Cómo dejar de comer compulsivamente por ansiedad
Días atrás, mi amigo Roberto Sánchez (entrenador personal) me propuso colaborar en su blog Escucha tu Cuerpo, un espacio dedicado a la actividad física, la alimentación, el estilo de vida y muchos temas más que nos ayudan a equilibrar nuestro cuerpo. Me encantó la idea de aportar mi granito de arena a su fantástico blog, así que aquí tenéis un artículo, enfocado comer compulsivamente por ansiedad. Iré colgando todas mis colaboraciones con él, pero os recomiendo que os apuntéis a visitar su “madriguera” asiduamente porque vale la pena.
La comida es un elemento esencial en nuestra vida por razones obvias, pero también tiene una vertiente psicológica: es una de las formas que tenemos las personas de expresar nuestras emociones y carencias. A través de lo que nos apetece, de nuestros impulsos y elecciones a la hora de asaltar la nevera o la despensa, podemos descubrir qué nos falta y por lo tanto, detener la ingesta compulsiva, cubriendo esa necesidad de otro modo.
Cómo diferenciar comer por hambre o por ansiedad
La línea entre comer por hambre o comer compulsivamente por ansiedad es fina y en ocasiones las dos se encuentran solapadas, por lo que es difícil separalas tangencialmente. De todos modos, puedes reconocer la voracidad ansiosa cuando tienes un antojo de algún alimento concreto y en el momento que empiezas a ingerirlo, sientes que no puedes parar o que necesitas comer más, incluso después de saciarte. Esta conducta, además, suele tener lugar entre horas, es decir, entre comidas y la sensación principal no es la de hambre, como cuando te ruge el estómago, sino la de ansiedad.
Qué hacer para combatir esta ansiedad
Mientras estás en pleno apogeo es complicado detenerte, ya que te encuentras en un estado de descontrol emocional. El mejor momento para actuar es después y servirá para prevenir futuras recaídas. Se trata de que te preguntes qué necesidad está cubriendo la comida que has ingerido compulsivamente y la satisfagas. A continuación, tienes algunas claves para facilitarte la tarea.
Clasificación de alimentos y la necesidad interna que cubren
- Azúcar: tener la necesidad de ingerir cualquier alimento dulce, denota una necesidad de cariño.
- Sal: el consumo de comida salada significa necesidad de normas, estructura, orden.
- Picante: un antojo de comida picante en exceso evidencia la necesidad de vivir experiencias, de movimiento. (Del libro de Tristán Llop El Lenguaje Simbólico de las Anécdotas)
Cómo llevarlo a la práctica
Ahora que ya conoces las principales claves simbólicas del dulce, el salado y el picante, debes ser consciente de los ámbitos de tu vida en que tienes estas necesidades. Una vez los hayas identificado, piensa de qué manera puedes cubrirlas. Por ejemplo, si tu ingesta de azúcar está provocada por una falta de cariño a nivel de pareja, muéstrate más cariñosa con ella. Si por el contrario, tu falta de cariño la relacionas a no tener pareja, empieza por mostrar afecto a tus allegados: familia, amigos, compañeros de trabajo… Verás como así reduces tu necesidad de comer azúcares.
Por otro lado, si tus atracones son de comida más bien salada, debes buscar ese ámbito que se encuentra caótico y desordenado y establecer unas normas.
Cuando tu objeto de abuso sea el picante, crea nuevas cosas, muévete, haz ejercicio, visita nuevos lugares y estarás paliando esa necesidad.
La importancia del por qué
La ingesta de comida es otra de las formas que tenemos de expresarnos. Tanto la manera en que comemos (compulsiva, pausada, a trompicones) como el alimento elegido, nos dan una información muy valiosa sobre nosotros mismos: cómo estamos, qué nos falta. Si no nos gustan nuestras acciones o no son sanas para el cuerpo, pero conocemos el por qué las llevamos a cabo, podremos encontrar un modo distinto de saciar esas necesidades internas que todos tenemos en un momento dado. Es perfectamente normal sentir falta de cariño, de estructura, de movimiento, pero tenemos que encontrar otra forma de canalizarlo que no sea comer compulsivamente.
Cada uno puede liberar su imaginación para encontrar nuevas maneras de endulzar, salar o añadir picante a su vida en sentido figurado. Aquí dejo mi grano de arena sobre cómo dejar de comer compulsivamente por ansiedad. Ahora, animaros a dejar un comentario contando vuestros métodos para que los demás podamos ponerlos también en práctica.
¡Apasiónate, vive, cambia!
Silvia Llop, psicóloga (colegiada núm. 20495)
Gustavo dice
Muchas gracias por compartir estas píldoras de sabiduría práctica, Tristán. En mi caso, el dulce lo tengo muy relacionado a esa carencia de cariño (mi madre y yo tenemos Luna en Capricornio) y ansia de comida que quizá exacerba mi Júpiter en Cáncer opuesto a la Luna. Trabajaré en ello. Muy agradecido. Bendiciones.