GUEBURAH, la experiencia
Gueburah es el segundo Centro del Mundo de Creaciones y por lo tanto es un He y el quinto del Árbol. Pertenece a la Columna de la Izquierda y está situado debajo de Binah. Gueburah es el domicilio del coro de ocho ángeles llamados Potencias. Gueburah pertenece al Elemento Agua.
Hemos visto que Hesed constituye el Paraíso terrenal y que produce tal estado de felicidad que el ser humano, en este punto, no siente la necesidad de adquirir experiencias en los mundos inferiores.
Sin embargo, para avanzar en la obra divina, es preciso que superemos la sensación de plenitud que nos aporta Hesed. Bien sabemos que generalmente nadie abandona por las buenas un lugar donde se encuentra a gusto; es decir, que en el paraíso necesitábamos a alguien que nos empujase, que nos tentase ofreciéndonos algo mejor.
En este punto es donde aparecen los «Angeles Caídos», también llamados «Luciferianos» que, tomando la forma de una serpiente, nos prometen, como hicieron con Eva, que podremos ser iguales a Dios, que descubriremos el secreto de la Creación.
Evidentemente, poco a poco vamos desarrollando nuestras potencialidades y descubrimos nuestras capacidades en todos los terrenos; en esto no nos engañaron, pero lo que ocultaron era a qué precio obtendríamos este conocimiento.
Confiamos en ellos y sin darnos cuenta nos condujeron a la columna de la dificultad, o sea que pasamos de Hesed a Gueburah, o sea, de la columna de la Derecha a la de la Izquierda. A partir de ese momento, nos vimos obligados a ganar el pan con el sudor de nuestra frente y a parir con dolor; desde entonces, toda obra humana se lleva a cabo con una parte de sufrimiento.
Hasta Hesed, Dios había actuado como un Padre que lleva a su hijo (el ser humano) de la mano. Pero luego el niño se volvió revoltoso y se soltó de esta mano para conocer el mundo por su cuenta. El padre decidió entonces dejarle continuar sin su supervisión directa y además le confió a una institutriz (los Luciferianos) que le enseña, pero “golpeándole” cada vez que comete un error.
Gueburah nos impulsa a tener hambre y sed de justicia, a querer restablecer el orden que se ha quebrado y a aplicar la justicia que le viene de Binah. El hambre y sed de justicia, cuando son auténticos, atraen hacia abajo la justicia divina y entonces la persona no solo será la expresión viva de esa justicia, en sus gestos y en sus palabras, sino que la derramará a su alrededor y hará que el mundo sea, por ella, gracias a ella, más justo. En este sentido Binah representa los jueces y Gueburah la policía ejecutora de su mandato. Cabe añadir que para estar en línea con Gueburah, no odiéis lo injusto y menos aún a los que protagonizan la injusticia; por el contrario, amad la justicia y veréis como lo justo se instala en vuestra naturaleza interna y ya para siempre seréis portadores de orden y de paz.
El centro Gueburah está representado a nivel material por el planeta Marte. En la mitología, Marte era el hijo de Júpiter-Zeus; y en el árbol cabalístico, Marte (Séfira número cinco) sigue también a Júpiter (número cuatro). Además, por ocupar la segunda posición en la columna de la izquierda, Marte es el más directo colaborador de Binah-Cronos-Saturno.
Hemos visto, al hablar de Hesed, que con Júpiter, el ser humano ejerce un poder, organiza la vida a su alrededor en función de sus sentimientos y de su manera de ser y en este proceso de aprendizaje comete errores que Gueburah-Marte, de forma rigurosa, le hará reconocer como tales y le hará rectificar. Gueburah-Marte entiende poco de filosofía y de teología, va a lo práctico y en una obra espiritual su cooperación viene a su tiempo, cuando es preciso rectificar las conductas de los que laboran en ella. El némesis de Gueburah es la ira, que se activa cuando no estamos dispuestos a rectificar lo que no funciona. Aparece entonces el rigor, la exigencia, la intolerancia, el trabajo duro.
Resumiendo, Gueburah aplica la ley saturnina dando buena cuenta de los desmanes jupiterianos.
Gueburah y su planeta regente, Marte, se asocian al trabajo, a la energía, a la acción, a la disciplina, a la búsqueda de la perfección, lo cual significa que cuando circulamos por este Séfira debemos ponernos en marcha, generar algún tipo de movimiento, buscar trabajo en todos los sentidos. Además, deberemos rectificar los diseños torcidos o defectuosos, los errores que hayamos cometido anteriormente, por las buenas o por las malas.
Marte administra en el zodiaco los contenidos de Aries y Escorpio. Los Luciferianos son los encargados, como hemos visto, de suministrarnos las energías marcianas; en función de nuestra voluntad, aparecen los que trabajan con la espiritualidad a través de Aries o los que lo hacen con la sexualidad y las pasiones a través de Escorpio. De ello podemos deducir que lo espiritual y lo sexual son dos caras de una misma moneda y la obtención de una supone una limitación de la otra. Es decir que para ambas cosas se utiliza el mismo carburante, si la empleamos en lo uno, disminuye su fuerza para lo otro.
Por otro lado, como Gueburah es el administrador de la energía, cuando esta no se usa, caerá al abismo y nos será devuelta en forma de ira. Este es una de las razones por la cual son numerosas las personas que cuando se sienten sobrecargadas, van al gimnasio o salen a correr, para descargar los excesos de energía.
Si corriges tus errores voluntariamente, evitarás que la vida te mande su correctivo.
En el próximo capítulo trataremos de: Tiphereth, el portador de armonía
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