Del deseo al objetivo en 4 sencillos pasos
La mayoría de las personas pasamos mucho tiempo pensando que queremos más: más dinero, más amigos, adelgazar más, que nos quieran más… Son pensamientos que van y vienen, que en algunos momentos pueden afectarnos mucho y en otros ni siquiera los recordamos.
Para que un deseo se convierta en un objetivo real, hay que clarificarlo, darle una temporalidad, añadir sub-objetivos y decorarlo.
En el ejercicio de hoy te propongo que te marques un objetivo (o los que quieras), pero no de cualquier forma, sino a consciencia.
El primer paso es saber definirlo. Escribe en un papel tu objetivo. Tiene que ser claro y conciso, ya que tu inconsciente debe entenderlo perfectamente. Por ejemplo, si tu meta fuera adelgazar, no pongas «adelgazar» porque eso no significa nada en sí. Adelgazar puede ser perder 3 gramos. Pero si tú pones «quiero pesar 55kg», eso sí es un buen objetivo.
A continuación tienes que marcarte una temporalidad. Es muy importante acotar unos tiempos de acción porque si no, tu cerebro no sabe para cuándo es el propósito. Si le fijas una fecha, defines exactamente el día en que lo quieres. En el ejemplo anterior, podría ser el 18 de julio de 2012. Recuerda que debe ser conciso, no sirve poner de aquí 2 meses porque es ambiguo, márcale un día exacto.
El siguiente paso es añadir sub-objetivos, que son objetivos pequeñitos que sirven para alcanzar el mayor. No olvides que deben ser muy específicos en su definición. Fíjale también un tiempo de acción a cada uno. Un sub-objetivo podría ser: A partir del 18/05/2012 evitar comer pan.
El último paso es muy importante. Se trata de decorar tu objetivo. Tienes que escribir qué conseguirás cumpliéndolo. Imagínate lo que lograrás y hazlo tan atractivo que te entren unas ganas irrefrenables de tenerlo. La pasión y las ganas son fundamentales a la hora de alcanzar un objetivo. En nuestro ejemplo, sería un mal asunto decir que conseguirás reducir una talla de pantalones o que te verás más delgada. Eso no tiene fuerza. Una alternativa podría ser: «cuando vaya a la playa, los chicos se girararán para ver mi cuerpazo y eso me inyectará una gran dosis de autoestima. Entonces estaré muy segura de mi misma y sabré que podré cumplir todo cuanto me proponga». En este punto tienes que inyectarle fuerza e imaginación, pero sobre todo, debes ser consciente realmente de cómo te gustaría sentirte y en qué medida cambiará tu vida cumplir ese objetivo que tanto deseas.
Y recuerda: si quieres obtener grandes resultados, piensa en grande.
Espero tus comentarios en este blog o en la página de facebook El Árbol Dorado.
¡Apasiónate, vive, cambia!
Silvia Llop, psicóloga (col. núm. 20495)
Aurora dice
Hola Silvia.
Enhorabuena por tu blog. ¡Es genial que existan personas como tu padre y como tú dispuestas a ayudar!
Realmente, a mí lo que me falta es la fuerza y la pasión para creer que puedo alcanzar mis objetivos. Esa fuerza la he perdido en el camino… y ahora ya no confío en ser capaz de recuperarla. Y aquí estoy, estancada. ¿Cómo se recupera la confianza de que serás de conseguir lo que deseas?
Gracias por tu tiempo.
Un abrazo.
Aurora
El Árbol Dorado dice
Dices que la has perdido… eso significa que en algún momento la tuviste. Recuerda cómo era cuando sentías esa fuerza y esa pasión, dónde la sentías, que sensación tenías…y pregúntate qué ha cambiado desde entonces. Investigando un poco es probable que encuentres algo que te sea de utilidad.
Después de lograrlo, márcate un objetivo tan atrayente para ti que tengas que cumplirlo.
Un abrazo fuerte,
Silvia
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