La coherencia, esa gran amiga/enemiga
Hoy voy a tratar un tema que me parece importantísimo: la coherencia.
La coherencia es la conexión entre una cosa y otra. A menudo me encuentro con gente que predica unos ideales y los defiende a capa y espada, pero luego actúa de forma muy diferente. La coherencia se basa en alinear el pensamiento y la acción para que vayan en la misma dirección. No se trata de actuar bien o mal, eso son sólo jucios, sino de actuar a consciencia.
Cuando una persona repite una y otra vez a sus hijos que no tienen que mentir bajo ningún concepto, pero ésta engaña a su cónyuge, a sus compañeros de trabajo o a sus amigos, es una incoherencia. Para el universo, el engaño es engaño, no está compartimentado en áreas. Es como nuestro ADN, que es el mismo en la punta del pie como en el cabello. Por lo tanto, si nosotros defraudamos a hacienda no debería sorprendernos que nuestros hijos hagan trampas a sus compañeros durante el juego o en los exámenes.
El universo no está partido en fragmentos independientes que se rigen por diferentes normas. La familia, los amigos, la pareja, el mundo laboral, todo está unido y es holístico. Eso nos obliga a prestar mucha más atención a todas nuestras actuaciones porque es posible que de algún modo nos estemos tirando piedras en nuestro propio tejado sin darnos cuenta.
La actividad de hoy es la siguiente: anota en un papel los campos de tu vida que opinas que flaquean más en estos momentos. Primero piensa cuál es el problema que tienes en esas áreas y luego extrapólalo a otros apartados de tu vida, buscándole la relación. Por ejemplo, una mujer se queja de no encontrar trabajo, ya que siempre es rechazada en algún punto u otro del proceso de selección, pero por otro lado, aparta de su lado a cualquier hombre que se interese por ella, ya que está resentida por una relación anterior. Probablemente, cuando esta persona deje de poner barreras en su terreno sentimental, las del apartado laboral desaparecerán, ya que el universo, como he resaltado anteriormente, es holístico y no diferencia entre apartados. Si pone barreras, se interpondrán en todo lo nuevo que tenga que entrar, aunque conscientemente sólo las quiera usar para el apartado amoroso.
Este ejercicio tiene su miga, puesto que para intentar realizarlo tendrás que aceptar primero la posibilidad de no estar actuando coherentemente en algún apartado de tu vida y ser partícipe de tu «mala suerte» en algún tema. Además, a veces cuesta encontrar el punto exacto de incoherencia, pero te animo a que lo realices, sobre todo cuando estés en una situación que no sea de tu agrado, y verás que cuando identifiques tus incoherencias y las modifiques, tu realidad también cambiará.
¡Apasiónate, vive, cambia!
Silvia Llop, psicóloga (col. núm. 20495)
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