Cabeza y la Cola del Dragón en Virgo y en la Casa VI
Cabeza de Dragón o Nodo Norte en Virgo
Aquí la persona ya está definitivamente de vuelta de todo y cuando sus ojos se cierran ya a lo material, para contemplar lo eterno, he aquí que los del abismo lo incitan a volver a las experiencias humanas, dándole un nuevo ardor.
Sin duda que, en un pasado ancestral, sacó a muertos de su tumba, por así decirlo y los puso a trabajar y he aquí que ahora es ella quien debe reabrir la jornada.
A lo largo de su vida, se le complicarán las cosas en la recta final. Cuando todas las dificultades habían sido superadas, he aquí que surgen otras nuevas. Es la historia de ese novio que ve a la novia huir del altar cuando la ceremonia ya había empezado.
En la fase terminal de todo lo que emprenda, las dificultades surgirán y también en su vida: cuando le parecerá encaminarse hacia una vejez tranquila, los problemas reaparecerán. Puede que no cobre la pensión de jubilación o que tenga problemas para llegar a cobrarla.
Cola de Dragón o Nodo Sur en Virgo
Los problemas en la fase terminal de todas las cosas y en la fase terminal de la vida, se agudizarán o le costará encontrar soluciones. Al final, lo verá todo negro; su filosofía será destructora, negando cualquier trascendencia y buscando el placer cuando debería haber sido ya superado.
Cabeza de Dragón o Nodo Norte en Casa VI
Las obligaciones pendientes llevarán a la persona a colaborar en asuntos que traerán cola. Se verá implicada en asuntos en los que, aparentemente, interpreta el papel del inocente.
Su vida puede volvérsele kafkiana, no entendiendo porqué se le mete en fregados en los que nada tiene que ver y que son reliquias de otras vidas.
Lo normal, para la persona de nivel medio, es que rechace esos trabajos forzados o trate de darles largas. Pero esto significará que los impulsos luciferianos se le quedan dentro, perturbando el funcionamiento de su organismo, o sea, incidiendo en su estado de salud, de modo que esta posición puede dar a la persona enferma.
Al enfermar, se ve en la imposibilidad de prestar servicio, de modo que el trabajo incumplido se le va acumulando y genera nuevas dificultades orgánicas, pudiendo dar lugar a la figura del enfermo crónico, que se cura por un lado y el mal le estalla por otro.
Si la persona obedece a sus impulsos y cumple con sus obligaciones, tendremos a la persona que vive por episodios, como en algunos culebrones televisivos, puesto que su karma puede acumular trabajos pendientes de varias vidas y cuando haya liquidado uno, será requerido para hacer otro de naturaleza muy diversa, siéndole así difícil estar en una línea profesional coherente. Será la persona de los mil oficios, siendo obligaciones pendientes, no se cobran o muy poco, como en el servicio militar.
También dará a quien tiene miedo a caer enfermo, miedo al esfuerzo, miedo al servicio, miedo a desprenderse de lo inútil, miedo a las dietas, miedo a los perros o a los gatos.
Cola de Dragón o Nodo Sur en Casa VI
Todo lo apuntado en el punto anterior, lo tendremos aquí corregido y aumentado, con la diferencia de que los trabajos a llevar serán más sucios, desagradables y peligrosos. Siendo lógico que la persona se niegue a realizarlos, porque le repugnan o porque chocan con su moral.
Si esto sucede, ya tenemos en marcha la dinámica que conduce a la enfermedad, con la diferencia también de que los ocupantes luciferianos son mucho más degradados y perversos que los que aparecen por la cabeza, creando un mayor desorden en el persona, o sea, aumentando la gravedad de la enfermedad que padece.
Si se inhibe de sus obligaciones y los del abismo se estacionan en su cuerpo, puede estallar un conflicto con sus ocupantes internos que quieren salir, quieren que su dinámica se convierta en actos que, por la naturaleza de la fuerza ocupante, serán delictivos.
La persona acabará por hacerse consciente de ese conflicto y será entonces cuando se declarará endemoniada y quizá vaya en busca de un cura para que le saque los demonios de dentro. Pero, claro, esos demonios están cumpliendo con una misión que la persona les ha asignado, si no voluntariamente, si en función de sus acciones pasadas y la única forma de salir es dinamizando su potencial a través de la conducta.
Ahora bien, esa dinámica puede suponer cometer un acto execrable, por ejemplo y el dilema puede ser planteado así: o convertirse en criminal o dejar los demonios que lo atormenten dentro.
Si, mediante conjuros, el nivel vibratorio de la persona sube de manera artificial, hasta el punto de que la situación de los demonios dentro es intolerable y se ven obligados a salir, diremos que el exorcista ha triunfado, pero a menos que esto suponga una toma de conciencia de la persona en profundidad, cuando su tono vibratorio haya bajado de nuevo, los del abismo volverán a sus puestos y el problema seguirá en pie.
La solución está en mejorar la conducta, subir de frecuencia y poner en marcha la dinámica del perdón. Si los de abajo no encuentran en nuestro organismo espacios idóneos para alojarse, no tendrán mas remedio que quedarse fuera.
También dará a quien tiene miedo a caer enfermo, miedo al esfuerzo, miedo al servicio, miedo a desprenderse de lo inútil, miedo a las dietas, miedo a los perros o a los gatos.
Hemos dado claves esenciales para una interpretación de la Cabeza y Cola de Dragón en los signos y en las Casas, pero hay que ampliar esos significados y esa es una labor de cada persona.
Por último, quiero una vez más advertir sobre el peligro de una interpretación excesivamente radical de las posiciones de la Cabeza y la Cola del Dragón. Hemos dado las claves dramatizándolas para que aparezca neto el sentido de las distintas posiciones pero, en primer lugar, los materiales del abismo aparecerán si es que existen realmente, si en el curso de las vidas los interesados han ido dejando pósitos a liquidar en futuras apariciones.
En segundo lugar, la intensidad de su dinámica dependerá de la fuerza de esas mismas energías. Para ciertas personas, un mismo programa puede darse con mucha intensidad en unas y muy levemente en otras.
En tercer lugar, de esos pozos negros emanan energías y es el interesado quien debe canalizarlas. Si esas energías le empujan a degradarse, por ejemplo, en unas personas esos impulsos no pasarán del nivel Yod, en otras alcanzarán el He y se diluirán, en unas terceras llegarán a la fase ejecutiva y en otras alcanzarán la plena madurez y pueden ser los homicidas de muchos.
En cuarto lugar, lo que sale por los Nodos es un elemento más en la carta astral y por consiguiente no se le puede dar un valor absoluto. Solo en un tema orientado totalmente hacia la negatividad, podríamos interpretar lo negativo de los nodos el sentido más radical.
Y por último, la carga de los Nodos también se verá a través de los aspectos que estos formen.
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