Enfermedad como resultado de un karma, ¿puedo evitarla?
«Tengo que confesarte que nada me aterroriza más que la enfermedad. Sé que se trata de un sentimiento totalmente irracional, pero a veces me invade y empiezo a pensar en qué pasaría con mis hijos… Sabes, cuando estás mirando por la ventana de tu casa y ves como se acerca un nubarrón gris oscuro, de esos que sabes que van a descargar una tormenta en cero coma. Es como una sombra que te acecha y tienes la impresión que una vez te ha señalado con el dedo, solo te queda esperar a que te envuelva, a que te ataque, a que te venza. No quiero enfermar».
¿Puedo hacer algo para evitar estar enferma? Fue la pregunta cósmica que me formuló Mª José en mi última consulta con ella. La respuesta es sí. Pero vamos por partes.
Para abordar este interesante tema, desde el punto de vista de la Cábala, es preciso ponerse en antecedentes.
La Cábala explica el desarrollo de nuestro universo, al tiempo que el del propio ser humano. Resumiendo y simplificando, argumenta que la vida se vive en sesión continua. Que estamos aquí para realizar experiencias, con la finalidad de llegar a ser creadores. Disponemos de tres cuerpos, uno físico, uno emotivo y otro mental y los utilizamos para aprender y experimentar. En cierto momento, esos cuerpos se deterioran y debemos volver a la fábrica a que nos construyan unos nuevos (la explicación de lo que sucede después de la muerte, está bien relatada en nuestro curso gratuito: el Método Kabaleb). Lo importante que debemos retener es que lo experimentado en la tierra se guarda en nuestro disco duro personal, llamado alma.
Sucede entonces, que en nuestro peregrinaje humano generamos deudas, que no tenemos tiempo de pagar o se nos olvida hacerlo y quedan pendientes de liquidación. Es lo que llamamos karma.
Volvamos al tema de la enfermedad. A nivel energético, una enfermedad es una disfunción de la nuestra energía vital. Pueden darse numerosos motivos que nos lleven a estar enfermos. Hoy quiero centrarme en uno: el karma.
Pongamos que en la vida anterior te dedicaste a dar mamporros por doquier, haciendo así un uso indebido de las manos. Como la vida está para que aprendamos, puede ser que en esta, tengas problemas en las manos, como el Síndrome de Raynaud, que te lleven a comprender la importancia de usarlas correctamente.
Pongamos que en otra vida te dio por beber como un cosaco y no precisamente agua, como en las series americanas. En esta puedes padecer una enfermedad del hígado, como la cirrosis, que te llevará a concederle la importancia que se merece.
Pongamos que en la anterior encarnación mostraste una extrema rigidez y falta de amor con tus contemporáneos, en esta podría tocarte vivir esa rigidez en tus carnes, a través de una artritis o una artrosis.
Que quede claro que solo formulo una posibilidad, lo cual no significa que todas las personas que padecen esas disfunciones, las tengan por esos motivos.
Volvamos al karma. Hay algo que nos cuesta comprender. El ser humano busca siempre parametrar las cosas. Así, para nosotros resulta lógico pensar que si le damos una bofetada a alguien, el retorno del karma debería ser una bofetada. Pero no funciona así de una vida a otra. La deuda se conserva en forma de energía y después nosotros plasmaremos esa energía en función de nuestras necesidades y de la capacidad de entendimiento. Pongamos un ejemplo.
Johnny, el personaje principal de una película, sale de la cárcel después de cumplir veinte años por asesinato. Lo primero que hace al salir es preguntar por su ex novia. Su mejor amigo se extraña y le dice: “si fue ella quien te denunció, cómo puedes quererla todavía”. La respuesta de Johnny fue: “durante el tiempo que he estado encerrado, me he sentido muerto en vida. Estar sin ella es como la muerte para mí, así que no quiero vivir sin ella”.
Aquí tenemos a alguien que le ha quitado la vida a otra persona y él, a su vez, ha vivido lo que supone estar muerto en vida. Podríamos decir pues que ha pasado por una experiencia de muerte. Al haber pasado por ella, se supone que ya no necesitará que le maten de un tiro.
A esto me refiero cuando digo que vivir el retorno de un karma no debe suponer pasar por la misma experiencia para todo el mundo. Esto nos dará pie para poder responder a la pregunta de Mª José.
El principal problema del karma es que desconocemos su naturaleza. Sabemos que hemos vivido muchas vidas, pero nadie recuerda lo que hizo antes. Por lo tanto, no sabemos lo que nos toca pagar. Entonces, cómo hago para intentar evitar que un karma me genere una enfermedad.
La respuesta es adelantarte a la jugada. La mejor manera de hacerlo es poniéndote al servicio de los demás. Esto tiene sentido porque en la Astrología Cabalística vemos que la Casa VI es al mismo tiempo la de la salud y la de los servicios. Significa que cuando se cumple con estos últimos, no se activa la liquidación a través de la salud.
Cuando te pones al servicio de los demás, la vida te ayuda a liquidar lo que tienes pendiente, el karma, situándote en los lugares y las circunstancias que sean necesarios para su liquidación.
Todo el mundo sabe que en la mayoría de los casos, los servicios (incluidos los favores) no suelen resultar demasiado agradables, menos aún cuando la otra persona ni siquiera agradece nuestro esfuerzo. Pero si comprendemos lo expuesto, deberíamos ser nosotros quienes agradeciéramos que nos dejen ayudar, desinteresadamente, porque con ello quizá estamos evitando una enfermedad.
Si alguien solicita tu ayuda, sea en la circunstancia que fuere, tu respuesta debe ser ¡Sí!
¡Apasiónate, Vive, Cambia!
Tristán Llop
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