Amplía tu lista de propósitos
Seguramente habrá miles de listas de propósitos para el año nuevo rondando por la red, reposando en la repisa de algún armario o aguantando el tipo valientemente en la mente de más de uno que no se ha atrevido o no ha encontrado el momento adecuado para salir de esa fortaleza. No faltarán las referencias a suculentos proyectos laborales que seguramente engrosarán nuestra cuenta corriente, al encuentro de un nuevo amor o a ese descenso numérico en nuestras básculas que tanto anhelamos después de habernos comido hasta el último trozo de la Navidad.
En lo que no se suele hacer tanto hincapié es en lo que queremos a otros niveles, como el emocional o el de las ideas. Quizás porque lo vemos como algo más etéreo, difícil de concretar y de cuantificar o porque creemos que poco podemos hacer para lograrlo, que el poder recae sobre los caprichos del universo, la suerte o la desgracia. O quizás es que simplemente no nos lo habíamos planteado nunca. Sea la que sea tu barrera, rómpela ya. ¿Quieres tener más gracia a la hora de expresarte? ¿Tener más conocimientos sobre geografía? ¿Expresar tu amor hacia los demás de una forma más abierta? ¿Ganar en valentía cuando tienes que tomar decisiones? Pues pídelo.
Es tiempo de cambio, de revolución, de abrir más el corazón y cerrar heridas. De no dejarse influir por el qué dirán, de dedicar menos horas a dormir y más a soñar, de plasmar esas fantasías en la realidad. De no permitir que un enfado dure más que una alegría, de otorgarte el poder de decidir quién puede alterar tu vida. De liberarte de malas energías y anclarte sólo a tu deseo de ser feliz, de que el mal humor no sea más que un breve desliz.
Es momento de regalar palabras bonitas, de lanzarte al vacío aunque no dispongas de paracaídas. De empaparte de nuevos conocimientos y aprovechar todos tus errores para crear aciertos. De lamerte las heridas cuando fracases y volver al ruedo, de caminar hacia adelante como si te fuera la vida en ello. De dejarte mimar cuando pases por momentos difíciles, de lanzar nuevas ideas como si fueran misiles.
Es imprescindible que te liberes del peso del pasado, que te reúnas con tus fantasmas y des su contrato por acabado. Que confíes en una mano amiga cuando te flaqueen las piernas y que te quites de encima los malos sentimientos, el rencor y la pena.
Este año te toca reir hasta que te falte el aliento, plantar ilusión y recoger deseos cumplidos.
Si aún no has dedicado unos minutos a elaborar tu lista de objetivos para este año que acabamos de estrenar, te animo a que lo hagas. Si ya la tienes, amplía tu lista de propósitos, pero teniendo también en cuenta todo aquello que normalmente nos olvidamos de pedir y que tenemos pleno derecho a conseguir.
¡Apasiónate, vive, cambia!
Silvia Llop, psicóloga (colegiada núm. 20495)
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