Frecuencia, ves en función de la frecuencia que sintonizas
¿Has visto como se ha ofendido Luisa con el comentario que has hecho? La verdad es que no. Debe ser porque estabais sintonizadas a una frecuencia diferente.
Si intentas sintonizar un programa de radio que se emite en frecuencia modulada, desde la onda media, es evidente que fracasarás.
A menudo, al discutir con alguien te percatas que estáis en frecuencias distintas. Esta es, por ejemplo, la sensación de un adolescente cuando habla con sus padres, lo cual impedirá alcanzar un punto de concordancia. Lástima que al percatarnos (si lo hacemos y si no deberíamos esforzarnos por conseguirlo) no intentemos modificar de inmediato nuestra sintonía.
Una persona, al madurar y evolucionar, debería poder conectar con el archivo de todas las frecuencias por las que ha pasado para usarlas en caso de necesidad. Suele suceder lo contrario. Cuando era joven escuchaba la música a tope y cuando lo hace mi hijo me irrito y le reprendo. Significa que he enterrado en el cajón del olvido esa frecuencia.
También ocurre que me ate a una frecuencia como si fuera un ancla. Creo que me da seguridad y así me mantengo con esa frase tan tristemente repetida: nunca cambiaré. Esto sucede, pongamos por caso, cuando alguien se encadena a un partido político, sin tener en cuenta que lo importante son sus ideas y éstas son las que deben representarle, no el partido. Si éste se escora y ya no defiende mis ideales, debería cambiar de frecuencia.
Quizá fuera importante saber que existen en nuestro universo cuatro grandes frecuencias, denominadas: Fuego, Agua, Aire y Tierra.
El Fuego es sinónimo de impulso, de movimiento inconsciente.
El Agua se asimila como emociones, sentimientos, sentido de posesión.
El Aire simbolizar las ideas, la lógica, la búsqueda de lo complementario.
La Tierra es sinónimo de sentido práctico, de orden, marca la necesidad de ver para creer.
En esos cuatro Elementos se engloban las 12 tipologías o signos del zodíaco, que marcan nuestras personalidades.
Si has nacido bajo un signo de Fuego, tu frecuencia es muy distinta que si lo has hecho en uno de Tierra. El de Fuego lo verá todo en función del aquí y ahora, mientras que el de Tierra sentirá la necesidad de planificar.
Nacemos con unas frecuencias determinadas, pero el reto estriba en ser capaces de modificarlas cuando la situación lo requiere. Es preciso tratar de comprender que el que tienes enfrente está viviendo su vida desde una óptica distinta a la tuya. Otra frecuencia.
Cuanto mayor sea nuestro espectro consciente de frecuencias, mayor será nuestra empatía, la capacidad de pacto y de conciliación.
Y cabe recordar, que si cada persona da un paso en esa dirección, nuestros representantes, los dirigentes, los políticos, recibirán esa energía y ese mandato, y serán capaces de sintonizar la frecuencia de su oponente y pactar.
Pregúntate: qué necesitas que la vida te haga vivir para decidir cambiar de frecuencia.
¡Apasiónate, Vive, Cambia!
Tristán Llop
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