Cómo conseguir la prosperidad
Estoy mirando como nadan mis peces y en mi mente se formula una pregunta cósmica: ¿Por qué la mayoría de los restaurantes chinos tienen una pecera? ¿Será porque creen en la prosperidad a través del movimiento?
Cuando pensamos en la prosperidad, lo asociamos enseguida con tener mucho de algo. Mucho dinero, muchas propiedades, muchos negocios, muchos beneficios. Y es evidente que es cierto, si tienes cantidad de lo nombrado, seguro que eres una persona próspera.
La cuestión es cómo llegar a tener mucho. Si analizamos la vida de las personas prósperas, por lo menos de las que aparecen en los medios, lo primero que salta a la vista es que son gente con una vida ajetreada. Suelen tener muchos frentes abiertos a la vez. Es decir, se mueven mucho.
Podemos extraer una primera clave: la prosperidad requiere movimiento.
¿En qué ámbito de tu vida te estás moviendo más y en cuál menos?
Lo que a menudo te limita es tu visión limitada de la vida. Mucha gente nunca se ha planteado que los órganos de su cuerpo funcionan de forma coordinada. De modo que en el momento que abusas de tu hígado, el estómago o los intestinos tratarán de equilibrar. Cuando realizas un esfuerzo, tu cuerpo quema grasas para compensarlo.
¿Qué pretendo decir con esto? Que en otros ámbitos la cosa funciona igual. Si la prosperidad requiere de movimiento, no será suficiente que muevas solo la parte laboral, pensando que ella es la que debe traerte los beneficios. Esto lleva a menudo a frustraciones cuando ves que el dinero no llega.
Es necesario que actives todas las partes de tu ser. Así toda la maquinaria se pondrá en marcha. Te toca pues mover las relaciones con la pareja, con tus padres, con tus hermanos, con tus amigos y moverte tú en todo lo que puedas. Una cosa parece evidente, tal como estás haciendo las cosas ahora, no obtienes los resultados que deseas. Así pues, empieza por cambiar de hábitos.
El primer elemento y el más importante del ser humano es la voluntad. Es el motor que lo pone todo en marcha. Así que empieza por mover tu voluntad, área por área y verás como las cosas se mueven.
Ese es el punto de arranque. Para mí lo primordial no es tener prosperidad, sino ser una persona próspera. Es decir, debes adquirir una serie de hábitos, modificar parámetros de tu personalidad, para convertirte en una persona próspera. Al serlo, atraerás la prosperidad a tu vida.
Esa es la razón por la cual, con la ayuda de mi hija Silvia, hemos creado el curso construye tu prosperidad.
Adolfo me contó el otro día que cuando iba por el video nueve del curso cómo construir tu prosperidad le llamó el jefe. Él está asustado porque se habían producido despidos en la empresa. El jefe empezó exaltando sus virtudes y acabó anunciándole que le iban a subir el sueldo. Llevaba siete años trabajando en esta empresa sin un aumento.
Lucía llevaba tiempo litigando con sus hermanos para convencerles de vender una casa y no había manera. Se puso a realizar el curso y la llamó su hermana mayor para decirle que estaba dispuesta a vender.
Desde fuera parecen milagros o quizá tu lo englobes en el terreno de la casualidad (que para mí no existe), pero en mi opinión se trata de pura lógica. Generas movimiento y éste repercute después en tu vida.
Ahora ya sabes por qué hay peceras en los restaurantes chinos: representan la prosperidad a través del movimiento.
Si quieres saber más sobre el curso cómo construir tu prosperidad haz clic aquí.
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¡Apasionante, Vive, Cambia!
Tristán Llop
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