El día de Parasceve
“Los judíos, como era día de Parasceve (preparación de la pascua) para que no quedasen los cuerpos en la cruz el día de sábado, por ser día grande aquel sábado, rogaron a Pilato que les rompiese las piernas y los quitasen. Vinieron pues los soldados y rompieron las piernas al primero y al otro que estaba con él; pero llegando a Jesús, como lo vieron ya muerto, no le rompieron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó con su lanza el costado, y al instante salió sangre y agua. El que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero; él sabe que dice la verdad para que vosotros creáis; porque esto sucedió para que se cumpliese la Escritura: Ninguno de sus huesos será roto. Y otra escritura dice también: Mirarán al que traspasaron”. (Juan XX, 31 a 37).
Los huesosy el esqueleto, están regidos por Saturno-Binah, el Séfira que fabrica el marco en el que ha de desarrollarse toda vida, y el esqueleto es, para el ser humano, ese marco, ya que de los huesos arrancan todas las ramificaciones por las que transcurren las fuerzas que activan los órganos. El esqueleto es el principio de toda organización, como lo eran las antiguas murallas para las ciudades y romper los huesos es como abrir una brecha en la muralla, o sea, poner la ciudad a merced del enemigo.
Esto no había de ocurrir con el cristianismo naciente. Los hombres de Binah-Saturno darían muerte a Cristo-Hochmah para que la esencia de este Séfira se derramara sobre su tierra y la transmutara, pero esos hombres no atentarían contra su futura organización; dejarían sus huesos intactos y en ello hemos de ver la promesa de que Binah pondría su organización material al servicio del Reino que Cristo vino a proclamar sobre sus tierras.
Por el esqueleto de Binah, dentro de sus murallas, Cristo derramaría su vida, y así ha sucedido, puesto que el cristianismo, en su despliegue histórico, al que tantas veces hemos aludido en estos estudios, se ha enfundado en el esqueleto de la antigua religión, utilizando sus ritos, sus fiestas, su estructura, sus templos para proclamar en ellos la nueva fe.
Hemos comentado en numerosas ocasiones también que este cristianismo jerarquizado, ritualizado, no es el que Cristo enseñó, pero mientras Cristo tenga que actuar dentro de la organización de Binah, no puede manifestarse de otro modo. Elcristianismo aparecerá con una faz distinta cuando salga de la sinagoga en su manifestación social. Entretanto, esta salida del esqueleto saturnino va produciéndose individualmente, en las personas que han vivido la procesión crística por sus estancias internas hasta esa puerta dieciséis por la que Cristo sale de la sinagoga y levanta la mirada hacia lo alto.
Así pues, los hombres de Binah darán muerte a Cristo pero respetarán su esqueleto, que es la parte que Cristo tiene de ellos, la parte que Binah ha dado a Hochmah. Ese respeto obliga, por así decirlo, a Cristo, a utilizar esa estructura para manifestarse, dando lugar a un cristianismo mediatizado por la antigua religión, en el cual el nombre de Cristo es pronunciado sin cesar, pero la organización de su Iglesia y toda su liturgia es la del mundo antiguo.
Un día Cristo se manifestará fuera de ese esqueleto saturnino y viviremos en un mundo mágico en el que todo se transforma en un abrir y cerrar los ojos, lejos del dolor, de la enfermedad, de la necesidad, del enfrentamiento.
Levantarán la mirada hacia el que han traspasado, dice la Escritura. Y escrito estaba en los anales de la Creación que los hombres de Binah levantarían la mirada hacia aquel cuya sangre/vida habían pedido que cayera sobre sus cabezas y las de sus hijos. El soldado de Binah, el romano que representaba al César que reina en los bajos fondos de nuestra personalidad, tuvo que levantar la mirada hacia Él para traspasar su costado derecho, del que salió sangre y agua.
En el próximo capítulo hablaré de: las vías de los dos juanes
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