Descubriendo el mundo sin mi mapa

Cada persona tiene su mapa mental del mundo y tiene tendencia a pensar que el suyo es mejor que el de los demás. Esto se percibe claramente cuando alguien nos cuenta un suceso desde su experiencia y nosotros, antes de que termine, ya estamos especulando sobre lo que aún no nos ha explicado. Esto nos crea una impresión errónea. Luego, contamos esa historia a otra persona y cambiamos completamente las palabras del protagonista en cuestión. Por lo tanto, se acaba conviertiendo en un relato ligera o completamente diferente que es contado a una tercera persona que vuelve a pasarlo por su filtro y, por consiguiente, a transformarlo una vez más.

¿Cambiamos las historias de los demás a propósito? Normalmente no, ya que no nos damos ni cuenta de que lo estamos haciendo, pero al expresarlas con nuestras propias palabras, les modificamos el sentido.

Quizá en conversaciones banales tenga poca importancia, pero cuando se trata de asuntos más profundos, ser consciente de lo que quiere decir, de lo que piensa o siente nuestro interlocutor es crucial, tanto si se trata de una venta, de solicitar ayuda, de una declaración de amor o de pedir un aumento, es preciso abrirse a la comprensión.

Resulta muy difícil entender a alguien si nos anticipamos a lo que va a decir o si juzgamos su expliación. Para comprender debemos desprendernos de juicios e ideas y escuchar simplemente lo que la persona nos cuenta, pidiendo aclaraciones si pensamos que es necesario para captar la información que nos proporciona.

El primer paso es darse cuenta de que la misma palabra puede ser interpretada de una forma distinta por cada persona y eso le da un significado diferente. Cuando te relacionas con alguien, si tú sabes exactamente qué es importante para él, podrás darle justo aquello que necesita.

El ejercicio de hoy es el siguiente. Tienes que preguntar por lo menos a tres personas distintas estas tres preguntas (u otras que se te ocurran) y apuntártelas LITERALMENTE:

• ¿Qué es para ti pasarlo bien?
• ¿Qué es para ti la prosperidad?
• ¿Qué haces para relajarte?

Observa cómo describe cada uno estos conceptos y te darás cuenta de cómo conseguir que se sienta bien. Espero tus comentarios.

¡Apasiónate, vive, cambia!

Silvia Llop, psicóloga (col. núm. 20495)