El mundo de las creencias
Cuando tenemos de 0 a 6 años absorvemos los nuevos aprendizajes como si fueramos esponjas. Es la etapa vital donde aprendemos todas las cosas básicas para funcionar en el mundo: cómo mover nuestro aparato motor, el lenguaje, las emociones básicas y las creencias sobre las cuales nos basaremos para resolver todas las situaciones nuevas que vayan apareciendo. ¿Cómo aprendemos? Siguiendo modelos. ¿Quiénes no enseñan esos modelos? Nuestros padres, la familia, las personas con las que convivimos.
Por lo tanto, sin nosotros ser plenamente conscientes, estamos heredando los patrones de nuestros progenitores, que se nos cuelan en los genes sin pedir permiso y vivirán como reyes durante toda la vida a no ser que empiecen a ser cuestionados.
Como todo, existen patrones de todo tipo: los hay absolutamente positivos para nosotros, que nos potencian y también están los que nos limitan.
Tomar consciencia de ellos es el primer paso para cambiar esos programas establecidos que, aunque lleven muchos años operando en nuestro sistema, pueden ser expulsados para siempre.
El ejercicio de hoy trata de que encuentres un patrón limitante, esa creencia que piensas que es una verdad universal e inamovible, pero sólo te sirve para frenar tus pasos. Una vez lo encuentres, apúntalo y escribe debajo su contrario, tachando la primera oración. Por ejemplo, «No valgo nada«. «Valgo mucho«. A partir de ahora empezarás a repetirte tu nuevo patrón y a actuar como si fuera cierto. Esto creará nuevas conexiones neuronales y llegará un momento en que ese nuevo programa estará grabado en tu interior.
Recuerda que el cambio es simplemente una elección.
¡Apasiónate, vive, cambia!
Silvia Llop, psicóloga (col. núm. 20495)
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