El camino de la luz
¿Cómo hago para que las cosas me salgan bien? Sigue el camino de la luz.
Pregunta y respuesta a Luisa en el transcurso de una consulta.
Vamos a desgranar el tema.
Luisa me contó que las cosas no funcionaban bien en su vida y que sus relaciones eran superficiales, que no conseguía dar con la pareja deseada, con la que poder mostrarse tal y como es, que todos iban a lo mismo y que ya estaba cansada…
Una parte de mi respuesta es que estaba nadando en la superficie y que allí sólo podía encontrar nadadores de superficie. Para encontrar una pareja que se interesara por ella en profundidad, debía aprender a bucear, porque en el fondo del mar es donde se encuentran las mayores bellezas.
Traducido a lenguaje práctico, debía conectar con su ser interno. Para conseguirlo le sugerí que se iniciara en la Alquimia Genética, porque es un buen sistema para ir sorteando los escollos que se presentan cuando queremos llegar al núcleo.
Luisa me preguntó: ¿qué sucederá cuando conecte con mi ser interno? Imagina que tienes una luz en tu interior, que no puede salir porque has cerrado varias persianas delante que se lo impiden. Imagina que levantas esas persianas y la luz sale. Entonces empezará a iluminarse el camino ante ti y de este modo sabrás por dónde tienes que ir, lo verás todo claro.
De forma práctica, esto se traduce en que tienes la intuición que debes hacer algo. Por ejemplo. Salir a pasear, ir al parque, sentarte en un banco y alguien se sienta a tu lado. Resulta ser la persona a quien esperabas.
Cuando abres el camino a tu luz, todo se ilumina en tu vida, todo cobra sentido y sabes lo que debes hacer. Por el contrario, cuanto más aprisionada está tu luz, más complicada se vuelve tu vida, porque al no saber hacia dónde debes orientar tus pasos, te equivocas de dirección y te acabas desesperando.
Unos días después de mantener esta conversación, después de haber realizado los tres primeros Spa Cuánticos de Alquimia Genética, Luisa encontró una oportunidad para un piso que buscaba y en las condiciones deseadas. También ha cortado varias relaciones que la “forzaban” a nadar en la superficie. Se siente más segura y está afrontando su vida con más alegría.
Abrir el camino de las luz es una necesidad para todo el mundo, pero una obligación cuando estás pasando por un mal momento, cuando sientes que ti vida ha perdido su sentido, cuando no va por los cauces adecuados, cuando andas buscando respuestas, cuando necesitas cambios.
Abre en ti el camino de la luz, como decía mi padre, Kabaleb, sin excusa ni pretexto alguno.
¡Apasiónate, vive, cambia!
Tristán Llop
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