Cómo incrementar tu fuerza de voluntad
¿Recuerdas mi reciente colaboración en el blog de Roberto Sánchez, Escucha Tu Cuerpo, con el artículo Cómo dejar de comer compulsivamente por ansiedad? Pues aquí tienes un nuevo tema, espero que te guste.
¿Qué es la voluntad?
El inicio de cualquier actividad siempre se encuentra en la voluntad. Es aquella fuerza que emana de nuestro interior y nos impulsa a realizar una acción concreta. ¿Alguna vez estabas inmerso/a en alguna tarea y de repente, se te ha ocurrido algo muy distinto y no has podido evitar levantarte y ponerlo en práctica? Eso es la voluntad en su esencia más pura. Es como un niño pequeño cuando ve algo que le gusta, va a por ello sin pensarlo.
La contrapartida
El principal problema con el que nos tenemos que enfrentar es que en ocasiones nuestra voluntad no aparece cuando nos gustaría, por ejemplo, en el momento de iniciar una dieta, de acudir al gimnasio, de estudiar… Son situaciones en las que desearíamos tener más empuje para realizar aquellas actividades que pueden resultar menos placenteras, pero necesarias y nuestra voluntad se ha deslizado por algún agujero.
¿Qué puedes hacer para aumentar tu fuerza de voluntad?
Para empezar, como siempre, practicar. La práctica hace al maestro, así que si quieres que tu determinación te acompañe en los momentos difíciles, enséñale a mostrarse más a menudo. Una buena manera de lograrlo sería cambiando el orden de tus quehaceres diarios, esas acciones que repites cada día en el mismo orden (siempre dentro de los límites de la practicidad). Por ejemplo, si siempre te duchas y luego desayunas, hazlo al revés. O cambia la mano con la que te cepillas los dientes. Son pequeños movimientos, pero éstos desencadenan un cambio en tu ruta neuronal, ya que la obligan a modificar sus circuitos. Para llevar a cabo cualquier cambio en tu forma habitual de desempeñar las acciones, necesitas la fuerza de voluntad.
También puedes encender la mecha de tu voluntad con el inicio de nuevas actividades que salgan de la rutina: escribe un cuento, monta un karaoke en tu casa, sal a cenar fuera un día entre semana, cualquier cosa que se salga de tu marco de actuación predeterminado. De esta forma, estarás generando movimiento y eso es una llamada a la acción para la voluntad.
Voluntad aplicada a un objetivo concreto
Si tienes clara una meta y sientes que tu voluntad no te acompaña tanto como tú quisieras, tienes que ofrecerle el ingrediente mágico: la motivación. En ocasiones, nos planteamos objetivos que queremos cumplir, pero por sí mismos no tienen la fuerza necesaria para movernos. Te sugiero que te preguntes ¿para qué quiero eso? Ofrécete una respuesta sincera y valora si te motiva lo suficiente como para tener ganas de mover cielo y tierra para conseguirlo. Si la respuesta es negativa, coge una libreta y pon en práctica el siguiente ejercicio:
Primero elige una motivación que sea potente, atractiva, que te incite a implicarte al máximo y escríbela. Por ejemplo, quiero ir de viaje con mi pareja a Nueva York. Este objetivo me gusta, pero debo potenciarlo con la incorporación de detalles, como en qué tipo de hotel me gustaría alojarme, qué quiero visitar, el vestido precioso que voy a llevar para una cena romántica, etc. Redacta tus deseos e ilústralos con imágenes o dibujos para darle un toque más visual. También puedes crear una banda sonora. Escoge canciones que te resulten sugerentes respecto a aquello que quieres lograr y escúchalas. En este ejemplo, la primera pieza de mi banda sonora sería indiscutiblemente “New York, New York”.
El siguiente paso será realizar alguna acción cada día que te acerque a tu objetivo, aunque sea pequeña. Apúntalo y a partir de ahora visita tu libreta asiduamente, alimenta tu objetivo con nuevos detalles y suma esos logros que te acercan a él.
En este ejercicio trata de concretar y detallar lo máximo posible porque eso ayudará a que te sientas parte de tu meta y, por lo tanto, la percibas como cercana, y también a que resulte muy atractiva para ti, de este modo sentirás más deseos de alcanzarla. Puedes añadir a la actividad cualquier elemento que se te ocurra, no hay límites, deja volar tu imaginación.
Si quieres obtener más herramientas para trabajar tu Voluntad más a fondo, tenemos un curso llamado El Árbol Dorado. El primer capítulo de este curso, Kether, está dedicado exclusivamente a la Voluntad. Consta de un autotest, de un corpus teórico, de ejercicios diarios, cuestionarios y hasta un cuento para inspirarte.
¡Apasiónate, vive, cambia!
Silvia Llop, psicóloga (colegiada núm. 20495)
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