La Ley de Atracción
Cada día somos más conscientes del poder que esconde nuestra mente, de las capacidades innatas que se han ido configurando con el paso de los años y de las vidas. A medida que avanzamos, que evolucionamos, comprendemos mejor la Ley de Atracción.
María estaba pendiente de la respuesta a su petición de trabajo. Se trataba de una ocupación de tres días por semana, lo cual le permitía ayudar a una amiga en el desarrollo de su negocio. María sabe que todos tenemos múltiples personalidades y que en numerosas ocasiones estas se enfrentan entre ellas. Tal era el caso.
Por un lado, a ella le iría bien tener dos días libres a la semana para ayudar a su amiga. Por otro, esta chica le carga en exceso, lo cual le lleva a pensar que lo mejor sería tener un empleo a tiempo completo para disponer de la excusa perfecta y dejar que su amiga se las arregle sola. Esto genera un problema…
La Ley de Atracción se basa en la premisa de que atraemos hacia nosotros lo que pensamos. Si emitimos distintos pensamientos que van en direcciones opuestas, se genera un colapso.
La Cábala explica que el universo está formado por cuatro Elementos: el Fuego, el Agua, el Aire y la Tierra. Cada uno de nuestros pensamientos pasará por esos cuatro niveles. Para ser más concretos, podríamos decir que lo que un día está en nuestra cabeza (en el Fuego inicial), llegará forzosamente a los pies, la Tierra (salvo que se aborte por el camino, lo cual no resulta nada positivo).
Volviendo a la historia de María. Sus contradicciones estaban paralizando su posibilidad de trabajo, así que la invité a ser consciente de ellas y a dejar de generarlas. Después le apunté que trabajara con el Genio 36, Menadel, que se encarga de cuestiones profesionales. Al cabo de cuatro días obtuvo la respuesta que esperaba.
¡Apasiónate, Vive, Cambia!
Tristán Llop
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