«A veces necesitamos perdernos para poder encontrarnos»
Parece una frase bien simple, pero tiene un significado más profundo de lo que aparenta.
El progreso nace del movimiento.
Es muy difícil realizar un avance significativo partiendo de la calma, de la estabilidad, porque ese es un estado cómodo y, cuando te encuentras ahí, no te apetece salir y por lo tanto, tienes tendencia a dejar pasar todas aquellas señales que indican que algo no anda bien.
El problema de ignorar las pistas que la vida te va dando es que cada vez son más obvias, más fuertes.
Y llega un momento que el ruido es tal, que, o ensordeces, o no hay forma de disimular, pretendiendo que no ocurre nada. Cuando eso pasa, tienes dos opciones: nadar o ahogarte. Si estás leyendo esto significa que eres de los que nadan, de los que están dispuestos a hacer un poco de introspección y, así, detectar cuál es el problema que tienes delante.
Si echas la vista hacia atrás, te darás cuenta de que los momentos complicados son los que te han hecho avanzar.
Aquellas situaciones que no son cómodas de afrontar, que te sacan de tu zona de confort y te obligan a buscar estrategias diferentes a las que utilizas todos los días, son las que han conseguido que tu vida dé un giro, que aprendas a levantarte después de la caída.
Esas situaciones que te ocurren de vez en cuando y que te parecen negativas, te están aportando una información muy valiosa.
Además de la oportunidad de realizar ese cambio que necesitas, para que tu vida vaya por el camino adecuado.
Cuando el caos entre en tu vida, no debes lamentar tu mala suerte, porque eso significa que es el momento de reinventarte, de modificar algo que no está funcionando para ti y dar un paso más hacia tus objetivos. Es por este motivo que, lo primero que deberías hacer, cuando te ocurra algo que no te guste, es pararte un momento a pensar qué es lo que chirría en tu vida para que se te haya dado un toque de atención.
Tómate los momentos difíciles como una ayuda para tu crecimiento personal.
Sería estupendo que los humanos pudiéramos darnos cuenta de lo que no está funcionando en nuestra vida sin necesitar pasar por una situación complicada, pero la realidad es que aún nos queda recorrido para estar tan conectados con nosotros mismos, como para poder detectar que algo no funciona sin depender de una ayuda externa.
Por último, quiero compartir una frase que leí el otro día y me pareció de lo más acertada:
En días particularmente duros, me gusta recordarme, que por ahora, mi tasa de éxito en la superación de días difíciles, es de un 100%, lo cual no está nada mal.
¡Apasiónate, vive, cambia!
Silvia Llop
Psicóloga
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