se ajusta a las reglas y en ese forcejeo algo instituirá, peor por ser de naturaleza contraria al orden mental y tendremos que el pensamiento destruirá lo que los sentimientos intentan institucionalizar, dando lugar a un proceso angustioso, lleno de puentes mal afianzados que se hunden.
A nivel mundano, si esa dinámica no puede expresarse internamente, veremos aparecer los amigos y relaciones que protagonizan este drama. Si es el lado sublime el que triunfa, los amigos serán gentes de iglesia, místicos, que proclaman una verdad que no es racional, que no saben explicar, que procede del mundo de los sentimientos y que tratan de presentarla como un sistema lógico, pero sin lógica, argumentado tan solo con las emociones.
Si es el lado negativo el que triunfa, los amigos y relaciones serán gentes que viven fuera de la ley o que no conocen otra regla que la dictada por sus deseos, sugiriendo con su actuación un estado interior que debe ser superado.
En el aspecto práctico dará a la persona con amigos enamoradizos, que tratan de ayudarle a cumplir sus deseos, abnegados y siempre dispuestos a ayudarle.
Charles Manson, Paolo Coello o Cristina Kirshner tienen su Casa XI en Piscis.
Casa XI en Libra
Se encuentra en su estadio inmediato anterior, en el punto en que las fuerzas excluyentes de Libra separan lo que no es útil a la realización del designo cósmico, conservando lo que se complementa con el impulso primordial de la voluntad.
El pensamiento que la persona interiorizará será el impulso de apropiarse de todo lo que le es complementario. Incorporará en ella lo antagónico, lo que se encuentra en el polo contrario de su conciencia y aprenderá así internamente que en el mundo todo es dual y que lo que en apariencia es adverso, el enemigo, el rival, es en realidad lo que tapona, por el otro polo del tubo, el agujero por el que escaparía la esencia del Yo, si ese obstáculo natural no existiera.
Esa búsqueda interna de lo complementario hará que la conciencia del «otro» se agudice en determinados momentos, de modo que esa persona se identificará con ese «otro» más que consigo misma, sobre todo si los planetas expansivos se encuentran sobre ese punto de su carta.
Si esa dinámica no se produce en su interior, se cristalizará a través de la figura del amigo, del protector, del que está animado por el mismo propósito. Esta persona poseerá las virtudes que ella no posee, de modo que ambos formarán una polaridad. Todo funcionará en ese tándem mientras no se produzcan aspectos desequilibrantes, pero cuando la Casa XI se encuentre súper activada, las fuerzas de Libra suscitarán un desequilibrio y el amigo se convertirá en rival, convencido este de que puede prescindir del aliado porque su aportación es menor a la suya.
Cuando los aspectos carguen sobre la polaridad del Yo o jueguen contra la Casa XI, será ella quien se sienta superior y decida suprimir el papel del amigo.
Esa exaltación del amigo, seguida de su negación, el considerarlo imprescindible, para luego antojársele que es superfluo, le llevará, primero a adquirir las virtudes del otro; luego, una vez incorporado el amigo en ella, podrá expresar al unísono ambos valores.
Así pues, la temática de los amigos que se convierten en rivales, (Lady Di, que fue traicionada por uno de sus amigos al efectuar este declaraciones íntimas sobre su persona, tiene la Casa XI en Libra). La imagen de que la fuerza que protege es al mismo tiempo la que fustiga, de que el adversario, el enemigo, lo es porque nosotros no poseemos sus virtudes, ha de producir en su pensamiento interno la necesidad de completar su edificio.
Los malos aspectos harán que todo ello tenga lugar de forma dramática, con rupturas y reconciliaciones, separaciones después de haber sacado cada uno los trapos al sol. Ese dramatismo hará ver con mayor fuerza a la persona la necesidad de completarse, a fin de poder prescindir del otro, estimulando en ella la apetencia de ser una unidad en la que se encuentre integrado todo.
En el aspecto práctico dará a la persona que busca amigos que le complementen, que le ayuden a encontrar pareja, que le ayuden a reconocerse.
James Dean, Jodie Foster y Nelson Mandela tienen la Casa XI en Libra.
Casa XI en Acuario
Está en su sede y la interiorización del pensamiento se realiza en el momento oportuno. Como todas las demás Casas se encuentran también en sus signos respectivos, no le ha de ser difícil a esta persona comportarse de acuerdo con los ritmos cósmicos. En Acuario la Ley se hace carne y gracias a las virtudes de este signo lo de abajo funciona igual que lo de arriba.
Por consiguiente, la XI en su sede permitirá al Ego Superior conseguir que sus vehículos se comporten de acuerdo con el programa que él estableció en el mundo de arriba. Esta posición ha de permitir a la persona poner fin a la ley de los sentimientos, derrocar de su trono al antiguo señor e instaurar el reino de la mente. Y como la caridad bien entendida empieza por uno mismo, será con su conducta que esa persona hará evidente que obedece a un nuevo Señor.
Hacer que toda su vida se ordene de acuerdo con la ley del pensamiento, esta ha de ser la tónica emanada de ese sector. Si la persona no consigue actuar así internamente, la dinámica se escenificará a través de los amigos y relaciones que serán gentes avanzadas, intelectuales, cerebrales, gentes que piensan en máquinas, en electrónica, cibernética, motores. Con su comportamiento esos amigos le indicarán que debe funcionar como aquellas máquinas, en las cuales han sido interiorizadas las leyes de arriba.
Los malos aspectos harán que las máquinas no les funcionen a esos amigos, que sean inventores frustrados y la dinámica pretenderá decirle a esta persona que su mecánica interna está estropeada, que debe aportar modificaciones a su orden interior, ya que de otro modo su máquina humana también se averiará.
En el aspecto práctico dará a la persona que tiene a su alrededor amigos válidos, que le ayudan a realizar sus proyectos, a avanzar en la vida.
Fidel Castro, Shakira y John Lennon tienen la Casa XI en Acuario.
Casa XI en Géminis
Tendremos aquí que la propia producción intelectual de la persona, sus obras elaboradas con el pensamiento, son las que ofrecen materiales a la mente interna para formarse. Leyéndose a sí misma, escuchándose a sí misma, recapacitando sobre lo conseguido con sus proyecciones mentales, se da cuenta de algo que le había pasado desapercibido.
No es demasiado extraño que esto suceda así puesto que en cada uno de nuestros actos se integran una gran cantidad de pulsiones inconscientes que escapan a nuestro control. Si pudiéramos analizar uno a uno nuestros gestos cotidianos, aprenderíamos más en ese análisis que leyendo un libro de ciencias.
Y eso que no solemos hacer es precisamente lo que sí lleva a cabo esta persona: aprende de sí misma, como su propia producción mental. Adquiere conciencia del bien y del mal, de las leyes cósmicas, a través del resultado que dan sus ideas en la práctica. Es algo en definitiva que todos acabaremos haciendo un día u otro, pero la corriente natural no nos lleva a esa toma de conciencia tan rápida, ya que la síntesis global se efectúa en Virgo. Gracias a las fuerzas activas en Acuario, esta persona incorporará las experiencias en su cuerpo mental de inmediato.
Si esta dinámica no puede expresarse internamente, dará en la vida social amigos que critican, que dudan, que emiten juicios escritos o hablados, escribiendo en los periódicos o pronunciando conferencias, las cuales sirven de base a polémicas, controversias, reflexiones, en las que aparece la idea bajo una nueva luz, enriquecida con un nuevo contenido.
Esta temática querrá decirle a la persona que lo que está viviendo por fuera debe realizarlo por dentro. Es decir, toca escarbar en las ideas que emite, en la actividad intelectual que lleva a cabo y sacar la luz que contienen, sacar lo que corresponde a las leyes de arriba y adoptarlo como principio rector de la vida, dejando la paja para que se la lleve el viento.
Los malos aspectos dramatizarán esa temática y los amigos se verán perseguidos por sus ideas, sus charlas, sus escritos. Vivirán choques violentos con los que no piensan como ellos; sus ideas, sus juicios serán conflictivos y de esas tensiones deberá aprender a estabilizar su pensamiento, a domesticarlo, a fin de que encaje en su cuerpo mental.
En el aspecto práctico dará a la persona con amigos muy dicharacheros, de esos que no callan nunca, polemistas, a los que les gusta mucho discutir y llevarse el gato al agua.
George Bush, Camila Parker y Al Pacino tienen la Casa XI en Géminis.
Casa XI en Capricornio
Aquí la ley interiorizada se hace dura como la piedra, firme, monumental, indestructible. El orden interno está construido a prueba de bombas, preparado para durar toda la vida. Si nos encontráramos en un universo inamovible, en el que nada cambiara, no cabe duda de que esta persona sería una privilegiada. Pero en un cosmos en permanente evolución, esta posición de la Casa XI ha de dar a la persona una estructura mental demasiado rígida.
Saturno, el regente de Capricornio, en el Árbol Cabalístico, es la cabeza de fila de los signos de la Columna de la Izquierda. Es la Columna de las obras, en la que todo es sólido, rígido, en la que lo instituido se suele perpetuar mediante el juramento. Cierto que el universo necesita una capa sólida que le sirva de base para sustentar el pensamiento, pero lo sólido, con ser necesario, forma parte del error instituido.
Estas personas serán los dignos y nobles representantes del error necesario para que la sociedad en que se mueven pueda subsistir. Los seres humanos necesitan algo en lo que poder creer, algo que sea sólido ante sus ojos y estas personas expresarán sus conceptos con tanta fuerza, con tanta convicción, que facilitarán la base material para la fe. Su pensamiento estará como petrificado, pero será coherente y firme como una catedral, inspirando confianza a los que necesitan de esa forma mental particular para seguir adelante. En ellos encontrarán un asidero cuando su confianza en la sociedad, en el mundo, en ellas mismas, se tambalee.
Luego, después de haber recibido el aliento que les permite continuar, una vez recuperado el paso firme, ya se darán cuenta de que la verdad emanada de ese pensamiento es transitoria y hallarán nuevas formas de pensamiento más elevadas.
Así, esta persona estará llamada a establecer los fundamentos de la moral, de los principios, de la ley y del orden. La vida la pondrá en la base de las organizaciones sociales, de las instituciones, para que pueda actuar desde el comienzo, desde la preparación de los materiales para construir y allí implantar su firmeza intelectual, su fuerza de convicción. Si esa dinámica no puede expresarse en su estado puro, generará imágenes exteriores y aparecerán los amigos y protectores que serán de una sola pieza, firmes en sus convicciones, persistentes, duros, animados por esa seguridad en sí mismos que nada puede destruir.
Con ello la vida querrá decirle a la persona que si la gente con la que se siente intelectualmente identificada es así, así tiene que ser su orden mental interno.
Los malos aspectos convertirán todo ello en terquedad y la firme convicción se transformará en feroz dogmatismo que la persona impondrá a los que le rodean, por la fuerza si es necesario. Sus amigos serán tiranos y dogmáticos, ostentadores de una verdad que amenaza brutalmente cualquier otra verdad que ose enfrentársele, aplastando toda opinión que no coincida con la que ellos han instituido de una vez y para todas.
En el aspecto práctico dará a la persona con amigos que tendrán una gran solidez, ideas firmes y que le ayudarán a estructurar su realidad, aunque también serán muy testarudos.
Antonio Banderas, George Clooney y Brad Pitt tienen la Casa XI en Capricornio.
Casa XI en Tauro
Si en el estadio anterior la estructura mental interna resultaba petrificada, aquí la rigidez será aún mayor, puesto que Tauro representa el estadio de máxima cristalización. Si Capricornio daba solidez al fundamento del edificio, Tauro da belleza a la edificación ya terminada, de modo que tendremos a la persona enamorada de sus propias concepciones intelectuales. Ese amor de su filosofía del vivir se expresará en gestos, en su forma de ser, tal como sucede con los signos fijos, que se dan en ejemplo. Será un ejemplo de pensamiento materializado y tendrá sin duda muchos seguidores, ya que su filosofía del vivir expresará la buena vida: buenos alimentos, buenos vinos, buenos vicios lo suficientemente moderados para no escandalizar. Gozar y dejar gozar, tal será su pensamiento, lo cual se acentuará con los malos aspectos.
Si esa dinámica no se realiza internamente, producirá imágenes en el mundo material, protagonizadas por los amigos que obedecerán a esta tónica: opulentos, gozadores, partidarios del placer, serán para ella portadores de riquezas.
El pensamiento tiene que pasar necesariamente por la fase de su materialización, ya que la Creación consiste precisamente en llevar el orden del cielo a la tierra, de modo que cuando los signos de Tierra se encuentran conectados a canales que transportan las fuerzas mentales, es señal de que el pensamiento individual está a punto para su manifestación material.
Es evidente que ningún ser humano de la tierra está en condiciones de manifestar materialmente la totalidad del pensamiento cósmico. Materializa lo que puede, lo que queda de «los restos» del designio primordial que un día le fuera inoculado.
Ese pensamiento materializado no puede ser toda la verdad, sino su parcela de verdad. En Tauro esa parcela se embellece, se hace exuberante, pletórica: es el pensamiento-jardín, el pensamiento-Edén que se manifiesta, no en palabras, sino en actos.
Otros vendrán después y trabajarán sobre ese espacio para hacerlo aún más bello. Si esta persona embellece el mundo con su comportamiento intelectual ya está cumpliendo y nada puede objetársele. Si no lo hace, esos amigos bellos, ricos, placenteros, bondadosos, le recordarán que esa afinidad natural que surge fuera debe ser la que configure su ley interior.
En el aspecto práctico dará a la persona que tiene amigos muy comodones, bien situados en la vida, que le ayudarán a pasárselo bien, a disfrutar de una buena puesta de sol.
Helena Blavatski, Mel Gibson y Cameron Diaz tienen la Casa XI en Tauro.
Casa XI en Virgo
Supondrá cambios profundos en la estructura interna mental de la persona. Si en los dos anteriores estadios las fuerzas materiales petrificaban la estructura mental, aquí el palacio empieza a hundirse de puro viejo. Aparecen las grietas, la carcoma. La persona duda y esa duda establece en su psique la inseguridad.
La seguridad de sus concepciones ha desaparecido, pero como a pesar de todo Virgo es un signo de Tierra, la apariencia externa será soberbia, cargada de historia y respetabilidad. Será cuando los demás penetren en el interior del edificio que se darán cuenta de que se está derrumbando.
O sea, que la ley interna que ilustra su comportamiento mental no es firme, necesita ser apuntalada y como es natural, tampoco será firme lo que de esa ley exteriorice a través del canal III (que es la siguiente Casa de Aire).
Esa persona será la ilustración viviente de la duda, de la precariedad, ya que, aunque su edificio interno se vaya apuntalando con bricolajes sucesivos, como tampoco la base es firme, los remiendos no harán más que acentuar su provisionalidad, de sus juicios, de sus actuaciones mentales.
Con su actuación mental esa persona ha de inducir a sus semejantes a buscar la verdad más allá de esa estructura precaria. Nada mejor que el error manifiesto para que comprendan que la verdad no está ahí. En este sentido han de ser excelentes maestros para aquellos que necesitan ir más allá de sus convicciones mentales, puesto que la duda de que son portadores se contagia rápidamente a su alrededor.
Derrumbar las seguridades, esa será su misión, que tal vez no expresen en palabras, pero que emergerá de ellos como un perfume.
Si esa dinámica no puede expresarse internamente, la figura del amigo y protector dará vida al escéptico, al que pasa de todo, al que no se amolda a ningún sistema, al crítico, al que contempla con lupa las cosas para descubrir sus fallos, porque está seguro de que hay fallos.
Si los aspectos son negativos, aparecerá el nihilista integral, el que acelera la destrucción de los edificios, el que pone la dinamita. O, al contrario, el conservador contra viento y marea de algo que irremisiblemente se hunde.
Ese teatro desarrollado ante sus ojos ha de inducirle a ver que ella debe expresar internamente la precariedad de todas las cosas, que nada es permanente y la necesidad de liquidar para que nuevos edificios puedan levantarse.
En el aspecto práctico dará a la persona con amigos mayores, de esos que tienen numerosas aventuras que explicar. Amigos sabios y resabiados, que se las saben todas y que dudan sin cesar.
Freud, Gandhi, Goethe y Sartre tenían la Casa XI en Virgo.
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.