Epílogo
Termina aquí esta interpretación esotérica de los Evangelios. Como lector has podido apreciar que esta obra constituye una revelación y en ella aparecen las grandes líneas de un esoterismo cristiano que ha de desarrollarse en el siglo XXI y que ya no será esoterismo, sino la doctrina del Reino que se proclamará por los tejados, inaugurando así el milenio en que la enseñanza de Cristo florecerá en la Tierra y convertirá el mundo en un jardín del Edén.
Al decir que estos capítulos contienen una revelación no estamos reclamando un privilegio personal hacia el autor que las ha formalizado, en este caso Kabaleb. La revelación aparece cuando cualquier persona, sedienta de verdad, se acerca a esa fuente que son los Evangelios para calmar su sed en ella. Muchos son los que después de habernos seguido, han revelado conocimientos que estaban ocultos en los ropajes de esta crónica sagrada y que no aparecieron explícitamente en estas enseñanzas.
Resultará así que esta obra dará lugar a otros muchos libros, escritos por otros Abogados, en los cuales aparecerá el espíritu de verdad cuando sus almas lo reclamen. Y, sobre todo, la lectura de los textos sagrados y de los comentarios que sobre ellos se hagan inspirará una enseñanza oral, que es la que permite mantener viva la verdad.
Antiguamente, las familias cristianas tenían la costumbre de leer los Evangelios los domingos por la mañana, cuando se reunían alrededor de la mesa a la hora del desayuno. Deberíamos hacer lo posible por resucitar esta costumbre. Pero no se trata tan solo de leer, sino de comentar y de que cada miembro de la familia incluso los más pequeños, tome la palabra, ya que a menudo la verdad sale de la boca de los niños.
Estos textos constituyen un buen punto de arranque para esos comentarios familiares, puesto que contienen los textos evangélicos y su interpretación, la cual, a su vez, como decíamos, da lugar a otras interpretaciones más amplias, más significativas para ciertas mentes, puesto que la verdad no puede encerrarse en una fórmula, en un concepto, sino que escapa constantemente de los moldes en los que uno pretende aprisionarla.
Estas enseñanzas son una puerta abierta hacia esa verdad, no una cárcel en la que esa verdad tenga que ser encerrada. Son una invitación a debatir esos temas, a reanudar la enseñanza oral que se practicaba en la antigüedad. Hablemos del Reino, hablemos con nuestros semejantes, con los que están más próximos a nosotros, de esa deslumbrante quimera y nos estaremos acercando a ese mundo en el que ya no existirá la necesidad. Creemos en nuestras vidas la circunstancia propicia para que nos resulte posible hablar de todo ello.
Son los padres, principalmente quienes han de hacerlo. Ellos son los que forman el recinto, el marco en el que han de moverse las generaciones que actúan en niveles más bajos. Si acostumbran a sus hijos a levantarse temprano los domingos para participar en un debate sobre el Reino, estos últimos instituirán también esa costumbre entre los suyos cuando sean a su vez padres.
Si estos textos pueden ser el punto de arranque, ha de dejarse después libre paso a la inspiración, ya que en ella aparecerá el Abogado anunciado por Jesús, que instruirá sobre esa verdad que se hace con los días. Entonces se producirá la permanente revolución, porque todos somos portadores de esa revelación y la verdad sale de nuestra boca cuando la acosamos, cuando la perseguimos, obligándola a manifestarse.
La verdad aparece cuando se la suscita y no hay maestros privilegiados a los cuales Dios nombre ministros. Esto ocurría en los tiempos de Jehovah, con sus sumos sacerdotes, sus Levitas, sus Papas y sus Cardenales. Toda organización eclesial, aunque se denomine cristiana, pertenece en realidad a la columna de la izquierda, la dominada por Binah-Jehová. En el Reino de Cristo, cada corazón humano es un maestro y el privilegio consiste en abrir ese corazón al Reino y en mover nuestro vehículo humano de acuerdo con la dinámica de ese jardín de Edén.
Para la transmisión de estas enseñanzas, nosotros también hemos tenido que recurrir a Binah, puesto que vivimos en un mundo en que Binah es necesario. Pero guardémonos de decir que la fuerza de esta enseñanza reside en la organización, es decir, en el número de adeptos que consiga, en el número de grupos que se formen en las ciudades del mundo. Al contrario, esta enseñanza habrá conseguido su objetivo si logra que quienes acuden a ella cierren un día los libros, vuelvan la espalda a las reuniones y busquen la verdad en sus propios corazones, por fin libres de hipnotizadores disfrazados de maestros que se substituyan a los auténticos Abogados internos para imponerles normas.
Todavía no estamos en el Reino y es preciso recurrir a los caminos de Binah para llegar al jardín. Cuando estemos en ese jardín, ya no serán necesarios los caminos. En el jardín de Edén no hay caminos que conduzcan a parte alguna. Todo es plenitud y éxtasis.
Estos textos no han sido escritos para demostrar algo o para convencer a alguien. Por ello es posible que partes de la enseñanza resulten contradictorias entre sí o difícilmente conciliables. El lector no ha de buscar pruebas, sino sugerencias que despierten su intuición creadora y le permitan comprender a la manera de un golpe de flash que revela de pronto un paisaje oscuro. Por ello su lectura quizá no aporte demasiado, pero sí aportará su meditación.
Como dice muy bien Juan, muchas otras cosas hizo Jesús que, si se escribiesen una por una, el mundo no podría contener los libros. Si volviéramos a escribir estos textos, de cada capítulo podríamos sacar siete y de estos siete, siete más.
A medida que el Reino se establezca, cada ser humano será una historia viviente de Jesús y cada habitante de la Tierra será un volumen vivo de lo que Jesús hizo.
Pongamos un punto, no final, a esta interpretación y dejemos que sea el lector quien redacte este Capítulo 50.
Escrito por Kabaleb y finalizado en Gerona, a 19 de febrero de 1983. Has llegado al final de la interpretación esotérica que Kabaleb realizó de los evangelios, pero has llegado al inicio de una nueva realidad para ti. Esta información debe haberte servido para obtener una nueva visión del mundo en el que vives o, como mínimo, te habrá llevado a reflexionar.
Yo voy a seguir poniendo en línea la enseñanza que nos legó Kabaleb, porque es demasiado rica para guardarla en un archivo.
En mi página web tristanllop.com ya tienes otros cursos de Kabaleb.
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.