La información de las células
¿Por qué no renovamos de vez en cuando la información de las células? Acostumbramos a ducharnos para limpiar nuestro cuerpo, ¿tú te duchas, verdad?, pues estaría bien duchar a nuestras células también.
Las células tienen la información de lo que estamos viviendo, son como contenedores. La mayor parte de esa información procede de nuestras emociones.
El principal objetivo del ser humano es realizar experiencias, para ofrecérselas a nuestro jefe interno, como si se tratara de una ofrenda a los dioses (como hacían nuestros antepasados). Así, experimentar cada día algo nuevo, debería ser algo natural.
Pero casi nadie se embarca en una nueva experiencia si ésta no le seduce, si no le atrae. Aquí es donde entran en liza las emociones. Entonces lo que hacemos los seres humanos es asociar a cada experiencia una emoción.
Hasta aquí todo normal, seguimos el guion establecido por nuestro plan evolutivo. El problema se plantea en el momento que se ha terminado la experiencia y, en cambio, la emoción siguen coleando. Pongamos un ejemplo práctico. Has tenido una relación sentimental (experiencia) y se ha terminado de forma poco agradable para ti. Das por finalizada la experiencia, pero sigues reteniendo la emoción (está latente el daño emotivo que has vivido), lo cual hace que te retraigas ante la posibilidad de iniciar una nueva relación.
Si esto se produjera con una sola relación, no pesaría demasiado, el problema es que hacemos lo mismo con ese compañero de trabajo o con el jefe; con ese familiar que no nos apoyó o con mi madre que nunca me quiso como yo quería que me quisiese; con ese amigo que se negó a darme la razón; o incluso con ese político a quien le echo la culpa de mi situación laboral.
Debemos pues, de forma consciente, duchar nuestras células de forma regular para limpiarlas de esas miasmas, de todo el chapapote emocional al que están expuestas. Como estamos destinados a ser seres creadores, cuantos más actos conscientes realicemos, destinados a crear en nosotros una nueva realidad, más aprenderemos y practicaremos nuestros nuevos dones.
Éste es el principal trabajo llevado a cabo en la Alquimia Genética, transmitirle a las células la información que nosotros queremos darle.
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