Cómo protegerse de las malas energías
Como dicen los gallegos, “de haberlas, haylas”. Son numerosas las personas que se han acercado a mí últimamente, para preguntarme cómo protegerse de las malas energías.
Para empezar, ¿qué es una mala energía? Pues básicamente, se trata de una energía que no es afín a mí y cuando penetra en mi campo personal me distrae, me molesta, me carga, me negativiza o incluso me causa dolor.
¿Te ha pasado alguna vez estar en la cola del cine o de la caja del supermercado, en el metro y sentir la necesidad de apartarte porque te invade la energía de quien tienes detrás? ¿O tener una persona en tu entorno que es muy negativa y cada vez que hablas con ella sientes que te debilitas?
A mí, sí.
Una de las cosas que debemos tener en cuenta, es que nuestro mundo está pasando por un momento muy especial. El sol es cada vez más intenso (hace más calor), lo cual se traduce en la llegada de más información. Este aumento genera en las personas una mayor sensibilidad y apertura de nuestros canales de percepción y así notamos más las energías ajenas. Cuando abres las ventanas de tu casa para recibir aire y ventilar, no puedes evitar que entren bichos, salvo que hayas puesto una mosquitera, es decir una protección.
Cuando nos relacionamos con personas, sucede igual que cuando abrimos la ventana, penetran en nosotros energías buenas, pero también algunas que resultan nocivas. Y no es forzosamente porque esas personas tengan mal rollo, sino porque vibramos a una intensidad distinta.
¿Te ha pasado alguna vez estar hablando con alguien, en persona o por teléfono y al acabar la conversación sentirte mal? ¿Has oído alguna vez la expresión: esa persona es tóxica para mi? ¿Le has dicho a alguien «me das mal rollo»? ¿Te has preguntado por qué? Se trata de malas energías.
Una amiga muy sabia me contó que la iban a operar. Éstas fueron sus palabras:
«me van a operar y sé que vas a querer venir a verme al hospital, pero voy a rogarte que no lo hagas. Sé que tu visita me haría bien, pero le he pedido a mi familia que no vengan a verme, porque sé que después de la operación voy a estar débil y no quiero que me transmitan su negatividad, que me debilitaría aún más. Pero por otro lado, si se enteran que tú has venido a verme, se enfadarán conmigo«.
No la visité hasta que salió del hospital.
Muchas veces, lo que recibimos de los demás o del entorno, es inconsciente. No lo mandan de mala fe, sino que transmiten lo que tienen. Esto no significa que no debamos protegernos.
A continuación vamos a ver cómo protegerse de las malas energías, te voy a proponer dos tipos de protección, que pueden utilizarse juntas o por separado.
Debes comprender que para que la energía ajena te penetre es necesario abrir la puerta. Por eso la mayoría de las protecciones pasan por elevar el tono de vibración, lo cual equivale a cerrar la puerta con llave. Comer de una forma equilibrada, evitar telediarios y programas que emiten negatividad, minimizar las bajas emociones (odio, rencor, celos), ayudará mucho a la hora de elevar tus vibraciones.
El primer paso es quitarse de encima las miasmas, las que ya hemos cargado, es decir, limpiarse.
Un buen sistema para purificarse, si la tienes a mano, es colgarte una Shungit (es un mineral muy potente que limpia de malas energías). Si no la tienes, puedes imaginar que te sitúas debajo de una ducha de agua de Shungit y que a medida que cae, penetra en cada una de tus células, limpiando todas las miasmas que encuentre su paso.
Después de la limpieza, ya estás a punto para la protección.
Empieza por imaginar que te calzas un traje de oro, chaqueta y pantalón. El oro es un mineral inalterable y ayudará a elevar tus vibraciones y a sacar lo mejor de ti.
Luego imagina que te sitúas dentro de 12 triángulos concéntricos, el más grande es el que toca el suelo y los demás están ligados entre sí y se levantan como una espiral, cubriéndote por completo. El último triángulo de arriba, el 12º, el pequeño, se cierra para que la protección sea completa. En las paredes externas de esta especie de cono, formado por triángulos, imagina que pones espejos para que la energía que venga a ti salga rebotada.
De esta forma, has realizado el circuito completo: limpieza-elevación energética-protección.
Otra forma de protegerte, es solicitándole al genio emotivo de tu Marte natal que cree un escudo de protección alrededor de ti. Debes pedírselo todas las mañanas al levantarte (en este enlace puedes solicitar tu cuadro personal de Angeles o genios).
Normalmente, es suficiente con realizar los trabajos de protección una vez al día, al levantarse, pero cuando suceden acontecimientos que te descolocan emotivamente, es mejor repetirlos.
Sé que a veces esto suena un poco cósmico, pero no tienes porqué creer en lo que digo, sólo prueba y me cuentas el resultado.
¡Apasiónate, Vive, Cambia!
Tristán Llop
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