El hombre que conoce los secretos
A continuación comparto contigo un texto escrito por Kabaleb en una revista, años atrás. En ella brinda claves sobre el funcionamiento de nuestro mundo y lo hace en forma de relato periodístico, porque de este modo pudo superar los filtros de su revista, que en la época no admitía el tema espiritual. Te dejo con el hombre que conoce los secretos de la organización cósmica.
¿Te ha hablado alguien jamás del gobierno oculto del mundo? ¿Qué sabes del misterioso centro del poder del que emanan decretos de vida o muerte para los seres humanos? Son muy pocos los que han llegado a esa cima, muy pocos los que saben.
Uno de estos seres se ha revelado a nosotros, ha querido manifestarse, puesto que de lo contrario, jamás hubiéramos supuesto que ese hombre es un agente del gobierno oculto del mundo. Es un hombre como los demás, tiene su ocupación, cotiza en la seguridad social, nada lo revela como un marginado. Y sin embargo, tiene una vida paralela y cuando es llamado en misión por el jefe de ese gobierno oculto del mundo, se marcha al otro confín de la tierra para que pueda ocurrir, en algún lugar del mundo, aquello que debe ocurrir, en virtud de lo decretado por ese gobierno.
Así fue como me convertí en agente del gobierno oculto del mundo
Antes de empezar a revelaros alguno de los secretos de la organización cósmica, quiero deciros algo acerca de mí: yo no he venido de ningún planeta lejano, tampoco he ido a buscar poderes al Tibet, ni me he formado en ninguna escuela iniciática u orden misteriosa. Lo que soy, cualquiera puede serlo y no hay truco alguno que permita acceder a este puesto. El único truco se llama trabajo. Un trabajo humano, sobre sí mismo, constante, vida tras vida, a lo largo de centenares de encarnaciones. Sin este trabajo sobre la propia personalidad, con el afán puesto en ser cada día mejores, nadie es llamado a prestar servicio en el gobierno oculto del mundo.
¿Qué hay que hacer pues para ser llamado a trabajar en la organización cósmica? Una sola cosa: estar en disposición de servir a los demás. Es mediante el servicio que se progresa en la jerarquía de la creación. Primero se sirve en cosas infinitamente pequeñas, nimias. Luego la oportunidad de servir se amplía. Cada vez los servicios mundanos que se te presentan son más importantes. Hasta que un día te contactan, como me contactaron a mí, un alto responsable en un sector determinado, que te somete a una prueba. Si la superas con éxito, te nombran agente del gobierno oculto del mundo.
Me figuro que quieres saber qué es y quiénes forman el gobierno oculto del mundo. Los seres humanos piensan que son enteramente libres de hacer lo que les plazca y cuando tropiezan con lo inexplicable, elaboran teorías y doctrinas para intentar hacerlo comprensible. Imaginemos que en lugar de ser humanos somos corderos y que intentamos explicarnos el extraño fenómeno que consiste en que, durante un corto espacio de tiempo obtenemos con facilidad alimentos. Y cuando las cosas parecían ser inmejorables, aparece el matadero y allí termina el corderito su historia.
Si pudiera pensar, el cordero-filósofo pensaría que existe una ley natural que hace que su vida dé un vuelco cuando se encuentra en el máximo de plenitud, porque no le cabría en la cabeza que por encima de él tiene una oleada de vida superior, llamado humana y que, simplemente, los llamados hombres se los zampan, y que por ello es engordado.
También por encima de nosotros tenemos una oleada de vida, y por encima aún, otra. Afortunadamente, esos no nos comen, al contrario, nos ayudan a realizar nuestras experiencias humanas. Un novelista intuyó ese juego. Escribió muy poco, pero su nombre será inmortal. Se llama Franz Kafka y hasta hoy ha sido muy poco comprendido.
El gobierno oculto del mundo está formado por entidades vivas que no pertenecen a nuestra oleada de vida. Ellos son anteriores a nosotros, vinieron al mundo antes de que nosotros y, por consiguiente, son algo así como nuestros hermanos mayores. Ellos son los que cuidan de que nuestra vida vaya por los cauces que debe ir.
Pero, esos cauces, ¿Quién los marca y con qué derecho? Para comprender esto, debo referirme a la compleja organización llamada ser humano.
El ser humano se compone de varias piezas, una de ellas permanente, otras cambiables. La pieza permanente, eterna, nosotros la denominamos Ego Superior. El Ego es el que dirige la evolución del llamado ser humano, el cual dispone de tres piezas cambiables, a las que damos el nombre de cuerpo mental, cuerpo de deseos y cuerpo físico. Son piezas que cambian de una vida a otra, de una a otra encarnación. Y trabajan por cuenta del Ego, que es algo así como el director de orquesta, como el que fija un programa humano a realizar en una vida determinada.
O sea, los tres cuerpos trabajan en un designio que el Ego Superior les ha programado. Pero, al mismo tiempo, trabajan en concluir antiguos programas que el Ego trazó en otras vidas y que se quedaron a mitad de desarrollo, generando obligaciones que fueron incumplidas. (Este tema queda ampliamente explicado en su Ebook: Los Misterios de la Obra Divina.)
El gobierno oculto del mundo se ocupa de regular la actividad de los seres humanos de tal manera que ese doble programa pueda cumplirse, sin encontrar demasiados obstáculos. Pero ellos no pueden intervenir directamente en nuestros asuntos, porque carecen de un cuerpo físico como el nuestro, es por ello que necesitan la colaboración de los mismos seres humanos para esas tareas.
Somos ya un buen puñado los que nos dedicamos a crear las circunstancias que han de propiciar la realización de un determinado programa, y cada día son más los que acuden a la llamada del gobierno oculto del mundo. Unos trabajan plenamente conscientes de lo que están haciendo, otros son utilizados sin que tengan conciencia de ello, pero su Ego Superior aceptó ese trabajo con plena libertad cuando le fue ofrecido.
Hasta aquí el texto de Kabaleb, el hombre que conoce los secretos. Si quieres tener acceso a sus cursos de forma gratuita, visita www.elarboldoradoacademy.com
¡Apasiónate, Vive, Cambia!
Kabaleb
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